Siguen apareciendo noticias alrededor del escándalo de FIFA, esta vez se trata de Daryan Warner, hijo del ex presidente de CONCACAF que es uno de los acusados por EEUU en el caso de corrupción.
El hijo de Warner ha descrito el rol que tuvo en una estafa multimillonaria de boletos para la Copa del Mundo, comprando los asientos y vendiéndoles en precios inflados, según documentos judiciales que han salido a la luz.
La declaración de culpabilidad de Daryan Warner a una serie de cargos se detalla en un acuerdo del 2013 con los fiscales de EEUU para proveer de evidencia en los delitos de FIFA.
Su hermano, Daryll, también firmó un acuerdo de culpabilidad después de ser acusado de fraude hipotecario.
Los documentos sugieren que el Departamento de Justicia de EEUU está investigando ventas fraudulentas de boletos desde 1994, cuando la Copa del Mundo se realizó en los EEUU por primera vez.
La investigación ha resaltado lo que muchos creían, que la FIFA ha estado infestada de corrupción que ha plagado al fútbol por años.
Esta semana Sepp Blatter, el presidente de la organización, anunció su dimisión.
Una de las señales tempranas de la tormenta que se venía llegó en una audiencia de octubre 2013, cuando Daryan Warner, entonces de 45 años, acordó su culpabilidad.
"En el 2006, compré boletos directamente a FIFA, e hice creer a FIFA que mi socio en la reventa no estaba involucrado en la transacción, pues creo que FIFA no me los habría vendido si estaba envuelto", dijo.
"En el 2010, compré boletos a otros, para engañar a FIFA a creer que no estaba recibiendo boletos, porque creía que FIFA ya no me iba a vender boletos directamente".
También describió la forma en que depositó efectivo en bancos de Nueva York en sumas pequeñas de menos de $10,000 porque sabía que sumas superiores habrían sido reportadas a las autoridades.
En un período de cinco meses, dijo haber depositado más de $100,000. Como parte de su acuerdo de culpabilidad accedió a pagar casi $ 1.2 millones que hizo de la venta de boletos y a proveer evidencia de soborno y fraude.
Su hermano, Darryl, se declaró culpable de aplicaciones fraudulentas por hipotecas y fraude electrónico. Los acuerdos fueron cruciales para la investigación del Departamento de Justicia.
Darryl admitió la intención de comprar un condominio en Miami para él, su padre y su hermano de modo fraudulento.
Al igual que el acuerdo con Chuck Blazer, permitió a los investigadores perseguir la corrupción a niveles superiores de FIFA.
Su padre, Jack Warner, ha sido acusado por supuesta corrupción en FIFA.
Ha sido arrestado, y liberado bajo fianza, en su Trinidad nativa, e hizo una presentación desafiante en televisión el miércoles por la noche sosteniendo que tiene una "avalancha" de evidencia que revelará.
Jack Warner dejó su posición en FIFA como presidente de la Confederación de Fútbol de América del Norte, América Central y del Caribe, más conocida como CONCACAF, tras acusaciones de soborno en 2011.
La investigación terminó con su renuncia. Las audiencias se condujeron en una corte cerrada y las transcripciones selladas hasta ahora para permitir que la investigación continúe en secreto, desconocida para los niveles más altos de FIFA.
Hubo momentos distendidos a pesar de que se examinaban crímenes serios.
En un punto, Daryan Warner se esforzó para leer la declaración de sus crímenes, lo que obligó al juez William Kuntz a intervenir.
"Tómese su tiempo", dijo. "Tome un sorbo de agua. Lentamente y claramente. Canalice su Lord Vader interior, no su Woody Allen interior, ¿ok? Eso es lo que digo todo el tiempo".
El acuerdo de culpabilidad de su hermano concernía la compra de un condominio de $1 millón en Miami. Le dijo al juez federal que sabía le habrían negado una hipoteca e hizo aseveraciones falsas.
También admitió haber realizado una serie de depósitos menores a $10,000 en bancos con la intención de evitar las notificaciones al IRS de depósitos mayores a $10,000, y depositó más de $100,000 en seis meses de julio a diciembre 2011.
Ambos deben aún recibir sentencia. Daryll, quien es ciudadano estadounidense, enfrenta una máxima sentencia de 20 años, aunque es probable que sea significativamente menor por su cooperación con las autoridades federales.
Daryan, que no es ciudadano de EEUU, enfrenta la expulsión del país y una máxima sentencia de 20 años. De forma similar es probable que sea significativamente menor por su cooperación con las autoridades.