El fútbol femenino viene ganado espacio en la palestra pública, pero no solo como futbolistas sino también como árbitras.
Si bien el imaginario de que el fútbol “es un deporte de hombres” poco a poco fue cambiando y Claudia Umpiérrez dio un paso importante para contribuir a esto, pues se convertirá en la primera árbitra del fútbol uruguayo.
Futbolista confesa, el deporte lo lleva en la sangre, creció con un denominador común, la pelota de fútbol, pues su padre es entrenador de fútbol, sus hermanos lo practicaban, su tío fue futbolista profesional y por su esto fuera poco se casó con Gabriel Popovits, también árbitro, "enfrente a mi casa de la infancia hay una cancha de fútbol y nos criamos peloteando ahí", dijo Umpiérrez recordando su infancia.
Sin duda que el camino no fue fácil, "al principio me costó, pero luego que me acostumbré lo tomo todo con naturalidad", expresó la arbitra, pese a todo en 2010 recibió la escarapela FIFA, su trayectoria data de copas del mundo, sudamericanos y libertadores a nivel del fútbol femenino.
A sus 33 años también posee su título de abogada, ya que hizo dos carreras a la par, pues al llegar a Montevideo para estudiar la universidad se inscribió en un curso del Colegio de Árbitros al que se dedicaba en las noches, lo que le sirvió para aportar económicamente a su familia, ya que le pagaban por arbitrar.
Su camino en el arbitraje profesional lo forjó a pulso, pues empezó en cuarta categoría por cuatro años, luego pasó a tercera y a Segunda División, donde estuvo seis años, Claudia Umpiérrez confiesa que por un momento pensó dejar esta carrera, “al tercer año estuve a punto de largar el arbitraje, porque me sacrificaba mucho por algo que no me estaba dando tanto", dijo respecto a su situación económica.
Cabe destacar que el número de mujeres que incursionan en el arbitraje, es escaso, por ejemplo en Uruguay, a nivel de Asociación Uruguaya de Fútbol, hay diez árbitros mujeres, pero en la máxima categoría del fútbol de este país será la primera, pues solo existe un antecedente que data de una jueza de línea, sin embargo se espera que esta cifra vaya en aumento en el continente.
Fuente: El Espectador