Aucas, lágrimas, agonía y calvario
Los que piensan con el corazón creen que Aucas jugará el 2017 en la serie”A”. Los que le llevaron al “matadero” al Papá no dan señales de vida. Y quienes decimos la verdad, aunque esta sea dolorosa y profunda, creemos que las cartas están echadas. Los errores se pagan. Hay que pensar en la institución y no en otras cosas.
Muchos creen en los milagros (no me incluyo) porque los 46 años de experiencia y autoridad en el fútbol me obligan a conceptuar las cosas en forma cruda y transparente. Lo que se inicia mal-termina pésimo.
En el 2016, faltando una fecha para terminar el campeonato el “Papá” ascendió al undécimo puesto (42 -14) y para salvarse tendrá que superar a Delfín (45 -12), cuando solo quedan tres puntos en disputa. El cuadro oriental visitará el sábado al campeón Barcelona al que debe derrotarlo por 3-0; mientras que los cetáceos recibirán a Emelec y ni perdiendo por 2-0 resignarían la oportunidad de estar en la serie”A” en el 2017.Es decir, todo está dicho. Séptimo descenso (1970-2016).
Los sepultureros se salieron con la suya. Fue el domingo 22 de octubre del 2006. A pesar de haber ganado 1-0 al D. Cuenca, Aucas descendió a la primera categoría “B”. Nadie esperaba este horrendo final. En el 2007 estuvo a un punto de retornar a la Serie A (terminó cuarto). Si el 2008 fue azaroso, el 2009 fue sumamente tormentoso. Un embaucador casi se lleva en camión al Aucas tras pedir la administración del club por 25 años.
Pero eso no era todo. Aucas se fue a Segunda Categoría el sábado 24 de octubre del 2009. El infierno era el sitio más cercano en este camino azaroso del querido equipo del sur de Quito. Las tinieblas cobijaban con sus temibles tentáculos a los ídolos y los gandules solo pululaban por las noches por miedo a la reacción del pueblo, que los buscaba para pedirles cuentas y castigarlos por el nefasto movimiento económico que tenía al equipo en la bancarrota total. Qué desembuchen lo robado. Esa era la misión.
Las tinieblas. Cuando llegó el fatídico mes de octubre del 2006 y las lágrimas de miles de auquistas inundaban el “Fortín” del Sur, masticando desengaño, desilusión y castigo, apareció la desgracia institucional con toda su crueldad y fue el epílogo para completar la suma de todos los males.
Los de turno, no tuvieron contemplación con la apasionante historia de Aucas e incluso tiraron la última palada de tierra, sepultando una camiseta gloriosa, querida, célebre y memorable. Nunca antes, ni en los peores momentos que tuvo a raíz de su fundación, el 6 de febrero de 1945, Aucas nunca fue manejado de esa forma tan catastrófica.
Lleno de deudas y de acreedores, sin recuperación de auspicios que lo apoyen y patrocinen, el ídolo veía el abismo ante la desesperación de miles de quiteños, que hinchas o no, miraban con impotencia el desplome del “Papá”.
En el 2012 apareció Ramiro Gordón y enterró el pesado lastre de los descensos (1970, 1977, 1984, 1990, 2006 y 2009). Después de haber transitado por caminos de herradura en la segunda categoría, después de tres años de sueños e ilusiones, venciendo todas las dificultades de una extenuante competencia, donde las hinchadas hostiles quisieron bajar el ánimo victorioso de los jugadores, donde las canchas en mal estado conspiraron al espectáculo ofrecido en todos los escenarios de competencias de la provincia y país, donde los arbitrajes quisieron empañar un método de triunfo invencible, de preparación mental y física, después de todo esto, Aucas se ubicó en el sitial añorado, gracias a la conjunción de ideas, esfuerzos y propósitos de todos, incluyendo a la fiel hinchada que lo siguió con pasión y entrega.
Carlos Ischia DT argentino conformó en el 2015 un equipo lleno de prestancia en algunos casos y pesados bardos en otros. Buscó a Alex Bolaños, Jonathan de la Cruz, Víctor Estupiñán, Ayrton Preciado, Mauro Bustamante y Edder Fuertes, obteniendo buenos resultados con victorias ante los grandes LDUQ y Barcelona y un inolvidable empate ante el Tricampeón, Emelec. En todos los partidos Aucas tuvo personalidad, sobriedad, solidaridad, temple y talento.
Y llegó el 2016. La Copa Sudamericana era un reto. El resplandor de Aucas era sinónimo de grandes proyectos y variadas alternativas de crecimiento. Se dio a conocer la nómina en la que aparecían extranjeros de medio pelo como Sebastián Blázquez, Horacio Salaberry, Marcelo “Chino” Benítez y Esteban Solari. Pero el fracaso estuvo a la vuelta de la esquina. Aucas eliminado. Algo lógico por la mediocridad de muchos y la poca jerarquía de casi todos.
La transición en Aucas dejó grave secuelas. Ya aparecieron Danny Walker y Vladimir Ortiz. El secreto duró poco. Gordón dejó al “Papá” en diciembre del 2015 y los nuevos inversionistas armaron en su totalidad el equipo del 2016. Nos enteramos cuando vino el terremoto de la eliminación de la Copa Sudamericana. La verdad se conocía tarde. Después se quiso explicar lo inexplicable.
Cancelaron en forma apresurada al prestigioso y triunfador DT Carlos Ischia (campeón con D. Quito 2011) y metieron al paquetazo del año: Tabaré Silva, uruguayo, que trajo su menaje de invierno: Martin Bonjour (defensa argentino) y David Hernández (carrilero por izquierda). ¡Paquetazos!
Un partido final. Es difícil cambiar la historia tras 43 partidos de lágrimas, pésimas presentaciones, técnicos que no dieron pie con bola (Silva y Osma), jugadores mediocres, arbitrajes deshonestos y finalmente, una directiva que desde el principio hizo las cosas mal.
Después de la eliminación de la Copa Sudamericana, Aucas saboreó lo dulce y amargo de la competencia, a la que volvía después de 12 años de un tránsito tenebroso, maligno y escabroso, con dirigentes que se valieron del equipo en forma vergonzosa y descarada. Y pese a la idolatría de 71 años de vigencia en los corazones de los humildes y trabajadores, de los jóvenes y viejos, los títulos son cada vez más esquivos. A duras penas el objetivo era defender la categoría y ni eso se pudo. ¡Qué vergüenza!.
El fracaso 2016 debe llamar a la reflexión. La institucionalidad, en bosquejar la filosofía del nuevo plan, en mentalizar a los actores a ser triunfadores y luchadores y finalmente, en compartir mediante charlas y acercamiento con los hinchas, la razón de ser de todo emprendimiento, los proyectos que deben tener un futuro atractivo, sostenible y principalmente alcanzable.
El 95% de los proyectos en fútbol ecuatoriano fracasan por no tener una filosofía que se identifique con el modo de ser de las instituciones, miembros, socios y seguidores. La verborrea mata conceptos, la desilusión al final es la antesala de las protestas y gritos destemplados e hirientes de los fanáticos, que no perdonan la mediocridad y la falta de calidad de muchos jugadores profesionales de Aucas.
Las causas que alimentan los fracasos según los parámetros definidos son simples, están a la vista, pero los mismos prevalecen por ambiciones personales. Nadie analiza, ninguno quiere ceder su espacio a riesgo de quedarse sin su fuente de empleo. Los factores que entorpecen el camino de quedarse sin su fuente de empleo. Los factores que entorpecen el camino de un proyecto son los siguientes:
Si un equipo consolida su institucionalidad debe cumplir con los acápites del proyecto:
• Visión, misión y estrategia
• Conformación de una real fuerza competitiva (analizada por el DT)
• Equipos de trabajo honestos con incidencia interna y externa.
• Comunicación y marketing con conocimientos del medio y tratp profesional a los medios.
• Análisis mental y entorno de jugadores (Visitadoras sociales que hurguen en el hogar de los contratados y sepan las virtudes y defectos de los profesionales del balón)
Y si no proyecta su imagen con resultados y hechos, es muy posible que aparezcan los fantasmas de toda la vida:
* El proyecto no se adapta a la misión, objetivos y propósitos de su pueblo, sufrido y valiente.
* Los resultados negativos, necesariamente provocarán la ira y la disconformidad de sus seguidores. Por ende pírricas asistencias y recaudaciones.
* Se aplicaron procesos de administración inadecuados (venta de boletos, publicidad, campañas de abonos, etc.)
* Se incluyeron normas técnicas o estrategias competitivas obsoletas o difíciles de entender por parte de los protagonistas (jugadores)
* El proyecto no cumplió los requerimientos. El incumplimiento de objetivos se transformó en un avispero donde todos salieron picados por la inconformidad humana.
Tras 71 años de lucha y momentos de gloria, hoy vivimos la cruda realidad de un equipo que tiene una cancha espectacular, con la mejor iluminación de Sudamérica, pero que curiosamente, no contó con un equipo competitivo ni una estructura sólida que le permita caminar sin sobresaltos, con una institucionalidad progresista, tradicional y atractiva para sus miles de seguidores.
El dolor continuó tras la salida de Tabaré Silva, quien agarró el equipo el 9 de mayo-2016. Jugó 8 partidos, perdió seis, empató 1 y ganó 1. Un fiasco. Un atraco a la hinchada.
Los actuales dirigentes deben rendir cuentas a sus hinchas. Muchos quieren que se vayan. Eso sería hacer leña del árbol caído. Seamos hombres y luchemos. Ya pasó lo peor. Aucas debe ser como el Ave Fénix: Resurgir de entre las cenizas. Ojalá sea así en el 2017.
Por: Gonzalo Melo Ruíz