El internacional italiano Marco Materazzi defiende su estilo rudo en el campo y asegura que desde el cabezazo de Zinedine Zidane que él provocó en la final del Mundial de Alemania ha intentado en vano reunirse con el francés.

"Estoy en paz conmigo mismo. Varias veces he intentado encontrarme con él para aclararlo todo, pero él me ha esquivado. Es su problema", afirma Materazzi en una entrevista que publica hoy la revista especializada alemana "Sport Bild".

En sus declaraciones, el defensa del Inter se niega una vez más a contar qué fue lo que le dijo a Zidane para provocar su furibunda reacción, pero asegura que tiene previsto escribir un libro en el que lo explicará "todo".

Materazzi justifica su juego agresivo y sostiene que es "duro" pero no "brutal" y que se atiene a las reglas del juego.

Como ejemplo de que su comportamiento en el campo nada tiene que ver con su vida particular cita el ejemplo de los duelos con Gennaro Gattuso en los derbis contra el Milán.

"Es mi mejor amigo, como si fuera mi hijo. Me hice cargo de él cuando entró en el Perugia con 15 años. Incluso le presté dinero cuando no tenía nada. La amistad no cambia porque nos hagamos pedazos el uno al otro con regularidad", dice.

Lo que no soporta Materazzi es que le llamen "hijo de puta" desde las gradas. "Esa gente no respeta mi historia. Mi madre murió cuando yo tenía 15 años. ¿Sabe lo que significa eso para un niño? Cualquiera al que le haya pasado algo así puede entender cómo sufro cuando me llaman hijo de puta".

EFE