Aimar se gradua como cabeceador

Enviado por bielo el Vie, 29/06/2007 - 11:41
Pablo Aimar, que logró el tercer gol de la selección argentina en su partido ante Estados Unidos, ha añadido a sus condiciones técnicas una habilidad poco explotada por este futbolista hasta el momento, ya que el gol llegó tras un impresionante remate de cabeza.

El futbolista del Real Zaragoza entró en el terreno de juego en sustitución de Esteban Cambiasso mediado el segundo tiempo del encuentro que los argentinos finalmente ganaron a Estados Unidos por 4-1.

El jugador nacido en Rio Cuarto entró en el campo cuando el marcador todavía era de empate a un tanto y logró su único gol, el tercero de Argentina, en el minuto 78.

Aquellos que no vieron la televisión o que sólo tienen noticias por un amigo de que Aimar marcó un gol, se imaginarán o un disparo desde la frontal del área o la resolución de una pared con el delantero centro o la definición en una acción de contragolpe.

Muy pocos, sin embargo, pueden presuponer antes de verlo que en una jugada de ataque conducida por la banda izquierda por Gabriel Heinze, se iba a producir un centro al área y que Aimar con mucha potencia y desde muy lejos iba a cabecear con acierto y fuerza junto a la base del poste derecho de la meta defendida por el estadounidense Kasey Keller.

Fue el gol clásico de uno de esos nueves de la vieja usanza, de aquellos que están acostumbrados a encontrarse con cuatro o cinco acciones como esta por partido y que contabilizan en su historial un elevado número de goles de estas características.

No sólo no es el gol de cabeza la acción futbolística que más se asocia con Aimar. Ni tan siquiera el gol en general es una de sus virtudes, ya que se trata de un jugador con mucha más creación que definición.

Pablo Aimar recibió el trofeo EFE como mejor jugador sudamericano de la Liga española 2005-2006 por el rendimiento que ofreció en el Valencia en aquella temporada, la última que vivió en el club de Mestalla, ya que desde hace un año es futbolista del Real Zaragoza.

Para algunos, Aimar es un jugador con talento llamado a ser un grande y para otros es un futbolistas que con 27 años ya debería haber confirmado esta grandeza. En cualquier caso es un futbolista que ha contrastado su calidad tanto en River Plate como en el Valencia, el Zaragoza o la selección argentina.

Hace más de diez años, en 1996, debutó en la Primera División argentina y tres años después, en 1999, lo hizo en el equipo nacional de su país. Convocado para la Copa América disputada en Paraguay en 1999 no llegó a debutar con el equipo argentino en aquella cita.

Su buen rendimiento en River le hizo llegar a España en 2001 para jugar en el Valencia, en un principio durante ocho temporadas. En el club de Mestalla combinó grandes actuaciones y algunos goles de calidad con momentos de baja forma, lesiones y permanencias en el banquillo por decisión técnica.

Además, la consistencia física no era la principal de sus virtudes, aunque buena parte de sus problemas en este aspecto eran consecuencia de los marcajes férreos a los que se veía sometido sistemáticamente.

Su participación irregular en los partidos del equipo valenciano no le impidió proclamarse campeón de la Liga española en dos ocasiones (2002 y 2004), además de ganador de la Copa de la UEFA en 2004 y de la Supercopa de Europa aquel mismo año.

En Valencia cumplió un ciclo importante y desde este club siempre fue llamado a la selección, pero hace un año quedó claro que para el jugador y para su club era importante un cambio y en el Zaragoza inició una etapa en la que ha pasado a ser considerado como un futbolista fundamental.

Para Víctor Fernández, entrenador del equipo aragonés, Aimar era un jugador indiscutible. Es titular casi siempre y se ha convertido en una pieza clave en un Zaragoza que ha luchado por ganarse un puesto en la próxima edición de la Liga de Campeones y que disputará la Copa de la UEFA.