Decisión de la FIFA fue una victoria del ser humano, dice el Flamengo
La decisión de la FIFA de impedir partidos internacionales a más de 2.500 metros de altura sobre el nivel del mar causó hoy alborozo en las filas del Flamengo, que en febrero pasado se quejó formalmente por el sufrimiento de sus jugadores en los 4.000 metros de la ciudad boliviana de Potosí.
"Me gustaría agradecer al presidente del Flamengo, Márcio Braga, y al presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ricardo Teixeira, que lucharon mucho para que esto ocurriera (la prohibición), declaró el vicepresidente de la entidad rojinegra de Río de Janeiro, Kléber Leite.
Para Leite la decisión del Comité Ejecutivo de la FIFA anunciada ayer durante la reunión preparatoria de su congreso 57, en Zúrich, "fue una victoria del ser humano".
Leite recordó que el 14 de febrero pasado los jugadores del Flamengo pasaron dificultades para sustraer un empate 2-2 del fortín del Potosí en partido correspondiente a la primera jornada del Grupo 5 de la Copa Libertadores.
Sin aire, los jugadores sufrieron mareos, dolores de cabeza, calambres musculares, y debieron recibir oxigeno durante el partido.
Al término del encuentro los directivos presentaron una queja formal ante la Confederación Suramericana de Fútbol (Conmebol) y la FIFA, y garantizaron no volverían a jugar en esas condiciones.
La medida de la FIFA afecta a las selecciones de Colombia, Bolivia, Ecuador, que generalmente tienen como cuarteles generales las ciudades de Bogotá (a 2,649 metros sobre el nivel del mar), Bolivia (3.600 metros) y Quito (2.850 metros)
"Por razones médicas y para proteger la salud de los jugadores, el Ejecutivo resolvió que, en el futuro, no se deberá disputar partidos internacionales a una altura superior a los 2.500 metros", subrayó la FIFA en un comunicado divulgado el domingo.
La altura ha sido un tradicional enemigo de la selección y los clubes brasileños.
Para el Mundial de 1970, la selección de Mario Jorge Lobo Zagallo se preparó con un mes de anticipación en México para jugar en la altura de 2.335 metros de la capital.
En un partido de la Copa América de 1979, disputado en La Paz, Zico sintió mareos y no pudo entrar en la cancha. En el comienzo del mismo partido el delantero zurdo Mario Sergio, hoy técnico del Figueirense, dio un pique y cayó en el piso, sin aire.
En 1993, durante las eliminatorias para el Mundial de Estados Unidos, Brasil perdió por 2-0 en La Paz. Fue su primera derrota en la historia del torneo clasificatorio para el Mundial.
En las eliminatorias del Mundial de 2002, en Corea del Sur y Japón, Brasil cayó por 3-1.
En las eliminatorias del Mundial de 2006, Brasil también cayó por la mínima diferencia en su visita a Quito.
Para todos esos encuentros los brasileños han tratado de minimizar los efectos de la altitud llegando horas antes del partido.
"Me gustaría agradecer al presidente del Flamengo, Márcio Braga, y al presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ricardo Teixeira, que lucharon mucho para que esto ocurriera (la prohibición), declaró el vicepresidente de la entidad rojinegra de Río de Janeiro, Kléber Leite.
Para Leite la decisión del Comité Ejecutivo de la FIFA anunciada ayer durante la reunión preparatoria de su congreso 57, en Zúrich, "fue una victoria del ser humano".
Leite recordó que el 14 de febrero pasado los jugadores del Flamengo pasaron dificultades para sustraer un empate 2-2 del fortín del Potosí en partido correspondiente a la primera jornada del Grupo 5 de la Copa Libertadores.
Sin aire, los jugadores sufrieron mareos, dolores de cabeza, calambres musculares, y debieron recibir oxigeno durante el partido.
Al término del encuentro los directivos presentaron una queja formal ante la Confederación Suramericana de Fútbol (Conmebol) y la FIFA, y garantizaron no volverían a jugar en esas condiciones.
La medida de la FIFA afecta a las selecciones de Colombia, Bolivia, Ecuador, que generalmente tienen como cuarteles generales las ciudades de Bogotá (a 2,649 metros sobre el nivel del mar), Bolivia (3.600 metros) y Quito (2.850 metros)
"Por razones médicas y para proteger la salud de los jugadores, el Ejecutivo resolvió que, en el futuro, no se deberá disputar partidos internacionales a una altura superior a los 2.500 metros", subrayó la FIFA en un comunicado divulgado el domingo.
La altura ha sido un tradicional enemigo de la selección y los clubes brasileños.
Para el Mundial de 1970, la selección de Mario Jorge Lobo Zagallo se preparó con un mes de anticipación en México para jugar en la altura de 2.335 metros de la capital.
En un partido de la Copa América de 1979, disputado en La Paz, Zico sintió mareos y no pudo entrar en la cancha. En el comienzo del mismo partido el delantero zurdo Mario Sergio, hoy técnico del Figueirense, dio un pique y cayó en el piso, sin aire.
En 1993, durante las eliminatorias para el Mundial de Estados Unidos, Brasil perdió por 2-0 en La Paz. Fue su primera derrota en la historia del torneo clasificatorio para el Mundial.
En las eliminatorias del Mundial de 2002, en Corea del Sur y Japón, Brasil cayó por 3-1.
En las eliminatorias del Mundial de 2006, Brasil también cayó por la mínima diferencia en su visita a Quito.
Para todos esos encuentros los brasileños han tratado de minimizar los efectos de la altitud llegando horas antes del partido.