Aucas, angustia, corazón y sueños
No se dio con River Ecuador. Aquel gol del “Chiquitín” Juan Diego Rojas, quebró las esperanzas de un equipo que desea fervientemente una victoria. Y de ahí empezar de nuevo. Aucas se aferra a la categoría aunque para ello deba disputar todos los domingos finales con jugadores que deben reflexionar, que deben morirse en las canchas del Ecuador, que deben aprender a ganarle a la adversidad, que deben tener carácter y temperamento ganador.
Ha regresado un gran luchador. Carismático y persistente. Gustavo el “Potrito” Figueroa, vuelve como un bálsamo de resistencia, lucha y coraje. El, como el que más sabe lo que significa jugar la segunda categoría, ganarla y pisando fuerte decirle a la “B” que ha retornado “Papá”, que será el gran competidor de la serie “A” donde siempre debe estar, pero con jugadores que dejen el alma en las competencias y que tengan calidad comprobada.
La cruda realidad de un equipo que tiene una cancha espectacular, con la mejor iluminación de Sudamérica, pero que curiosamente, no cuenta con un equipo competitivo ni una estructura sólida que le permita caminar sin sobresaltos, con una institucionalidad progresista, tradicional y atractiva para sus miles de seguidores, debe transformarse en el giro de 180 grados que necesita un equipo que tiene raigambre, arrastre y el cariño de todo un pueblo quiteño.
El nuevo entrenador Armando Osma deberá implementar un nuevo plan, deberá explicar a los jugadores que la competencia de alto nivel proyecta un solo objetivo: lucha y victoria.
El “Potro” Figueróa, ahora Ayudante Técnico de Aucas, deberá explicarles a los jugadores que es lo que significa jugar la segunda categoría, ganar más de 44 partidos y subir a la “B”, ascendiendo a la serie” A” donde siempre tendrá un sitio especial, no solo por su tradición sino también por su raigambre popular.
Osma debe conocer como la palma de su mano quienes son sus jugadores. Que hacen, a que se dedican después del fútbol, si tienen un entorno sano, si estudian, se preparan para el futuro, pensando en que algún día van a dejar el fútbol.
Osma debe saber si los hogares son consolidados, si hay respeto a través del amor a los hijos y el respeto a la mujer. Debe saber si el entorno es sano, sino hay amigos viciosos que son recibidos en la sala de la casa como “panas” del jefe de hogar y son los que dañan un reducto de paz y amor.
Y finalmente, otro cambio en la política de consolidación institucional es el acercamiento con los hinchas, la razón de ser de todo emprendimiento, con la exposición de proyectos que deben tener un futuro atractivo, sostenible y principalmente alcanzable.
Con los jugadores de Aucas se debe crear una relación profesional con derechos y obligaciones, esclareciendo la razón de ser de una remuneración justa por logros conseguidos.
Los argumentos de fracasos según los parámetros definidos son simples, están a la vista, pero persisten, no son desechados por la prevalencia de funciones omnímodas que a veces se convierten en los principales elementos del fracaso.
Entonces, si el triste panorama actual no cambia, lo que viene, sin temor a equivocarme es lo siguiente:
a) Si los jugadores no tienen una vida dedicada a la formación de un hogar con bases de respeto y proyección futura, los resultados serán catastróficos, porque el hogar desaparecerá como aquella burbuja que agarró espacio y de pronto desapareció.
b) Si los jugadores no entienden los conceptos técnico-tácticos del entrenador, si hay improvisaciones por expulsiones o lesiones, la planificación semanal tendrá objeciones y los resultados serán determinantes para pensar en mejores días.
c) Los resultados negativos, necesariamente provocarán la ira y la disconformidad de sus seguidores. Por ende pírricas asistencias y recaudaciones.
d) Las promociones de apoyo hacia el equipo resultarán inadecuadas y la venta de boletos, publicidad y campañas de abonos serán insignificantes.
e) El fallido proyecto anual se transformará en un avispero donde todos salieron picados por la inconformidad humana y perseguidos por hinchas que explotan en su comportamiento agresivo y procaz.
f) Todo será cuestión de enmendar procedimientos. El dialogo frontal, respetuoso, inteligente y futuro, debe ser honesto. Dirigentes, jugadores y público, deben conformar el tridente de las batallas dominicales, donde deben prevalecer las ilusiones de los guerreros ganadoras.
Por: Gonzalo Melo Ruíz