Pekín gana las primeras batallas en su guerra contra el tabaco

Enviado por bielo el Lun, 03/12/2007 - 10:24
Parecía poco menos que utópico el compromiso anunciado por Pekín de organizar unos Juegos Olímpicos libres de humo de tabaco, pero a falta de ocho meses para que dé comienzo el evento los pequineses ya comulgan con la idea y empiezan a cambiar algunos de sus más inveterados hábitos.

Nadie duda de que será respetada la prohibición de fumar en la Villa Olímpica, los hoteles contratados por el Comité Organizador de Pekín 2008 (BOCOG) o los estadios, por ejemplo, aunque en las inmediaciones de éstos, al menos durante los test preolímpicos, se hayan instalado ceniceros.

Sin embargo, ya se respeta a pies juntillas la prohibición de fumar en los taxis, hasta el pasado mes de octubre uno de los lugares en los que más a gusto se echaban el pitillo los fumadores, que solían compartir su vicio con el conductor y confraternizar de paso.

Pekín obligó a los taxistas a pegar un adhesivo en el salpicadero recordando la prohibición de fumar, prometió escarnio público para los pasajeros que fumasen durante el trayecto y multas para los conductores que infringiesen la norma.

Desde entonces los taxis pequineses ya no huelen a tabaco.

En una ciudad en la que todavía es común ver en los restaurantes a comensales que sostienen en una mano los palillos y en la otra el cigarro para llevárselos alternativamente a la boca, empiezan a existir los locales que prohíben fumar.

Son pocos, y los que se atrevieron a prohibir fumar y se niegan a vender cigarrillos han visto caer sus ingresos drásticamente, según el portal china.org.cn, pero hasta ayer era prácticamente imposible para los no fumadores cenar sin una nube de humo sobre sus cabezas.

Prueba del cambio de mentalidad que está viviendo la ciudad es que más del 80 por ciento de los pequineses apoyan la celebración de unos Juegos sin tabaco, de acuerdo con un estudio realizado por Cui Xiaobo, catedrático de la Universidad Médica de la capital.

Se trata de una cifra de aceptación muy elevada en una ciudad donde fuma más de la mitad de los hombres y en la que, en los últimos años, el vicio ha empezado a calar entre las mujeres.

Pekín prometió acabar con la absoluta impunidad con que campaban los fumadores agarrados al cigarro por lugares impensables en otras culturas, como hospitales, zonas de recreo o transportes públicos.

China cuenta con 350 millones de fumadores, que se fuman un tercio de los cigarrillos del planeta y que pagan unos 40.000 millones de dólares anuales en impuestos, además de con una enorme industria tabaquera que da trabajo a aproximadamente 40 millones de personas.

Sin embargo, en 2005 China tuvo pérdidas de casi 32.000 millones de dólares relacionadas con el hábito de fumar entre gastos sanitarios (21.000 millones), incendios causados por cigarros mal apagados o retrasos laborales por los descansos que se toman los trabajadores para fumar, según un estudio de la Universidad de Pekín.

"Unos Juegos Olímpicos sin tabaco seguramente se convertirán en una inspiración para que la gente se determine por hábitos saludables", dijo Zhen Xiaozhen, director de la División de Salud del BOCOG.

Pekín sigue los pasos que inició Barcelona 1992, cuando organizó los primeros Juegos libres de humo de tabaco, con la esperanza de poder llegar a convertirse en un ejemplo que cale en el resto de las ciudades del país.