Incertidumbre en Perú ante decisión FIFA de prohibir partidos en altura

Enviado por bielo el Dom, 27/05/2007 - 17:39
La decisión de la FIFA de prohibir la disputa de partidos internacionales en ciudades que estén por encima de los 2.500 metros de altura ha causado incertidumbre en Perú, donde se había planificado jugar las eliminatorias para el Mundial de 2010 en el estadio del Cuzco, ubicado a 3.400 metros sobre el nivel del mar.

Los comentaristas locales aseguran que la decisión se tomó por "presión" de federaciones sudamericanas como las de Argentina y Brasil y que eso puede hacer que se frustren las pretensiones de llevar los partidos a la antigua capital del Imperio de los Incas.

También se señala que la determinación FIFA ha sido "muy meditada" y se ha dictado "para perjudicar" directamente a países con un fútbol poco poderoso, como Perú y Bolivia, pero mostrar "respeto" a una potencia como México.

Ese argumento se basa en que muchos de los estadios mexicanos no superan los 2.500 metros y, en ellos, sí se podrá disfrutar de los torneos y partidos internacionales.

En medio de esa incertidumbre, y ante el mutis general de los dirigentes de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), la prensa local sugirió la posibilidad de que los encuentros se llevan a la también ciudad andina de Arequipa, en el sur del país.

Y es que la decisión de la FIFA puede favorecer la elección del estadio arequipeño, ubicado a 2.400 metros y donde ya se disputó la final de la Copa Sudamericana de 2003, que ganó el Cienciano del Cuzco al Ríver Plate de Argentina.

Pero la decisión de jugar los partidos en ciudades de altura no sólo tiene detractores en otras federaciones sudamericanas, sino también entre muchos de los "legionarios" peruanos, que se muestran preocupados ante esa posibilidad.

Este asunto fue puesto nuevamente en el debate hace dos días por Paolo Guerrero, el goleador del Hamburgo de Alemania, quien manifestó su desacuerdo y, en un claro reto a los dirigentes y el seleccionador Julio César Uribe, dijo que serán los jugadores los que decidirán.

La propuesta ha sido impulsada por el presidente de la Comisión de Selecciones, Juvenal Silva, quien en su condición de presidente del Cienciano apunta a aprovechar las condiciones geográficas de su país -algo similar a lo que hace Bolivia- y, de refilón, promocionar a Cuzco, su ciudad natal.

Su anhelo recibió un espaldarazo con la elección de Uribe como seleccionador, en momentos en que este dirigía al Cienciano, en una decisión que fue muy cuestionada porque se anunció cuando todos apostaban por Juan Carlos Oblitas, quien, según se afirma, rechazaba alejar las eliminatorias de Lima.

La decisión de la FIFA ha abierto ahora una serie de interrogantes, entre ellas las de los detractores de Uribe, que consideran que Silva ha perdido el principal argumento para mantenerlo en el cargo: su disposición a llevar a los rivales "grandes" de Sudamérica al bastión andino donde el oxígeno escasea.

Un aspecto que, en sentido estricto, no sólo es una amenaza para los seleccionados extranjeros, sino también para nacionales provenientes del llano, como Guerrero, quien, de primera intención, se niega abiertamente a ir al hermoso Cuzco si no es para hacer turismo.

A este descontento se han sumado otros reconocidos "legionarios", como Nolberto Solano, quien no ha sido convocado por sus abiertas discrepancias con Uribe y los dirigentes.

La polémica no es ajena a otros figuras de la selección, como Claudio Pizarro (Bayern Múnich alemán ) y Jefferson Farfán (PSV Eindhoven holandés), quienes seguramente deberán pronunciarse en los próximos días.

En última instancia, tal ha sido el impacto de la decisión que se ha informado en fuentes extraoficiales que el presidente de la FPF, Manuel Burga, ha viajado de urgencia a Zúrich para presentar un reclamo formal.

Se asegura que Burga no está sólo en su cruzada, sino que lo apoyan los dirigentes de las federaciones de Bolivia, Ecuador y Chile, que también serían afectadas por la medida y buscan que la posibilidad de jugar en altura reciba una nueva dosis de oxígeno.