El técnico venezolano de Aucas, César Farías, declaró para ESPN tan pronto terminó la final de ida en el Monumental de Guayaquil. El llanero se quebró al recordar a su familia y el esfuerzo recorrido en su carrera hasta el dulce momento que vive hoy al mando del ídolo del pueblo.
"Barcelona tiene una gran hinchada, un gran equipo, pero nosotros estábamos bien", reflexionó el llanero, "quiero felicitar a toda esta gente de Guayaquil, veo que no hay violencia, respetaron al rival".
"No fue solo sumar 3 puntos sino contra quién", añadió, "tenemos que borrar todo lo que hemos hecho y enfocarnos en el partido siguiente".
Se declaró "contento" y aclaró que no habrán celebraciones, quedará para "la semana que viene, si Dios quiere, y podemos terminar de conquistar esto".
En el momento más emotivo se quebró tras recordar a su madre, que se quedó en Quito por lo que se vivió durante la semana en Guayaquil, "tomamos una decisión sana en que esperaran el partido de vuelta".
"Nací en un pueblo pequeñito", dijo con la voz quebrada, "escogí esta vida, esta profesión" y es momento de "dedicárselo a ellos", amigos y familiares que estuvieron siempre.