Un Perú inoperante cae fácilmente ante Japón.
Japón doblegó hoy a Perú (2-0) con una facilidad que debería preocupar mucho a Julio César Uribe con vistas a la Copa América si no fuera porque a Perú le faltaron muchos jugadores importantes.
Es cierto que la rojiblanca viajó al país del sol naciente diezmada por muchas y muy importantes bajas, la mayoría de ellas en el grupo de jugadores que juegan en las ligas europeas.
Pero a pesar de que no estaban ni Pizarro, ni Farfán, ni Guerrero, ni Vargas, Perú se mostró blando, sin pegada, sin ideas y sin ganas. Delante se encontró a un equipo que sabe lo que hace y es consciente tanto de sus virtudes como de sus limitaciones.
Ningún japonés intentó nada que no supiera hacer, para eso ya estaba Nakamura, que hizo, deshizo, buscó y encontró, en dos ocasiones a balón parado que rebañaron Maki y Takahara, respectivamente.
La defensa peruana aguantó la primera parte, pero en la segunda mitad fue un coladero para las internadas de Komano.
El centro del campo dejó siempre pensar a Nakamura y en la delantera Perú pecó de inoperancia, salvando las arrancadas de Mariño, que fue el verdadero referente de los de Uribe.
Hidalgo también hizo callar al estadio Nissan de Yokohama en alguna ocasión, sobre todo a balón parado, como en una falta al borde del área cuando faltaban 20 minutos para acabar el partido.
Japón no jugó un partido excepcional, pero Perú se trajo a Yokohama un fútbol lento y dulzón, con sabor a sacarina, en el que no se leyó ninguna propuesta.
El partido se puso de espaldas a los peruanos desde el gol de Maki. A partir de ahí la combinada rojiblanca se movió por el campo siempre a remolque, sin voluntad y sin balón.
Las únicas veces que creó peligro llegaron a balón parado, o se debieron a alguna invención de Mariño, el único jugador peruano que parecía jugar a la misma intensidad que los japoneses.
Mariño hizo de Nakamura para su equipo, el problema fue que sus compañeros no le acompañaron en la empresa.
Él fue el autor de la jugada más interesante de su equipo en el minuto 24 de partido, que fue posible sólo gracias a la inteligencia de Flores.
Japón había cometido un error en una jugada a balón parado. Flores tomó el esférico y lo puso en juego rápidamente en el centro del campo, creando una situación de cuatro para cuatro que Mariño resolvió con un destello de magia que no suficiente para batir a Kawaguchi.
Pero eso fue todo, porque Perú siempre pareció a merced de un combinado nipón muy ordenado y totalmente dependiente del dúo formado por Nakamura, el dinamizador del equipo, y Komano, que hizo trizas la banda derecha peruana con sus internadas y siempre pudo con Paolo de la Haza.
Ambos estuvieron asistidos en su tarea de liderar el equipo por un eficiente Takahara, que hizo bueno todo lo que ha aprendido en su peripecia europea en el Eintrach de Frankfurt.
Takahara hizo un gol de ave de presa, uno de esos goles sin artificio, secos, que definen a un delantero natural.
El último tercios del partido, con el resultado ya decidido, Japón se liberó de la disciplina que lo define en su juego y Perú se dejó hacer.
El resultado: cuatro oportunidades claras, un palo y una afición japonesa encantada, que si cabe cantó a partir de entonces con más fuerza el 'mantra' de "Nippon, Nippon" (Japón, Japón), que no dejó de oirse durante todo el partido.
Los de Uribe, sintiéndose ya doblegados, se limitaron a esperar el final del partido con la esperanza de cazar algún error defensivo que nunca llegó.
Alineaciones:
2. Japón: Yoshikatsu Kawaguchi; Yuji Nakazawa, Marcus Tulio Tanaka, Yuki Abe (m.60 Kengo Nakamura), Akira Kaji; Yasuhito Endo (m.70 Naoteake Hanyu), Keita Suzuki (m.84 Akihiro Ienaga), Shunsuke Nakamura (m.84 Jungo Fujimoto), Yuichi Komano; Naohiro Takahara (m.84 Koki Mizuno) y Seiichiro Maki (m.70 Kisho Yano). Entrenador: Ivica Osim.
0. Perú: Juan Flores (m.46 George Forsyth); Martín Hidalgo, Walter Vílchez, Paolo de la Haza, Ismael Alvarado; Juan Carlos Bazalar (m.70 Reiner Torres), Juan Mariño, Alexander Sánchez, Edson Céspedes; Roberto Jiménez (m.70 Miguel Mostto) y Jhoel Herrera. Entrenador: Julio César Uribe.
Gol: 1-0, m.19: Seiichiro Maki, de cabeza. 2-0, m.54 Naohiro Takahara, de rechace.
Árbitro: Angelo Nardi (AUS), asistido por sus compatriotas Rodney Allen y Hakan Anaz, amonestó a Alvarado.
Incidencias: Partido amistoso, disputado en el estadio Nissan, ante 60.400 aficionados.
Es cierto que la rojiblanca viajó al país del sol naciente diezmada por muchas y muy importantes bajas, la mayoría de ellas en el grupo de jugadores que juegan en las ligas europeas.
Pero a pesar de que no estaban ni Pizarro, ni Farfán, ni Guerrero, ni Vargas, Perú se mostró blando, sin pegada, sin ideas y sin ganas. Delante se encontró a un equipo que sabe lo que hace y es consciente tanto de sus virtudes como de sus limitaciones.
Ningún japonés intentó nada que no supiera hacer, para eso ya estaba Nakamura, que hizo, deshizo, buscó y encontró, en dos ocasiones a balón parado que rebañaron Maki y Takahara, respectivamente.
La defensa peruana aguantó la primera parte, pero en la segunda mitad fue un coladero para las internadas de Komano.
El centro del campo dejó siempre pensar a Nakamura y en la delantera Perú pecó de inoperancia, salvando las arrancadas de Mariño, que fue el verdadero referente de los de Uribe.
Hidalgo también hizo callar al estadio Nissan de Yokohama en alguna ocasión, sobre todo a balón parado, como en una falta al borde del área cuando faltaban 20 minutos para acabar el partido.
Japón no jugó un partido excepcional, pero Perú se trajo a Yokohama un fútbol lento y dulzón, con sabor a sacarina, en el que no se leyó ninguna propuesta.
El partido se puso de espaldas a los peruanos desde el gol de Maki. A partir de ahí la combinada rojiblanca se movió por el campo siempre a remolque, sin voluntad y sin balón.
Las únicas veces que creó peligro llegaron a balón parado, o se debieron a alguna invención de Mariño, el único jugador peruano que parecía jugar a la misma intensidad que los japoneses.
Mariño hizo de Nakamura para su equipo, el problema fue que sus compañeros no le acompañaron en la empresa.
Él fue el autor de la jugada más interesante de su equipo en el minuto 24 de partido, que fue posible sólo gracias a la inteligencia de Flores.
Japón había cometido un error en una jugada a balón parado. Flores tomó el esférico y lo puso en juego rápidamente en el centro del campo, creando una situación de cuatro para cuatro que Mariño resolvió con un destello de magia que no suficiente para batir a Kawaguchi.
Pero eso fue todo, porque Perú siempre pareció a merced de un combinado nipón muy ordenado y totalmente dependiente del dúo formado por Nakamura, el dinamizador del equipo, y Komano, que hizo trizas la banda derecha peruana con sus internadas y siempre pudo con Paolo de la Haza.
Ambos estuvieron asistidos en su tarea de liderar el equipo por un eficiente Takahara, que hizo bueno todo lo que ha aprendido en su peripecia europea en el Eintrach de Frankfurt.
Takahara hizo un gol de ave de presa, uno de esos goles sin artificio, secos, que definen a un delantero natural.
El último tercios del partido, con el resultado ya decidido, Japón se liberó de la disciplina que lo define en su juego y Perú se dejó hacer.
El resultado: cuatro oportunidades claras, un palo y una afición japonesa encantada, que si cabe cantó a partir de entonces con más fuerza el 'mantra' de "Nippon, Nippon" (Japón, Japón), que no dejó de oirse durante todo el partido.
Los de Uribe, sintiéndose ya doblegados, se limitaron a esperar el final del partido con la esperanza de cazar algún error defensivo que nunca llegó.
Alineaciones:
2. Japón: Yoshikatsu Kawaguchi; Yuji Nakazawa, Marcus Tulio Tanaka, Yuki Abe (m.60 Kengo Nakamura), Akira Kaji; Yasuhito Endo (m.70 Naoteake Hanyu), Keita Suzuki (m.84 Akihiro Ienaga), Shunsuke Nakamura (m.84 Jungo Fujimoto), Yuichi Komano; Naohiro Takahara (m.84 Koki Mizuno) y Seiichiro Maki (m.70 Kisho Yano). Entrenador: Ivica Osim.
0. Perú: Juan Flores (m.46 George Forsyth); Martín Hidalgo, Walter Vílchez, Paolo de la Haza, Ismael Alvarado; Juan Carlos Bazalar (m.70 Reiner Torres), Juan Mariño, Alexander Sánchez, Edson Céspedes; Roberto Jiménez (m.70 Miguel Mostto) y Jhoel Herrera. Entrenador: Julio César Uribe.
Gol: 1-0, m.19: Seiichiro Maki, de cabeza. 2-0, m.54 Naohiro Takahara, de rechace.
Árbitro: Angelo Nardi (AUS), asistido por sus compatriotas Rodney Allen y Hakan Anaz, amonestó a Alvarado.
Incidencias: Partido amistoso, disputado en el estadio Nissan, ante 60.400 aficionados.