La primera semana del tercer gran slam del año, Wimbledon, está en su recta final y más allá de los récords que ha impuesto Roger Federer con sus triunfos, la tempranera eliminación de Stan Wawrinka o Karolina Pliskova; las imágenes de la lesión que sufrió Bethanie Mattek-Sands quedaron grabadas en la mente de los aficionados.
El pasado jueves, la estadounidense rivalizaba con Sorana Cirstea en la cancha 17 del All England Club. En una juagada, Mattek-Sands subió a la red a contrarrestar un ataque rival, pero antes del impacto trastrabilla porque su rodilla derecha se quiebra. En ese momento aparecieron los gritos desesperados de la norteamericana que estremecían a todos los presentes.
"Ayúdame, ayúdame por favor. Duele, duele mucho; por favor", repetía con dolor Mattek-Sands. Su contendiente se acercó a ayudarla aunque no pudo hacer demasiado. "Me dio pánico. Nunca había visto una lesión así antes, su rodilla estaba realmente en un estado horrible. Es algo que sólo ves en las películas", comentó la rumana.
Los problemas aumentaron porque los paramédicos tardaron en llegar. "Costó mucho que llegase la camilla; no sé cuánto, pero diría que 10 o 15 minutos. En otros deportes como el fútbol si ocurre algo así la asistencia es inmediata. En mi opinión, creo que estuvo demasiado tiempo tendida sobre el césped. ¿Y qué hubiese ocurrido si se hubiera tratado de un problema cardiaco?", criticó Cirstea.
Desde la organización de Wimbledon defendió su actuación y explicó que "la primera reacción se produjo en un minuto, por parte de un auxiliar médico calificado. Se mantuvo a la jugadora en la pista mientras se le dio calmante. Luego fue trasladada de emergencia a un hospital".
Pese al problema, las emociones del certamen continúan este sábado con la disputa de los duelos de tercera ronda.
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