San Lorenzo, un campeón que carecía de crédito
San Lorenzo de Almagro obtuvo el domingo el título de campeón del torneo Clausura 2007 del fútbol argentino con la amplitud y contundencia necesarias para superar la presión de un ambicioso Boca Juniors y un Estudiantes acaparador de elogios por su alto rendimiento en la temporada.
Tras una prolongada racha de frustraciones, el fichaje del entrenador Ramón Díaz, al que el presidente del club, Rafael Savino, no eligió pero que tuvo que aceptar por imposición de dirigentes alarmados por la caída libre del equipo, provocó un cambio que ahora los propios jugadores admiten como la clave del éxito.
El presidente, la directiva y el ochenta por ciento de los futbolistas azulgrana campeones fueron abucheados e insultados hasta diciembre pasado por la afición tras las desventuras continuas del un equipo hundido, sin rumbo.
También los entrenadores Gustavo Alfaro y Oscar Ruggeri, que por sus fracasos fueron despedidos y continúan cobrando hoy lo que establecen sus contratos.
En las encuestas de los medios locales, River Plate, Estudiantes y Boca Juniors aparecían como los candidatos de los simpatizantes y la prensa especializada a ganar el título.
Pero San Lorenzo sumó 42 puntos con 13 victorias, tres empates y dos derrotas en 18 partidos y ganó el torneo en contra de lo que los aficionados al fútbol, en general, calculaban hace cuatro meses.
Futbolísticamente, el conjunto "santo" comenzó resolver la presión de Boca, que ha quedado a cuatro puntos de distancia en la clasificación a falta de una jornada para que termine, cuando lo venció en la cuarta jornada (0-3).
Esa victoria en "La Bombonera" y la imposibilidad boquense para sumar en ocasiones en las que el ahora campeón no lo hacía, fueron determinantes en la resolución del campeonato.
San Lorenzo mantuvo esa ventaja con un rendimiento equilibrado y sacó también provecho del desgaste de un Boca Juniors empeñado en mantener su estructura futbolística con mínimos cambios en busca de la "doble corona": el Clausura y la Copa Libertadores.
Ramón Díaz deseaba públicamente "suerte" al poderoso Boca antes de cada partido que disputaba en la competición continental, en la que se clasificó finalista al superar por 3-0 al Cúcuta colombiano tras perder fuera de casa por 3-1, para que se mantuviera preocupado por la otra competición.
En la Libertadores el equipo boquense también pagó tributo al esfuerzo y perdió cuatro de los seis encuentros que jugó lejos de su país, lo cual le dejó en una situación difícil ante la posibilidad de quedarse con las manos vacías en ambos frentes.
Tras firmar su contrato en diciembre de 2006, Díaz, que en Argentina sólo había dirigido a River Plate, con el cual obtuvo siete títulos, impidió que San Lorenzo traspasara al punta Ezequiel Lavezzi a los riverplatenses, y fichó de esa plantilla a Gastón Fernández, finalmente goleador del equipo.
Aceptó que el portero Sebastián Saja emigrara al Gremio de Brasil -ahora rival de Boca en la final de la Libertadores- y pidió la contratación del centrocampista Cristian Ledesma, también ex jugador de River y de Argentinos Juniors, figura en la formación campeona.
Todos los jugadores "santos" dijeron el domingo, a la hora de las celebraciones, que las llaves del éxito se las dio Díaz, un especialista en motivar individualidades y grupos.
El tercero en la clasificación es Estudiantes de La Plata, campeón del Apertura 2006, que acaba de asegurarse la continuidad del entrenador Diego Simeone hasta mediados de 2008.
Si bien San Lorenzo es el campeón y Boca Juniors su seguidor en el Clausura, en el mundillo futbolístico argentino se afirma que Estudiantes es el equipo más compacto y compensado de la temporada que finaliza, con Juan Sebastián Verón como eje y con un rendimiento con el que ha recuperado un puesto en la selección.
River Plate, cuatro a 12 puntos del líder, ha completado tres años de sequía y su técnico, Daniel Passarella cayó en desgracia frente a una afición que le tenía como ídolo en su carácter de jugador y entrenador campeón en otras épocas. Ahora lo insulta y le pide que dimita.
La situación impulsó recientemente a Passarella a anunciar que si hasta diciembre no obtiene con el equipo el Apertura o la Copa Sudamericana dimitirá pese a que tiene contrato hasta 2009.
Racing e Independiente, de pobre actuación en los dos torneos de la temporada, arrancarán el segundo semestre del año con nuevos entrenadores.
El primero ya cuenta con Gustavo Costas, procedente del Cerro Porteño de Paraguay, y el conjunto rojo con Pedro Troglio, que entrenaba hasta hace algunas semanas al Gimnasia de La Plata y que ha sido sustituido en ese club por el colombiano Francisco "Pacho" Maturana.
Quilmes, el equipo del club decano del fútbol argentino, fundado en 1887, ha perdido la categoría y en la última jornada, el próximo fin de semana, otro conjunto descenderá directamente: Belgrano o Nueva Chicago.
Tras una prolongada racha de frustraciones, el fichaje del entrenador Ramón Díaz, al que el presidente del club, Rafael Savino, no eligió pero que tuvo que aceptar por imposición de dirigentes alarmados por la caída libre del equipo, provocó un cambio que ahora los propios jugadores admiten como la clave del éxito.
El presidente, la directiva y el ochenta por ciento de los futbolistas azulgrana campeones fueron abucheados e insultados hasta diciembre pasado por la afición tras las desventuras continuas del un equipo hundido, sin rumbo.
También los entrenadores Gustavo Alfaro y Oscar Ruggeri, que por sus fracasos fueron despedidos y continúan cobrando hoy lo que establecen sus contratos.
En las encuestas de los medios locales, River Plate, Estudiantes y Boca Juniors aparecían como los candidatos de los simpatizantes y la prensa especializada a ganar el título.
Pero San Lorenzo sumó 42 puntos con 13 victorias, tres empates y dos derrotas en 18 partidos y ganó el torneo en contra de lo que los aficionados al fútbol, en general, calculaban hace cuatro meses.
Futbolísticamente, el conjunto "santo" comenzó resolver la presión de Boca, que ha quedado a cuatro puntos de distancia en la clasificación a falta de una jornada para que termine, cuando lo venció en la cuarta jornada (0-3).
Esa victoria en "La Bombonera" y la imposibilidad boquense para sumar en ocasiones en las que el ahora campeón no lo hacía, fueron determinantes en la resolución del campeonato.
San Lorenzo mantuvo esa ventaja con un rendimiento equilibrado y sacó también provecho del desgaste de un Boca Juniors empeñado en mantener su estructura futbolística con mínimos cambios en busca de la "doble corona": el Clausura y la Copa Libertadores.
Ramón Díaz deseaba públicamente "suerte" al poderoso Boca antes de cada partido que disputaba en la competición continental, en la que se clasificó finalista al superar por 3-0 al Cúcuta colombiano tras perder fuera de casa por 3-1, para que se mantuviera preocupado por la otra competición.
En la Libertadores el equipo boquense también pagó tributo al esfuerzo y perdió cuatro de los seis encuentros que jugó lejos de su país, lo cual le dejó en una situación difícil ante la posibilidad de quedarse con las manos vacías en ambos frentes.
Tras firmar su contrato en diciembre de 2006, Díaz, que en Argentina sólo había dirigido a River Plate, con el cual obtuvo siete títulos, impidió que San Lorenzo traspasara al punta Ezequiel Lavezzi a los riverplatenses, y fichó de esa plantilla a Gastón Fernández, finalmente goleador del equipo.
Aceptó que el portero Sebastián Saja emigrara al Gremio de Brasil -ahora rival de Boca en la final de la Libertadores- y pidió la contratación del centrocampista Cristian Ledesma, también ex jugador de River y de Argentinos Juniors, figura en la formación campeona.
Todos los jugadores "santos" dijeron el domingo, a la hora de las celebraciones, que las llaves del éxito se las dio Díaz, un especialista en motivar individualidades y grupos.
El tercero en la clasificación es Estudiantes de La Plata, campeón del Apertura 2006, que acaba de asegurarse la continuidad del entrenador Diego Simeone hasta mediados de 2008.
Si bien San Lorenzo es el campeón y Boca Juniors su seguidor en el Clausura, en el mundillo futbolístico argentino se afirma que Estudiantes es el equipo más compacto y compensado de la temporada que finaliza, con Juan Sebastián Verón como eje y con un rendimiento con el que ha recuperado un puesto en la selección.
River Plate, cuatro a 12 puntos del líder, ha completado tres años de sequía y su técnico, Daniel Passarella cayó en desgracia frente a una afición que le tenía como ídolo en su carácter de jugador y entrenador campeón en otras épocas. Ahora lo insulta y le pide que dimita.
La situación impulsó recientemente a Passarella a anunciar que si hasta diciembre no obtiene con el equipo el Apertura o la Copa Sudamericana dimitirá pese a que tiene contrato hasta 2009.
Racing e Independiente, de pobre actuación en los dos torneos de la temporada, arrancarán el segundo semestre del año con nuevos entrenadores.
El primero ya cuenta con Gustavo Costas, procedente del Cerro Porteño de Paraguay, y el conjunto rojo con Pedro Troglio, que entrenaba hasta hace algunas semanas al Gimnasia de La Plata y que ha sido sustituido en ese club por el colombiano Francisco "Pacho" Maturana.
Quilmes, el equipo del club decano del fútbol argentino, fundado en 1887, ha perdido la categoría y en la última jornada, el próximo fin de semana, otro conjunto descenderá directamente: Belgrano o Nueva Chicago.