Con cautela, aunque esgrimiendo un tenis potente y eficaz, el español Rafael Nadal afrontará mañana, jueves, su segundo obstáculo en el torneo de Wimbledon ante el austríaco Werner Eschauer, verdugo del español Rubén Ramírez, con la única preocupación que le plantea, por el momento, el irregular clima londinense.

No defraudó en su cita debut en esta edición. Tampoco dejó que la enorme presión mediática trastocara su concentración para avisar, con un juego contundente en la pista Central, de que por segundo año consecutivo su nombre sonará con fuerza en el cuadro masculino.

Sin embargo, el número dos del mundo reitera sin cansarse que esta fase inicial "es sólo la primera ronda". No quiere agobios.

Ya no es de la opinión de que la hierba es sólo apta "para el Real Madrid -club al que Nadal profesa una auténtica devoción- o para pasto de las vacas", como recuerda hoy el diario británico "The Independent".

Aunque no parece que el balear vaya a cambiar de superficie preferida, dada su manifiesta predilección por la tierra, donde se mueve como pez en el agua, sus despliegues magistrales en césped han bastado para demostrar que se ha convertido en un jugador de hierba sobresaliente.

Con tres Roland Garros en su bolsillo, y 22 títulos en total en su palmarés, a sus 21 años, Nadal aspira ahora a equiparar la hazaña de Bjorn Borg, que logró ganar en París en cuatro ocasiones consecutivos (desde el año 1978 hasta el 1981) y que, además, se proclamó campeón en Wimbledon cinco años seguidos, desde el 76 hasta el 80.

Hasta la fecha, la única preocupación del manacorense parece ser el irregular clima londinense: "Prefiero el sol, y no esta lluvia y este viento", admitió el jugador, en alusión a los frecuentes parones en los partidos a causa de las inclemencias del tiempo.

Las bazas del mallorquín continúan siendo las de siempre: una ambición desbordante, su gran y admirable determinación, además de un innegable talento natural con la raqueta.

El nombre de su idolatrado Roger Federer, flamante campeón de Wimbledon y el gran rival de Nadal, continúa sonando en cada comparecencia del español con los medios de comunicación. Hacia el helvético, el mallorquín no tiene más que elogios y sigue viendo en el juego de Federer el modelo "a copiar".

El mallorquín superó con nota su primer escollo en Wimbledon, ante un muy capaz Mardy Fish, quien sin embargo tuvo que despedirse del torneo tras 3 sets. Nadal se dio a sí mismo "un 8 o un 9" como nota por su rendimiento en la "Catedral".

El próximo rival del zurdo de Manacor, que no perdió su saque en ningún momento ante el estadounidense, será el jugador austríaco Werner Eschauer, número 72 en el ránking mundial, y un competidor que nunca ha logrado imponer su tenis al de un jugador del top-ten.

Pese a que las estadísticas, por el momento, sonríen al campeón español, Nadal mantiene siempre una actitud prudente y cautelosa, además de mostrar un gran respeto hacia sus adversarios.

De Fish, no dejó de recordar la dificultad que planteaba el juego del norteamericano, aunque de Eschauer, un rival contra el que se enfrentó en el pasado, reconoce que no le "recuerda".

En primera ronda, Eschauer se convirtió en verdugo de otro español, Rubén Ramírez, en la primera victoria que logra este jugador en Wimbledon, donde compite por segundo año.

La primera incursión de Eschauer en este torneo se produjo en el año 2000 y fue otro español, Alberto Martín, el que le despidió entonces.

Este año, el jugador austríaco se proclamó campeón en cuatro torneos challengers: en Lugano, Wroclaw, Monza y Chiasso, y fue finalista en el de Barletta y semifinalista en el de Dresden.EFE