Milán-Liverpool, por una cuestión de honor.
Milán y Liverpool se enfrentan, el miércoles, en el Estadio Olímpico de Atenas, en busca de un nuevo título europeo, para ocupar el trono que ha dejado vacante el Barcelona, pero también, o quizá sobre todo, por una cuestión de honor; para zanjar una disputa que comenzó hace dos años, en la final más asombrosa de una Liga de Campeones.
Como si de dos duelistas se tratase, el Milán ha encontrado dos años después la revancha deseada, ha citado en la capital griega al rival que le arrebató, en Estambul, un título que creía tener en su poder cuando llegó al descanso con tres goles de ventaja y que el conjunto del español Rafa Benítez logró en la tanda de penaltis, tras una increíble remontada.
Desde entonces, no ha habido estadio al que haya acudido el equipo de Carlo Ancelotti en el que los aficionados rivales no hayan exhibido en las gradas, con sorna, una pancarta con el lema "Remember Istanbul".
Durante dos largas temporadas, el Milán ha tenido que escuchar cánticos alusivos a su derrota ante el Liverpool y, por eso, la palabra "vendetta" circula por la capital lombarda desde el momento en el que se supo que la historia le ofrecía a los de Ancelotti una segunda oportunidad.
Y nadie mejor para explicarlo que Gennaro Gattuso, un calabrés que se ha convertido en el alma del Milán, el jugador adorado por los aficionados por su entrega, por el técnico, por su carisma, y por sus propios compañeros, por su capacidad de sacrificio.
"No puede haber más motivación extra que jugar una final europea, pero ésta es algo más. Para nosotros es una cuestión de orgullo", ha explicado.
Gattuso asegura que una segunda Copa de Europa, tras la conquistada en 2004, los situaría junto a los más grandes de la historia del club, pero admite, que, sobre todo, cerraría la herida. "No sé si se puede llamar revancha, pero tenemos la oportunidad de desterrar aquella increíble noche", afirma.
Ancelotti y Rafa Benítez coinciden en que no se repetirá la historia, pero la tienen presente. El técnico italiano dice que su equipo no dejará escapar esta vez otra ocasión así y el español, mientras, asegura que, con dos años más de experiencia, el Liverpool no ofrecerá tantas facilidades de salida.
Por si acaso, Benítez se ha encargado de recordar que aún mantiene las anotaciones de aquel encuentro. "Todavía tengo las notas de Estambul. No son un sólo un recuerdo, las usaré. Me sirven para corregir los errores que cometimos entonces", indica.
Es Benítez el mayor aval con el que cuentan los aficionados de los "reds", porque fue el técnico madrileño el que, en Estambul, supo despertar a una plantilla alicaída por la paliza recibida.
"Siempre recordaré la atmósfera que se vivía en el descanso, porque pese a la goleada sentíamos a la afición detrás". De su arenga, de su apuesta a caer con orgullo por los hinchas que habían viajado hasta Turquía, salió un equipo convencido de remontar y, ahora, ha tratado de que sus jugadores no tengan que esperar hasta el segundo tiempo para reaccionar.
Ancelotti, que se ha ganado las iras de la prensa británica por calificar al Liverpool de "conjunto típicamente mediterráneo", asume que el Milán puede ser ligeramente superior, después de haberse exhibido en la semifinal contra el Manchester United, pero destaca "la organización y extraordinaria capacidad de concentración" del rival.
Llegado el momento decisivo, el Milán cuenta con el jugador más desequilibrante del momento, el brasileño Kaká, autor de diez goles en esta competición, pero también con la segunda juventud del holandés Clarence Seedorf y el espíritu ganador de Gattuso.
Para contrarrestarlo, el Liverpool apuesta por el compromiso de todos sus jugadores, donde hasta el ídolo Steven Gerrard puede perder protagonismo volcado hacia una banda, para dar entrada en el equipo al argentino Javier Mascherano.
Benítez, que fichó al español Álvaro Arbeloa para anular a Ronaldinho en los octavos de final, puede contar con éste y con Mascherano para atascar el juego de Kaká y Pirlo.
Está, además, la habilidad de Pepe Reina para detener penaltis. El ex guardameta del Villarreal ya le dio la Copa de Inglaterra al Liverpool de esta forma, la temporada pasada, y fue el héroe de la semifinal ante el Chelsea, mientras que el brasileño Dida, en la meta contraria, carga con el recuerdo de Estambul y su irregular actuación este año.
El partido será especial para Reina, que quiere entregar a su padre la copa que se le escapó hace 33 años, en el último minuto, o para el holandés Dirk Kuyt, cuyo progenitor no ha podido viajar a Atenas por padecer cáncer, pero sobre todo para Paolo Maldini, que si se recupera a tiempo disputará su octava final, igualando al madridista Paco Gento.
El vencedor no parece capaz de marcar una época, porque no está claro que el Milán, pese a haber disputado tres finales en cuatro años, sea el mejor conjunto italiano y parece probado que el Liverpool aún está varios pasos por detrás del Manchester y el Chelsea, en Inglaterra, pero ofrece continuidad a la tradición; el Milán sumará, si gana, su séptima Copa y el Liverpool, en el caso contrario, la sexta. EFE