Duelo parejo en la actualidad y desequilibrado en la historia
Venezuela y Uruguay se miden el martes en la Copa América de Venezuela en un partido de fuerzas parejas en la actualidad, pero tras una larga etapa de desequilibrio histórico claramente decantado a favor de los uruguayos.
La principal prueba de esta diferencia es que cuando Venezuela disputó su primera eliminatoria par ir a un Campeonato del Mundo, de cara al de 1966 en Inglaterra, o cuando jugó su primera Copa América en 1967, Uruguay ya había sido campeón mundial en dos ocasiones y acumulaba diez títulos en su palmarés de la Copa.
Las distancias entonces entre ambos países eran abismales en lo futbolístico, primero porque no mantenían contacto y en segundo lugar porque en Uruguay el fútbol protagonizaba la vida del país y en Venezuela tenía una presencia testimonial.
Por ello, en aquellos tiempos, cuando Venezuela se presentó en el panorama sudamericano y mundial, sus compromisos ante Uruguay se resolvían con triunfos habituales de los uruguayos, incluso con alguna que otra goleada conseguida con cierta comodidad.
Eran los tiempos en los que Uruguay se acercaba a Venezuela a sumar los puntos sin excesivos problemas y en los que la diferencia de tres, cuatro cinco goles a su favor en Montevideo eran marcadores que se ceñían al guión de lo previsto.
Sin embargo, esta tendencia ha dado un giro notorio en los últimos años y un Venezuela-Uruguay ya no tiene en la actualidad esas connotaciones de favoritismo uruguayo propio de otros tiempos.
Ya en las eliminatorias para el Mundial, en agosto de 2001, antes del de Corea-Japón, se contabilizó un triunfo de Venezuela ante Uruguay. Se produjo en Maracaibo en un encuentro que los venezolanos ganaron por 2-0.
Posteriormente, en el camino hacia Alemania 2006, Venezuela dio un golpe de autoridad en Montevideo, donde ganó por un contundente y sorprendente 0-3, provocó la destitución del técnico uruguayo Juan Ramón Carrasco y sobre todo, dejó a su rival sin tres puntos fundamentales para tratar evitar la repesca en la que finalmente perdió contra Australia.
En la Copa América, un empate y cinco triunfo uruguayos completan el balance de confrontaciones, a lo que se unen un reciente partido amistoso ganado por Venezuela como local recientemente por 1-0, aunque también es cierto que el mismo partido se jugo también en Montevideo y acabó con un 4-0 para los locales.
Todos esos resultados contrastan con los triunfos holgados y cómodos de los uruguayos en los enfrentamientos de las últimas décadas. Desde un punto de visto estadístico podrían hacer pensar en que Uruguay no debería tener rival en Venezuela.
Sin embargo, hay motivos para reconsiderar esta apreciación, puesto que en el recorrido de los enfrentamientos directos, la victorias venezolanas se concentran en el últimos cinco o seis años, lo que puede entenderse como un indicativo de que las diferencias futbolísticas entre ambas selecciones han menguado sensiblemente.
Ahora, el encuentro de mañana en Mérida está, además, marcado por la ventaja de un punto en la clasificación que Venezuela tiene sobre Uruguay y también por el estado de ánimo de ambos equipos.
Los venezolanos están exultantes tras haber ganado a Perú en el encuentro del sábado, mientras que Uruguay no ha disfrutado de la misma forma tras la victoria contra Bolivia porque arrastraba la decepción del encuentro perdido contra los peruanos.
Lo único que tienen en común ambas selecciones en estos momentos, con el permiso de Perú y Bolivia, es la obligación de clasificarse para cuartos de final, algo que Bolivia prácticamente ya ha conseguido y que para los uruguayos dependerá del resultado de este partido.
La principal prueba de esta diferencia es que cuando Venezuela disputó su primera eliminatoria par ir a un Campeonato del Mundo, de cara al de 1966 en Inglaterra, o cuando jugó su primera Copa América en 1967, Uruguay ya había sido campeón mundial en dos ocasiones y acumulaba diez títulos en su palmarés de la Copa.
Las distancias entonces entre ambos países eran abismales en lo futbolístico, primero porque no mantenían contacto y en segundo lugar porque en Uruguay el fútbol protagonizaba la vida del país y en Venezuela tenía una presencia testimonial.
Por ello, en aquellos tiempos, cuando Venezuela se presentó en el panorama sudamericano y mundial, sus compromisos ante Uruguay se resolvían con triunfos habituales de los uruguayos, incluso con alguna que otra goleada conseguida con cierta comodidad.
Eran los tiempos en los que Uruguay se acercaba a Venezuela a sumar los puntos sin excesivos problemas y en los que la diferencia de tres, cuatro cinco goles a su favor en Montevideo eran marcadores que se ceñían al guión de lo previsto.
Sin embargo, esta tendencia ha dado un giro notorio en los últimos años y un Venezuela-Uruguay ya no tiene en la actualidad esas connotaciones de favoritismo uruguayo propio de otros tiempos.
Ya en las eliminatorias para el Mundial, en agosto de 2001, antes del de Corea-Japón, se contabilizó un triunfo de Venezuela ante Uruguay. Se produjo en Maracaibo en un encuentro que los venezolanos ganaron por 2-0.
Posteriormente, en el camino hacia Alemania 2006, Venezuela dio un golpe de autoridad en Montevideo, donde ganó por un contundente y sorprendente 0-3, provocó la destitución del técnico uruguayo Juan Ramón Carrasco y sobre todo, dejó a su rival sin tres puntos fundamentales para tratar evitar la repesca en la que finalmente perdió contra Australia.
En la Copa América, un empate y cinco triunfo uruguayos completan el balance de confrontaciones, a lo que se unen un reciente partido amistoso ganado por Venezuela como local recientemente por 1-0, aunque también es cierto que el mismo partido se jugo también en Montevideo y acabó con un 4-0 para los locales.
Todos esos resultados contrastan con los triunfos holgados y cómodos de los uruguayos en los enfrentamientos de las últimas décadas. Desde un punto de visto estadístico podrían hacer pensar en que Uruguay no debería tener rival en Venezuela.
Sin embargo, hay motivos para reconsiderar esta apreciación, puesto que en el recorrido de los enfrentamientos directos, la victorias venezolanas se concentran en el últimos cinco o seis años, lo que puede entenderse como un indicativo de que las diferencias futbolísticas entre ambas selecciones han menguado sensiblemente.
Ahora, el encuentro de mañana en Mérida está, además, marcado por la ventaja de un punto en la clasificación que Venezuela tiene sobre Uruguay y también por el estado de ánimo de ambos equipos.
Los venezolanos están exultantes tras haber ganado a Perú en el encuentro del sábado, mientras que Uruguay no ha disfrutado de la misma forma tras la victoria contra Bolivia porque arrastraba la decepción del encuentro perdido contra los peruanos.
Lo único que tienen en común ambas selecciones en estos momentos, con el permiso de Perú y Bolivia, es la obligación de clasificarse para cuartos de final, algo que Bolivia prácticamente ya ha conseguido y que para los uruguayos dependerá del resultado de este partido.