Al rival, ni agua. ¿Leguizamón fuera?
Un jugador de la Primera División del
fútbol argentino está a punto de ser separado de su equipo porque
cambió su camiseta con un rival durante un partido disputado el
pasado fin de semana.
Nada peor podía haber hecho Luciano Leguizamón como jugador del Gimnasia y Esgrima que darle su camiseta a Juan Sebastián Verón, de Estudiantes, al finalizar la primera parte del encuentro, según los curiosos códigos de la enemistad entre los dos equipos más importantes de la ciudad de La Plata.
Gimnasia y Estudiantes son como el gua y el aceite. Enemigos irreconciliables en las sinrazones que generan violencia en nombre de la rivalidad futbolística de una ciudad que se paraliza cuando ambos equipos se enfrentan.
La directiva de Gimnasia consideró como "actitud inadmisible" la de su jugador en un comunicado publicado en la página web del club, en respuesta a la indignación demostrada por los hinchas del equipo, que abuchearon e insultaron al jugador y reclamaron al entrenador, Julio Falcioni, su sustitución, lo cual ocurrió en el segundo tiempo.
La frase fue rápidamente sustituida por otras menos impactantes en el comunicado, en el que se informa de que el episodio es "evaluado" por los dirigentes, aunque fuentes cercanas a la directiva insisten en que Leguizamón tiene los días contados en Gimnasia y Esgrima.
El secretario del club, Carlos Giménez, dijo: "Luciano estuvo mal, me produjo un profundo desagrado. En abstracto, es un hecho menor, pero todos sabemos lo que mueve el fútbol".
"Tiene que tener la lucidez para no cambiar la camiseta con Verón que es el icono máximo de Estudiantes. En ese momento debe tener el objetivo de ganar el partido. Creo que hay que sentar un precedente para que esto no vuelva a pasar", agregó.
Horas después del encuentro, tras la victoria de Estudiantes por 1-0, Leguizamón hablaba por la radio y la televisión y pedía "perdón" insistentemente por su actitud, como si hubiera cometido la peor de las faltas.
"No pensé que por un cambio de camisetas iba a haber tanto lío. Entiendo que los hinchas estén molestos pero no quise hacer mal a nadie", dijo el futbolista, quien insistió en que estaba "arrepentido" por lo ocurrido.
Leguizamón dijo que Verón le pidió la camiseta para un familiar porque se había hecho hincha de Gimnasia por él, que es su ídolo.
"Hay mucha histeria en el fútbol. Me da lástima la situación, no es un mensaje bueno si hablamos de erradicar la violencia", dijo Verón al respecto.
La inmediata reacción del club, cuyos miembros se sienten doloridos por la actitud del jugador, ha desatado polémicas de todo tipo, y la primera consecuencia de ello es que Leguizamón no jugará el próximo fin de semana frente a Racing.
"Lo tiene merecido", "que se vaya", "es un cabeza hueca", "no tiene materia gris", "es un traidor", son algunos de los mensajes de los hinchas de Gimnasia enviados a las páginas de internet en las últimas horas.
Leguizamón no para de pedir disculpas. Un gesto patético en un escenario de violencia en el que ha quedado solo, indefenso.
Nada peor podía haber hecho Luciano Leguizamón como jugador del Gimnasia y Esgrima que darle su camiseta a Juan Sebastián Verón, de Estudiantes, al finalizar la primera parte del encuentro, según los curiosos códigos de la enemistad entre los dos equipos más importantes de la ciudad de La Plata.
Gimnasia y Estudiantes son como el gua y el aceite. Enemigos irreconciliables en las sinrazones que generan violencia en nombre de la rivalidad futbolística de una ciudad que se paraliza cuando ambos equipos se enfrentan.
La directiva de Gimnasia consideró como "actitud inadmisible" la de su jugador en un comunicado publicado en la página web del club, en respuesta a la indignación demostrada por los hinchas del equipo, que abuchearon e insultaron al jugador y reclamaron al entrenador, Julio Falcioni, su sustitución, lo cual ocurrió en el segundo tiempo.
La frase fue rápidamente sustituida por otras menos impactantes en el comunicado, en el que se informa de que el episodio es "evaluado" por los dirigentes, aunque fuentes cercanas a la directiva insisten en que Leguizamón tiene los días contados en Gimnasia y Esgrima.
El secretario del club, Carlos Giménez, dijo: "Luciano estuvo mal, me produjo un profundo desagrado. En abstracto, es un hecho menor, pero todos sabemos lo que mueve el fútbol".
"Tiene que tener la lucidez para no cambiar la camiseta con Verón que es el icono máximo de Estudiantes. En ese momento debe tener el objetivo de ganar el partido. Creo que hay que sentar un precedente para que esto no vuelva a pasar", agregó.
Horas después del encuentro, tras la victoria de Estudiantes por 1-0, Leguizamón hablaba por la radio y la televisión y pedía "perdón" insistentemente por su actitud, como si hubiera cometido la peor de las faltas.
"No pensé que por un cambio de camisetas iba a haber tanto lío. Entiendo que los hinchas estén molestos pero no quise hacer mal a nadie", dijo el futbolista, quien insistió en que estaba "arrepentido" por lo ocurrido.
Leguizamón dijo que Verón le pidió la camiseta para un familiar porque se había hecho hincha de Gimnasia por él, que es su ídolo.
"Hay mucha histeria en el fútbol. Me da lástima la situación, no es un mensaje bueno si hablamos de erradicar la violencia", dijo Verón al respecto.
La inmediata reacción del club, cuyos miembros se sienten doloridos por la actitud del jugador, ha desatado polémicas de todo tipo, y la primera consecuencia de ello es que Leguizamón no jugará el próximo fin de semana frente a Racing.
"Lo tiene merecido", "que se vaya", "es un cabeza hueca", "no tiene materia gris", "es un traidor", son algunos de los mensajes de los hinchas de Gimnasia enviados a las páginas de internet en las últimas horas.
Leguizamón no para de pedir disculpas. Un gesto patético en un escenario de violencia en el que ha quedado solo, indefenso.