Martina se despide envuelta en la peor acusación

Enviado por bielo el Jue, 01/11/2007 - 15:18
A sus 27 años, la retirada de Martina Hingis podía haber sido otra, más gloriosa, pero la mujer más joven en lograr el puesto de número uno del mundo y en ganar un Grand Slam en la categoría júnior (Roland Garros en 1993 con 12 años) ha puesto hoy fin a su trayectoria envuelta en un asunto tan turbio como es el dopaje, acusada de dar positivo de cocaína en Wimbledon.

Martina no se siente culpable y anuncia que es "inocente al cien por cien", y que no quiere mantener "una pelea con las autoridades antidopaje" que duraría años. Y es por eso por lo que cuelga la raqueta, eso sí, poniendo este asunto encima de la mesa y delante de la prensa.

De esta forma, una de las jugadoras más brillantes del circuito dice adiós. Atrás quedan sus 43 torneos ganados en su carrera, entre ellos cinco Grand Slam: tres Abiertos de Australia, un Wimbledon y un Abierto de Estados Unidos. Sólo falta en su historial un Roland Garros, un título que rozó dos veces (1997 y 1999), cuando fue finalista y del que siempre recuerda las amargas lágrimas que derramó la última vez que disputó la final, contra la alemana Steffi Graf, cuando en plena discusión con el juez de silla cruzó al campo contrario para protestar un bote.

Nacida en la eslovaca Kosice pero de pasaporte suizo, Martina Hingis estaba destinada a ser una de las grandes de este deporte. Y por eso su madre Melanie Molitor le bautizó con ese nombre, en honor de la gran Martina Navratilova.

Su proyección comenzó inmediatamente cuando en 1993, con tan solo 12 años, se convirtió en la más joven ganadora en la historia del tenis de un torneo júnior del Grand Slam (Roland Garros), desplazando de este hito a la estadounidense Jennifer Capriati. Un año después la Federación Internacional la nombraba campeona del mundo de esa categoría. Ese año logró ser la más joven ganadora de Wimbledon júnior, con 13 años y 276 días.

Con 16 años y seis meses se convirtió en la jugadora que más pronto alcanzaba la cúspide del tenis mundial femenino. Antes de que irrumpieran las belgas Justine Henin y Kim Clijsters era la única tenista que podía y sabía hacer frente al arrollador tenis que empezaban a demostrar las hermanas Venus y Serena Williams.

En febrero de 2003, harta de tenis, saturada de títulos y con varios fracasos sentimentales, entre ellos con dos españoles, el tenista Julián Alonso y el golfista Sergio García, además del tenista suizo Ivo Heuberger, o el romance que mantuvo con el nadador australiano Ian Thorpe, Martina decide retirarse.

Esta vez la razón oficial fueron sus constantes dolencias en el tobillo, según ella causados por el calzado deportivo, de una firma italiana que la patrocinaba.

Atrás, pese a su juventud, dejaba entonces una carrera impresionante: 40 triunfos en torneos individuales (cinco de ellos en el Grand Slam, con tres Abiertos de Australia, un Wimbledon y un Abierto de Estados Unidos), 36 en torneos de dobles, y 209 semanas como número uno mundial. Y un botín en ganancias por torneos de 18.806.506 dólares. Sólo mitos como la alemana Steffi Graf, la estadounidense Lindsay Davenport o la checa-estadounidense Martina Navratilova habían ganado entonces más que ella.

Martina estuvo tres años contemplando el tenis fuera de las pistas. Entonces dedicó su tiempo a ser comentarista de Eurosport, salió con un esquiador suizo de escaso pedigrí y se operó el tobillo en dos ocasiones. A finales de noviembre de 2005 anunció que volvía al circuito y el tenis recuperaba a una jugadora imaginativa, con talento, pero desfasada físicamente, y cuya velocidad de bola estaba un escalón inferior al de las mejores.

Martina regresó en la posición 349 del mundo a comienzos del 2006, temporada en la que se alzó con uno de los torneos más importantes del circuito, Roma, y sumó además el de Calcuta. Este año ha ganado el de Tokio para redondear en 43 la suma de títulos individuales y 37 de dobles en su joven carrera.

Situada esta semana en el puesto 19 del mundo, su último torneo lo disputó en Pekín donde fue eliminada en segunda ronda por la china Peng Shuai el 19 de septiembre.

Su proyecto de boda con el jugador checo Radek Stepanek también ha sido uno de sus intentos fallidos. A los dos se les veía juntos en el circuito. Formaban una extraña pero simpática pareja, y Stepanek, en el tiempo que estuvo lesionado debido a problemas en la muñeca, ejercía como entrenador suyo en el Masters disputado el pasado año en Madrid. El matrimonio estaba anunciado para este verano, pero la pareja decidió romper a principios de agosto.