River Plate continúa de Copas, tras la obtención de la Libertadores, el trofeo más deseado, hace apenas seis días, el equipo de Marcelo Gallardo pronunció su gran momento y siguió de festejos en Japón, donde derrotó 3-0 al Gamba Osaka y alzó la Suruga Bank, el noveno título internacional del club en la era moderna. Y consiguió un record en el fútbol argentino: obtuvo cuatro títulos internacionales en 245 días, superando a Estudiantes de La Plata que ostentaba esa marca en 371 días.
No jugó un gran partido River pero le alcanzó con la jerarquía de sus jugadores y la contundencia para vencer a un equipo que mostró algunas buenas intenciones pero que falló en las dos áreas. Le sobró prácticamente un tiempo al partido. Rápidamente River se puso en ventaja. Luego de una serie de rebotes, Nicolás Bertolo fue derribado imprudentemente por un defensor del Gamba Osaka y el árbitro japonés Ryuji Soto cobró penal. Carlos Sánchez, el hombre de las ejecuciones importantes, lo cambió por gol. Así, el equipo de Marcelo Gallardo madrugó al conjunto japonés.
Gamba Osaka intentaba ser prolijo y salir jugando pero sucumbía cada vez que River se decidía a presionar la salida rival. Generan preocupación los locales en algún momento pero fue más por desconcentraciones defensivas de River que por virtudes propias. Tuvo el empate Patric tras un largo pelotazo y una mala salida de Marcelo Barovero que quedó pagando pero el delantero se demoró y Trapito remendó su error sacándole la pelota de los pies. Después, el arquero de River también le sacó un mano a mano al brasileño.
Pasados esos sofocones, River volvió a ser contundente a través de la pelota parada. Sánchez ejecutó un córner, Mercado cabeceó y el equipo de Gallardo sacó dos goles de diferencia. Casi sin esforzarse. Esto le sirvió para dosificar energías y para que el cansancio acumulado por el largo viaje y el cambio de horario pasara desapercibido. De todos modos, hubo imprecisiones fuera de lo común en el equipo, sobre todo en el sector izquierdo entre Leonel Vangioni y Bertolo. Del otro lado, se vio lo mejor del conjunto de Gallardo en las proyecciones de Mercado y la potencia de Sánchez, al menos en el primer tiempo.
Cuando se lo proponía y lograba hilvanar varios pases seguidos, River quedaba cerca del gol. Lo tuvo Driussi tras una combinación entre Sánchez-Vangioni de derecha a izquierda y luego Saviola le puso un pase preciso al mediocampista uruguayo y éste reventó el travesaño con una volea.
En el segundo tiempo, Gallardo hizo cambios para refrescar el equipo. Ingresaron Tabaré Viudez, Leonardo Pisculichi y Gonzalo Martínez para buscar más velocidad. Enseguida River liquidó el encuentro luego de una buena jugada colectiva que concluyó con un golazo del Pity.
Con el partido definido, River perdió la pelota y Gamba Osaka fue a buscar el gol del honor. Hubo un penal que no le cobraron por falta de Sánchez a Kurata, el más incisivo en el equipo japonés. Y el brasileño Patric volvió a fallar en el área chica. Y Barovero sacó tres pelotas de gol: una a Akamine y otras dos a Kurata. A esa altura, River era un desconcierto defensivo. Dejaba muchos huecos y era desbordado por ambos laterales. El cansancio y el desgaste físico le jugaban una mala pasada. Y lo tuvo de nuevo Kurata pero su remate fue desviado.
De todos modos, a esa altura, River no corría peligro. Ya tenía todo resuelto. La fiesta estaba armada para festejar una Copa más en la otra punta del planeta.
Al final del partido, el entrenador Marcelo Gallardo indicó: "este último año fue muy lindo a nivel deportivo para todos los que integramos este grupo y para todos los hinchas de River. No podemos desatender ninguna competencia; el objetivo que nos vamos a proponer es el campeonato local y la Sudamericana. Acostumbrarte a ganar es lo más lindo que te puede pasar y no tenemos que salirnos de esa línea", concluyó.
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Tomado: clarin.com
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