Cañas mantiene alto el estandarte albiceleste
Guillermo Cañas se ha quedado como único defensor del estandarte albiceleste en Roland Garros, donde se quedaron a las puertas de los cuartos de final Juan Mónaco y David Nalbandian.
Mientras que Cañas precisó de poco más de dos horas para derrotar a Mónaco por 6-0, 6-4, 6-2, Nalbandian cerraba la jornada con una agónica derrota frente al ruso Nikolay Davydenko, cuarto favorito, por 6-3, 7-6(1), 3-6, 7-6(2) en casi tres horas y media de juego.
Tras deshacerse sin muchos problemas de Mónaco, Cañas desafía ahora al cuarto cabeza de serie, el ruso Nikolay Davydenko, verdugo de Nalbandian.
En una envidiable forma y pleno de ilusión tras haber superado un periodo de sanción por una infracción por dopaje que él siempre ha negado, Cañas, favorito 19, aparece como un sólido candidato al puesto de "tercer hombre" que rompa el bipartidismo que representan el suizo Roger Federer y el español Rafael Nadal.
Al primero ya lo ha ganado en dos ocasiones esta temporada y lo afrontaría en semifinales si supera la siguiente ronda.
Los puntos sumados en este Roland Garros le colocan ya como el mejor argentino del ránking.
Cañas no oculta que se encuentra en el mejor momento de toda su carrera y que, por tanto, no se pone metas en el torneo.
A Davydenko le ha ganado en tres de los cuatro duelos que han disputado y el argentino cuenta a su favor con la adaptación a la tierra batida.
Pero el ruso ya ha demostrado que es algo más que un gran sacador y sobre esa superficie jugó hace dos años las semifinales y el pasado los cuartos de final.
Cañas, de 29 años, aseguró que llega a los cuartos de final de Roland Garros con cinco años más de experiencia que su primera comparecencia, cuando cayó contra el español Carlos Costa, y en un mejor momento de forma que cuando en 2005 le derrotó su compatriota Mariano Puerta.
La calma con la que se deshizo de Mónaco es una prueba de que ha encontrado un momento sereno. Desplegando un juego de alto nivel, en una pista Suzanne Lenglen con 10.000 personas que no dejaron un asiento libre, Cañas acabó por desquiciar a un Mónaco que nunca antes había llegado tan arriba en un Grand Slam.
Acabó así la bonita aventura de un Mónaco que gracias al empujón de Roland Garros que le permitirá meterse entre los 30 mejores del mundo.
Sus octavos en París, su reciente victoria en Austria y la de Buenos Aires le permiten asegurar que ha cumplido con creces los objetivos marcados y afrontar con mucho optimismo un futuro que se antoja prometedor.
Nalbandian naufragó frente a un sólido Davydenko al que, pese a todo, logró sacar algunas lagunas en el juego, una vía abierta en la que debe profundizar Cañas.
El cordobés llegó a París falto de partidos, pero su juego en la capital francesa invitaban al optimismo si, con lo que había puesto, seguía avanzando rondas.
Pero ante Davydenko se encontró con un rival demasiado sólido y ambicioso, apoyado en un saque demoledor, con frecuencia por encima de los 200 kilómetros por hora, pero al que estuvo a punto de llevar a un quinto set.
En el cuarto parcial dominó con un saque arriba, pero cuando servía para ganar cedió y abocó el parcial a un juego de desempate en el que el argentino lamió las rayas pero en el que terminó sucumbiendo ante el ruso.
El semifinalista de dos de las últimas tres ediciones se mostró satisfecho de la mejora de su juego registrada en Roland Garros y opinó que el de hoy fue su mejor partido en este torneo.
"Tardé en entrar en juego y luego no pude forzar el quinto porque no aproveché mi saque en el cuarto set, fue una pena", señaló.
El cordobés aseguró que siente que ha cumplido el objetivo de la primera parte del año. "Siento que me voy jugando bien, que mejoro y que estoy encontrando mi nivel. Creo que la segunda parte del año será buena", afirmó.
Mientras que Cañas precisó de poco más de dos horas para derrotar a Mónaco por 6-0, 6-4, 6-2, Nalbandian cerraba la jornada con una agónica derrota frente al ruso Nikolay Davydenko, cuarto favorito, por 6-3, 7-6(1), 3-6, 7-6(2) en casi tres horas y media de juego.
Tras deshacerse sin muchos problemas de Mónaco, Cañas desafía ahora al cuarto cabeza de serie, el ruso Nikolay Davydenko, verdugo de Nalbandian.
En una envidiable forma y pleno de ilusión tras haber superado un periodo de sanción por una infracción por dopaje que él siempre ha negado, Cañas, favorito 19, aparece como un sólido candidato al puesto de "tercer hombre" que rompa el bipartidismo que representan el suizo Roger Federer y el español Rafael Nadal.
Al primero ya lo ha ganado en dos ocasiones esta temporada y lo afrontaría en semifinales si supera la siguiente ronda.
Los puntos sumados en este Roland Garros le colocan ya como el mejor argentino del ránking.
Cañas no oculta que se encuentra en el mejor momento de toda su carrera y que, por tanto, no se pone metas en el torneo.
A Davydenko le ha ganado en tres de los cuatro duelos que han disputado y el argentino cuenta a su favor con la adaptación a la tierra batida.
Pero el ruso ya ha demostrado que es algo más que un gran sacador y sobre esa superficie jugó hace dos años las semifinales y el pasado los cuartos de final.
Cañas, de 29 años, aseguró que llega a los cuartos de final de Roland Garros con cinco años más de experiencia que su primera comparecencia, cuando cayó contra el español Carlos Costa, y en un mejor momento de forma que cuando en 2005 le derrotó su compatriota Mariano Puerta.
La calma con la que se deshizo de Mónaco es una prueba de que ha encontrado un momento sereno. Desplegando un juego de alto nivel, en una pista Suzanne Lenglen con 10.000 personas que no dejaron un asiento libre, Cañas acabó por desquiciar a un Mónaco que nunca antes había llegado tan arriba en un Grand Slam.
Acabó así la bonita aventura de un Mónaco que gracias al empujón de Roland Garros que le permitirá meterse entre los 30 mejores del mundo.
Sus octavos en París, su reciente victoria en Austria y la de Buenos Aires le permiten asegurar que ha cumplido con creces los objetivos marcados y afrontar con mucho optimismo un futuro que se antoja prometedor.
Nalbandian naufragó frente a un sólido Davydenko al que, pese a todo, logró sacar algunas lagunas en el juego, una vía abierta en la que debe profundizar Cañas.
El cordobés llegó a París falto de partidos, pero su juego en la capital francesa invitaban al optimismo si, con lo que había puesto, seguía avanzando rondas.
Pero ante Davydenko se encontró con un rival demasiado sólido y ambicioso, apoyado en un saque demoledor, con frecuencia por encima de los 200 kilómetros por hora, pero al que estuvo a punto de llevar a un quinto set.
En el cuarto parcial dominó con un saque arriba, pero cuando servía para ganar cedió y abocó el parcial a un juego de desempate en el que el argentino lamió las rayas pero en el que terminó sucumbiendo ante el ruso.
El semifinalista de dos de las últimas tres ediciones se mostró satisfecho de la mejora de su juego registrada en Roland Garros y opinó que el de hoy fue su mejor partido en este torneo.
"Tardé en entrar en juego y luego no pude forzar el quinto porque no aproveché mi saque en el cuarto set, fue una pena", señaló.
El cordobés aseguró que siente que ha cumplido el objetivo de la primera parte del año. "Siento que me voy jugando bien, que mejoro y que estoy encontrando mi nivel. Creo que la segunda parte del año será buena", afirmó.