El Madrid sueña con la Liga
Como el resto de candidatos siguen empeñados en ponerle la Liga en bandeja, el Real Madrid no está dispuesto a renunciar al regalo. Por ellos que no quede. Ya está sólo a dos puntos del Barcelona y a uno del Sevilla. Ver para creer. Su estilo de juego no ha cambiado y al final va a terminar por darle la razón a Capello, el bostezo va a ser efectivo. Y eso que ante Osasuna, bueno, este Osasuna plagado de ausencias, los blancos no hicieron un mal partido para lo que acostumbran. Raúl se mostró combativo y más acertado que en otras ocasiones, el reencontrado doble pivote Emerson-Diarra rindió a un gran nivel en defensa y... ¡en ataque!, Sergio Ramos y Casillas mantuvieron su habitual tono y Robinho sigue en estado de gracia. Sin ser un encuentro para tirar cohetes mostró a un Madrid que ya se cree el sueño del título aupado por una afición que lo empieza a ver factible. Ése es su mejor valor, su creencia en que es posible.
Los quince primeros minutos fueron muy entretenidos. Casillas y Ricardo se encargaron de mantener el marcador indemne. Los blancos llegaban con más asiduidad al área rojilla, pero la que tuvo David López pudo dinamitar el resto del encuentro. Sin embargo, se topó con el de siempre, San Iker, que sacó una de esas manos prodigiosas que mantienen vivo el sueño madridista.
Cuando parecía que Osasuna se le podía atragantar, el Madrid desplegó una jugada al primer toque que mató a los navarros. Diarra tocó con precisión a la entrada en el área de Emerson que, sutilmente, asistió de cabeza a Raúl y el capitán tocó con calidad a la red ante Ricardo. Su dedicatoria, señalando su dorsal, contenía un aviso a navegantes.
Los rojillos acusaron el golpe, pero el Madrid estaba cómodo con el resultado y tampoco buscaba más. Emerson y Diarra controlaban a las mil maravillas una medular en la que los suplentes de Puñal, Raúl García y Nekounam no podían plantar cara al doble pivote madridista. Higuaín y Robinho ponían las dosis de peligro necesarias para que los navarros desistieran de salir con alegría de la cueva. Y con este panorama lo lógico era llegar con la mínima ventaja al descanso.
En la reanudación los de Ziganda salieron mandones, pero los blancos pusieron las ocasiones. Osasuna controlaba, tocaba, se acercaba al área, pero la zaga blanca no pasaba apuros con sus centros. A la contra, como le gusta a Capello, los madridistas podían sentenciar, pero Ricardo lo evitó con dos grandes intervenciones a cabezazo de Emerson y trallazo de Sergio Ramos. También pudo el conjunto rojillo dar un sobresalto a Casillas en una falta frontal botada por David López que cabeceó demasiado alto Cuéllar cuando Cruchaga llegaba franco para empatar.
Aunque Osasuna no daba la impresión de poder empatar, cualquier jugada aislada podía devolver los fantasmas al Bernabéu. Quedaban quince minutos y nada se podía descartar hasta que apareció un jugador en estado de gracia: Robinho. El brasileño dio un gran pase a Higuaín, el argentino centró con potencia doblando las manos de Ricardo y el balón quedó muerto a los pies del canarinho, que machacó la sentencia. Capello lo retiró poco después para que se llevara su merecida ovación.
Un triunfo más cómodo de lo esperado que sitúa al Real Madrid a dos puntos del líder, en plena batalla por el título de Liga. Nadie habría apostado por ello hace un par de meses.
JUAN JOSÉ ANAUT