La frustración de una afición que no pudo ver a Boca Juniors
Una mezcla entre bronca y frustración se reflejó en los rostros de muchos aficionados que se agolparon a la entrada del hotel a donde llegaría anoche Boca Juniors de Argentina, rival de hoy del Cúcuta Deportivo en la Copa Libertadores de América.
El deseo de ver al equipo rival pudo más que el cansancio de las horas que fueron transcurriendo, y que habían comenzado aún de día para terminar con las sombras de la noche.
A medida que fue transcurriendo el tiempo, la multitud fue creciendo, como también las medidas de seguridad del hotel que con vigilantes y policías intentaban mantenerlos al margen.
Sin embargo, la situación se hizo insoportable y la espera interminable. Ni siquiera los medios de prensa podían acceder al hotel para obtener una entrevista o por lo menos una frase de alguno de los jugadores de Boca Juniors.
Y lo que es peor, mientras los aficionados continuaban rodeando el hotel en espera del equipo argentino, los autobuses que lo transportaban arribaron a las 20:30 hora local, entrando por los estacionamientos del hotel y quitando toda posibilidad a sus seguidores de por lo menos verlos de lejos.
Luego de entrar por la puerta de atrás del hotel, para no tener roce alguno con los aficionados y rodeados por un sinnúmero de vigilantes, los jugadores entraron, sin musitar una palabra.
Las medidas de seguridad del hotel se fueron al extremo de pedirle incluso a los demás huéspedes, que no salieran de sus habitaciones para no molestar a las "estrellas" de Boca, que no querían ser importunadas.
Lo que parecía una burla logró despertar la bronca de la gente, que comenzó a gritar en contra del equipo argentino, y peor aún cuando se vieron atropellados por la policía que a toda costa quería que se alejaran de los alrededores del hotel.
El día no había terminado como lo habían planeado, las camisetas de Boca Juniors y los papeles no recibieron el autógrafo deseado, quizá por el cansancio del viaje, o sencillamente porque el que llegó por primera vez a Cúcuta fue Boca Juniors de Argentina.
El deseo de ver al equipo rival pudo más que el cansancio de las horas que fueron transcurriendo, y que habían comenzado aún de día para terminar con las sombras de la noche.
A medida que fue transcurriendo el tiempo, la multitud fue creciendo, como también las medidas de seguridad del hotel que con vigilantes y policías intentaban mantenerlos al margen.
Sin embargo, la situación se hizo insoportable y la espera interminable. Ni siquiera los medios de prensa podían acceder al hotel para obtener una entrevista o por lo menos una frase de alguno de los jugadores de Boca Juniors.
Y lo que es peor, mientras los aficionados continuaban rodeando el hotel en espera del equipo argentino, los autobuses que lo transportaban arribaron a las 20:30 hora local, entrando por los estacionamientos del hotel y quitando toda posibilidad a sus seguidores de por lo menos verlos de lejos.
Luego de entrar por la puerta de atrás del hotel, para no tener roce alguno con los aficionados y rodeados por un sinnúmero de vigilantes, los jugadores entraron, sin musitar una palabra.
Las medidas de seguridad del hotel se fueron al extremo de pedirle incluso a los demás huéspedes, que no salieran de sus habitaciones para no molestar a las "estrellas" de Boca, que no querían ser importunadas.
Lo que parecía una burla logró despertar la bronca de la gente, que comenzó a gritar en contra del equipo argentino, y peor aún cuando se vieron atropellados por la policía que a toda costa quería que se alejaran de los alrededores del hotel.
El día no había terminado como lo habían planeado, las camisetas de Boca Juniors y los papeles no recibieron el autógrafo deseado, quizá por el cansancio del viaje, o sencillamente porque el que llegó por primera vez a Cúcuta fue Boca Juniors de Argentina.