Suecia recupera la calma y a Ibrahimovic para cerrar la clasificación
Suecia ha superado los conflictos internos que arreciaron hace un año, con varios pesos pesados enfrentados al seleccionador y un boicot temporal de su estrella, Zlatan Ibrahimovic, y exhibe una unión y calma desconocidas para lograr el punto que le falta para cerrar su pase a la Eurocopa.
El equipo, que el sábado se enfrentará a España en el Santiago Bernabéu, ha olvidado la crisis que surgió durante su decepcionante Mundial y que estalló el pasado septiembre, cuando el técnico Lars Lagerbäck expulsó a Ibrahimovic, Mellberg y Wilhelmsson por no respetar el horario de llegada a la concentración antes del encuentro contra Liechtenstein.
Mientras que sus compañeros aceptaron el castigo y entraron en la siguiente convocatoria, Ibrahimovic se rebeló y se retiró voluntariamente de la selección durante 6 meses, incluyendo los partidos de clasificación frente a España e Islandia y un amistoso contra Egipto.
Los buenos resultados logrados por Suecia en ausencia de su estrella y los gestos amistosos lanzados por Lagerbäck propiciaron la reconciliación en marzo, aunque sin mediar explicaciones ni disculpas públicas de ninguno de los protagonistas.
Entre ausencias voluntarias, sanciones y problemas físicos, Ibrahimovic se ha perdido sin embargo más de la mitad de los partidos y ha protagonizado una fase gris, sin haber marcado ningún gol -hace dos años que no ve puerta con Suecia-, a pesar de su gran momento en el Inter de Milán.
Lagerbäck, cuya dimisión pidieron afición y medios tras Alemania 2006, ha sabido gestionar con tacto e inteligencia una grave crisis y mantener la unidad del grupo a base de resultados, lo que ha acabado de restañar las heridas.
Los conflictos no han afectado en ningún momento el rendimiento de Suecia, que se ha mostrado como un equipo muy fiable -sólo ha cedido una derrota y dos empates y ha liderado el grupo casi toda la fase-, sólido como su juego, basado en disciplina, solidaridad, derroche físico y el talento de su hombres de arriba.
Pero tal y como ocurrió en la ida en Estocolmo, el conjunto escandinavo deberá más que nunca recurrir a los valores colectivos para superar las ausencias por lesión de dos hombres indiscutibles: el delantero Johan Elmander y el mediocentro Tobias Linderoth.
Aunque Elmander ha sido uno de los jugadores más brillantes de Suecia en toda la fase, el regreso de Ibrahimovic y la presencia de dos delanteros contrastados como Allbäck y Rosenberg hacen más llevadera su baja que la de Linderoth, el "Gatusso" sueco, alma y motor defensivo del equipo.
Su previsible sustituto, Daniel Andersson, es un recambio de garantías, pero sin la experiencia ni el peso de Linderoth.
Tampoco estará Alexandersson, un hombre de confianza de Lagerbäck que ha ocupado con frecuencia el puesto de interior derecho y que encarna a la perfección las virtudes de su equipo: no demasiado brillante, pero siempre profesional y cumplidor.
A las bajas se unen los problemas físicos de Ljungberg, la otra estrella sueca, y Wilhelmsson -un puñal por la banda izquierda- y las dudas en la portería, donde el titular, Andreas Isaksson, no es titular en su equipo, el Manchester City, que entrena su compatriota Sven-Göran Eriksson.
Källström, el fino centrocampista zurdo del Lyon, representa la otra cara: se ha hecho con un puesto en el campeón francés y ya ha dejado detalles de su clase en la Liga de Campeones, aunque Lagerbäck suele preferir al más oscuro Svensson.
Aunque las bajas y las incógnitas pueden hacer pensar en un equipo debilitado, Suecia tiene a Ibrahimovic y su carácter competitivo como principales amenazas para complicarle la vida a España y lograr el punto que necesita para sumar su quinta clasificación consecutiva para una fase final. EFE