Volver a la humildad

Enviado por carlosefrain el Mar, 16/10/2007 - 11:27
Aquella bazuca de José Manuel Rey, a los 22 minutos del segundo tiempo, no explotaba nunca, si se tomaban precauciones simples y efectivas. Nos llamó poderosamente la atención que un golero profesional, ponga una barrera, en una distancia de 45 metros y después, juegue 10 metros adelantado y vuele cinco segundos después del ingreso del balón
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El año terminó victorioso con la desbordante pasión del hincha, que se agigantó  por la "Navidad Tricolor", celebración íntima y de gozo que recordará  las hazañas y proezas de nuestros héroes en las eliminatorias 2004-2005, para  llegar al Mundial Alemania 2006.
Cuándo un equipo marca, juega, sabe ir al ataque, tiene su cuota de grandeza, de entrega,  con jugadores en permanente evolución, que inventan sorpresas, que hablan, se ubican bien, implicando todo ello un estilo, una convicción, una manera de sentir el fútbol, en definitiva una marca registrada, es cuando viene la reflexión madura- salpicada de halagos y anécdotas.

Todo es presente. Alemania 2006 fue la consagración, ya que Polonia y Costa Rica, mordieron el polvo de la derrota. Entonces, el objetivo, era competir, jugar bien y llegar a una instancia de trascendencia. Y tras haberse codeado con los mejores del mundo, nuestra selección nacional de fútbol hoy tiene más fuerza y experiencia, está hecha para las grandes hazañas, porque todos han madurado, por eso, el equilibrio armónico de estrategias, la solidaridad en el campo y fuera de él, hacen de este grupo de amigos, un equipo de una combatividad fenomenal y de una entrega permanente hacia el objetivo de participar en la competencia de alto nivel, exclusiva para los que lucharon, planificaron y triunfaron.
 
 Cuando un equipo que está metido en el corazón de su hinchada, busca un equilibrio emocional, nace la idolatría  y crece el amor por la divisa, la que se vuelve parte de una sociedad que aplaude y rechaza, que sonríe y llora.

Lo realmente trascendental es volver, poco a poco a las antiguas emociones, al "hambre de triunfos", al sacrificio, a la vocación, al esfuerzo irrestricto, con un DT que como Luis Fernando Suárez, no arruga, que utiliza el método de análisis para que el equipo convalezca, ajeno a la fe ganadora que supo tener en las dos eliminatorias anteriores. Y si el amargo e inesperado contraste ante Venezuela sirve para que se tomen correctivos, sacrificando conceptos y decisiones, obligarán a que todos junten sus manos e impongan ritmo y precisión, derrochando magia, aquella que llevan en la sangre cuando sienten la presión de la adversidad. ¡Que así sea! ¡Que Sudáfrica 2010 sepa que Ecuador será uno de sus preferidos!

GONZALO MELO RUIZ