¿Llegaremos al mundial?
Se han jugado los dos primeros partidos de las eliminatorias para el mundial del 2010 en Sudáfrica y, a diferencia de las dos veces en que hemos clasificado, no se ha conseguido ningún punto. Siempre, por lo menos, alcanzamos tres puntos, conseguidos frente a Venezuela. Pero, ahora, la situación ha sido diferente. Como nadie se esperaba, perdimos frente a los llaneros, a través de un tiro libre. Para muchos, fue un gran gol. Para otros, fue una falla del arquero. Lo cierto es, que perdimos y, continuamos recibiendo una goleada de Brasil (5 – 0), como desde hace mucho tiempo, habíamos dejado de sufrir.
Esto, es lo que ha ocurrido. Han jugado dos partidos, pero faltan 16. Es decir, falta aún por jugar 48 puntos que, perfectamente pueden permitir mejorar y clasificar por tercera ocasión a un mundial. Sin embargo, eso ocurrirá siempre que, se realicen las correcciones del caso, desde las medidas que tomen los directivos, hasta la selección de los mejores jugadores.
Mañana se escuchará versiones de todos los tipos, en contra de dirigentes, miembros del cuerpo técnico y jugadores. Siempre habrá gente que, al igual de unirse al "carro de los vencedores", son los primeros en "hechar al fuego leña". Es decir, dando a "alguien", con tal que estén en contra. Por esa misma razón, voy a tratar de analizar los ocurrido en estos dos cotejos, de acuerdo con mi más modesto entender; pero no dando palo a las personas, por el mero hecho de haber fallado. Trataré, en lo posible, de ser lo más objetivo posible.
En el partido frente a Venezuela, el equipo cumplió como nos tenía acostumbrados a hacerlo, con un buen toque del balón y, llevando siempre la tranquilidad en cada jugada. Lamentablemente, quienes tenían que concretar los goles, no lo pudieron hacer. Pero, que lo buscaron. Siempre. No todos los disparos pueden ser goles (acordémonos de Argentina frente al mismo Venezuela. Pudo hacerle seis y, terminó solo con dos). En el medio campo, estuvo cumpliendo de buena forma. Pese a la mala condición de Méndez en ese cotejo. La zaga, mostró que es lo peor del equipo. Pero, para mí, no fue culpa del portero el gol. En cambio, frente a Brasil, las cosas mejoraron en el primer tiempo. Un gol de esos que puede ocurrir en cualquier partido y, algo que no debe llamarnos la atención, el error del árbitro Larrionda (uruguayo), cuando no cobró un claro penal. En el segundo tiempo, un segundo gol y, el resto mejor no hablar. Nos hicieron recordar, de lo que ocurría veinte años atrás, cuando venía al país y nos goleaban.
¿Será culpa del técnico Suárez? Yo no lo creo. Estuvo bien planteado y, el no juega. El plantel se desdibujó y, simplemente, las cosas no salieron como todos esperábamos. El próximo mes enfrentaremos a Paraguay en Asunción, país que tiene cuatro puntos de los seis disputados. Y, luego estaremos frente a la selección de Perú, en nuestra casa, en nuestro gran estadio Olímpico de la ciudad de Quito. ¿Qué tal si ganamos los dos partidos? Haríamos seis puntos, igual que al término del primer año, en los dos campeonatos mundiales en que participamos. Por lo tanto, no está todo perdido. Es lamentable la pérdida con Venezuela y, con Brasil, lamentable por el resultado, más no por la pérdida, ya que ha sido frente a los penta campeones del mundo. Tengamos esperanza y mucha fe y, que se hagan bien las cosas, para seguir adelante. El camino es todavía largo.
Esto, es lo que ha ocurrido. Han jugado dos partidos, pero faltan 16. Es decir, falta aún por jugar 48 puntos que, perfectamente pueden permitir mejorar y clasificar por tercera ocasión a un mundial. Sin embargo, eso ocurrirá siempre que, se realicen las correcciones del caso, desde las medidas que tomen los directivos, hasta la selección de los mejores jugadores.
Mañana se escuchará versiones de todos los tipos, en contra de dirigentes, miembros del cuerpo técnico y jugadores. Siempre habrá gente que, al igual de unirse al "carro de los vencedores", son los primeros en "hechar al fuego leña". Es decir, dando a "alguien", con tal que estén en contra. Por esa misma razón, voy a tratar de analizar los ocurrido en estos dos cotejos, de acuerdo con mi más modesto entender; pero no dando palo a las personas, por el mero hecho de haber fallado. Trataré, en lo posible, de ser lo más objetivo posible.
En el partido frente a Venezuela, el equipo cumplió como nos tenía acostumbrados a hacerlo, con un buen toque del balón y, llevando siempre la tranquilidad en cada jugada. Lamentablemente, quienes tenían que concretar los goles, no lo pudieron hacer. Pero, que lo buscaron. Siempre. No todos los disparos pueden ser goles (acordémonos de Argentina frente al mismo Venezuela. Pudo hacerle seis y, terminó solo con dos). En el medio campo, estuvo cumpliendo de buena forma. Pese a la mala condición de Méndez en ese cotejo. La zaga, mostró que es lo peor del equipo. Pero, para mí, no fue culpa del portero el gol. En cambio, frente a Brasil, las cosas mejoraron en el primer tiempo. Un gol de esos que puede ocurrir en cualquier partido y, algo que no debe llamarnos la atención, el error del árbitro Larrionda (uruguayo), cuando no cobró un claro penal. En el segundo tiempo, un segundo gol y, el resto mejor no hablar. Nos hicieron recordar, de lo que ocurría veinte años atrás, cuando venía al país y nos goleaban.
¿Será culpa del técnico Suárez? Yo no lo creo. Estuvo bien planteado y, el no juega. El plantel se desdibujó y, simplemente, las cosas no salieron como todos esperábamos. El próximo mes enfrentaremos a Paraguay en Asunción, país que tiene cuatro puntos de los seis disputados. Y, luego estaremos frente a la selección de Perú, en nuestra casa, en nuestro gran estadio Olímpico de la ciudad de Quito. ¿Qué tal si ganamos los dos partidos? Haríamos seis puntos, igual que al término del primer año, en los dos campeonatos mundiales en que participamos. Por lo tanto, no está todo perdido. Es lamentable la pérdida con Venezuela y, con Brasil, lamentable por el resultado, más no por la pérdida, ya que ha sido frente a los penta campeones del mundo. Tengamos esperanza y mucha fe y, que se hagan bien las cosas, para seguir adelante. El camino es todavía largo.