Bolivia dice en Suiza que medida niega derecho universal 20 millones personas
El ministro boliviano de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, defendió hoy en Suiza que vetar los partidos de fútbol en campos a más de 2.500 metros de altitud niega un derecho universal a 20 millones de personas en América Latina, donde ese deporte es un factor de "identidad cultural y cohesión social".
Quintana preside una delegación enviada por el presidente de Bolivia, Evo Morales, a la sede de la FIFA para intentar que su presidente, Josep Blatter, rectifique y de marcha atrás en su decisión de prohibir los partidos oficiales a partir de mas de 2.500 metros de altura.
Hasta el momento, la delegación ha conseguido que Blatter se reuniera hoy con embajadora de Bolivia ante la sede de Naciones Unidas en Ginebra, Angélica Navarro, según explicó a Efe el propio Quintana, quien aseguró que el responsable de la FIFA "ratificó lo que él mismo dijo en 2000 en La Paz de que era favorable a no tratar el asunto de la altura".
"Blatter aseguró que es un tema de la Comisión de Salud y más bien desvió la responsabilidad a lo que ocurra en la reunión de -los diez países afiliados a- la Confederación Suramericana de Fútbol el 15 de junio en Asunción", aseguró Quintana.
El Gobierno boliviano está dispuesto, según el político, "a recurrir ante cualquier foro internacional o instituciones vinculadas a los derechos humanos, así como ante toda la comunidad internacional, con el argumento de fondo de que el fútbol es un derecho universal".
Bolivia es uno de los países más afectados por esa decisión adoptada por la FIFA con el argumento de que la altitud merma el rendimiento de los jugadores y perjudica su salud.
El principal estadio boliviano, el Hernando Siles de La Paz, está situado a 3.577 metros sobre el nivel del mar, pero hay otros cuatro donde se disputan partidos de torneos internacionales en Cochabamba (2.558 metros), Sucre (2.790), Oruro (3.702) y Potosí (3.976).
La decisión "intempestiva", que "nos deja consternados y es una "señal de ambigüedad y transgresión respecto a la promesa de Blatter en 2000", se ha adoptado, según Quintana, a partir de un informe "aparentemente nada contrastado y sospechoso de haber seguido procedimientos transparentes".
Por ello, Bolivia se opondrá a la decisión en la reunión de la Confederación del próximo mes y, según Quintana, también lo harán Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú, ya que la decisión "contrasta con los mandatos de la FIFA, en los que se asume que el fútbol es una práctica deportiva universal, no discriminatoria y no excluyente, además de saludable".
"El principio de universalidad queda roto con una decisión así, paradójicamente en un momento en que en el mundo se reconocen los derechos de los pueblos indígenas", apuntó Quintana, quien cifró en 20 millones de personas "las que verán negado un derecho universal".
La delegación de Bolivia, que reconoce su deseo de que esa posible reunión entre Blatter y Morales tuviera lugar antes de la reunión de Asunción, también se reunió hoy con el presidente de la Confederación Suramericana de Fútbol, Nicolás Leoz.
Según Quintana, Leoz "se ratificó en su opinión de que no se deben vetar los partidos por cuestiones de altura, tal como aseguró hace ya diez años".
Bolivia teme además que esta decisión pueda sentar un precedente para otras disciplinas deportivas, al tiempo que defiende contar con "un arsenal científico para contrastar a fondo el contenido del informe" de la Comisión de Salud.
Además, "tenemos una constatación empírica todos los días, porque millones de bolivianos practican fútbol por encima de los 2.500 metros y nadie se ha muerto", al tiempo que miles de futbolistas nacidos en zonas costeras "son el mejor testimonio de que uno se puede adaptar y jugar con la misma calidad".
"En las provincias afectadas, el fútbol es ya parte de la identidad cultural, un mecanismo de cohesión social que permite la disolución de conflictos y un factor sociológico y económico, porque muchas personas viven de él", apuntó el político para defender que "la altura no es un factor que afecte ni de lejos a la salud de los deportistas".
Quintana preside una delegación enviada por el presidente de Bolivia, Evo Morales, a la sede de la FIFA para intentar que su presidente, Josep Blatter, rectifique y de marcha atrás en su decisión de prohibir los partidos oficiales a partir de mas de 2.500 metros de altura.
Hasta el momento, la delegación ha conseguido que Blatter se reuniera hoy con embajadora de Bolivia ante la sede de Naciones Unidas en Ginebra, Angélica Navarro, según explicó a Efe el propio Quintana, quien aseguró que el responsable de la FIFA "ratificó lo que él mismo dijo en 2000 en La Paz de que era favorable a no tratar el asunto de la altura".
"Blatter aseguró que es un tema de la Comisión de Salud y más bien desvió la responsabilidad a lo que ocurra en la reunión de -los diez países afiliados a- la Confederación Suramericana de Fútbol el 15 de junio en Asunción", aseguró Quintana.
El Gobierno boliviano está dispuesto, según el político, "a recurrir ante cualquier foro internacional o instituciones vinculadas a los derechos humanos, así como ante toda la comunidad internacional, con el argumento de fondo de que el fútbol es un derecho universal".
Bolivia es uno de los países más afectados por esa decisión adoptada por la FIFA con el argumento de que la altitud merma el rendimiento de los jugadores y perjudica su salud.
El principal estadio boliviano, el Hernando Siles de La Paz, está situado a 3.577 metros sobre el nivel del mar, pero hay otros cuatro donde se disputan partidos de torneos internacionales en Cochabamba (2.558 metros), Sucre (2.790), Oruro (3.702) y Potosí (3.976).
La decisión "intempestiva", que "nos deja consternados y es una "señal de ambigüedad y transgresión respecto a la promesa de Blatter en 2000", se ha adoptado, según Quintana, a partir de un informe "aparentemente nada contrastado y sospechoso de haber seguido procedimientos transparentes".
Por ello, Bolivia se opondrá a la decisión en la reunión de la Confederación del próximo mes y, según Quintana, también lo harán Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú, ya que la decisión "contrasta con los mandatos de la FIFA, en los que se asume que el fútbol es una práctica deportiva universal, no discriminatoria y no excluyente, además de saludable".
"El principio de universalidad queda roto con una decisión así, paradójicamente en un momento en que en el mundo se reconocen los derechos de los pueblos indígenas", apuntó Quintana, quien cifró en 20 millones de personas "las que verán negado un derecho universal".
La delegación de Bolivia, que reconoce su deseo de que esa posible reunión entre Blatter y Morales tuviera lugar antes de la reunión de Asunción, también se reunió hoy con el presidente de la Confederación Suramericana de Fútbol, Nicolás Leoz.
Según Quintana, Leoz "se ratificó en su opinión de que no se deben vetar los partidos por cuestiones de altura, tal como aseguró hace ya diez años".
Bolivia teme además que esta decisión pueda sentar un precedente para otras disciplinas deportivas, al tiempo que defiende contar con "un arsenal científico para contrastar a fondo el contenido del informe" de la Comisión de Salud.
Además, "tenemos una constatación empírica todos los días, porque millones de bolivianos practican fútbol por encima de los 2.500 metros y nadie se ha muerto", al tiempo que miles de futbolistas nacidos en zonas costeras "son el mejor testimonio de que uno se puede adaptar y jugar con la misma calidad".
"En las provincias afectadas, el fútbol es ya parte de la identidad cultural, un mecanismo de cohesión social que permite la disolución de conflictos y un factor sociológico y económico, porque muchas personas viven de él", apuntó el político para defender que "la altura no es un factor que afecte ni de lejos a la salud de los deportistas".