El español Rafael Nadal se despide de Wimbledon, luego que el alemán de origen jamaiquino Dustin Brown lo apabulló por momentos para sellar un claro triunfo de 7-5, 3-6, 6-4 y 6-4. Un potente saque de Brown selló el éxito del número 102 del ranking sobre el bicampeón del torneo y ex número uno del mundo.
Con sus rastas oscuras en contraste con el verde césped de la cancha central, Brown revolucionó al All England. Un poco por su aspecto de rastafari, sí, pero mucho más por su tenis. Brown ya había derrotado a Nadal sobre césped un año atrás en la segunda rueda de Halle, pero lo de hoy lo graduó como jugador, lo puso en primer plano, porque se llevó por delante a una leyenda del tenis como es Nadal. Y lo hizo en el court central del All England, el escenario en el que cualquier tenista sueña con vivir un triunfo consagratorio.
¿Qué hizo Brown? Sacó como los dioses en casi todo el partido y se jugó en momentos decisivos desde el fondo con golpes planos y secos, pero sobre todo puede decirse que "tocó" a Nadal: lo trajo a la red con drops, lo enloqueció con un golpe que se creía extinguido, el drive con slice, y lo pasó con globos y muñecazos inverosímiles. Brown fue el dueño de la tarde de principio a fin. Y es que el alemán de origen jamaicano es una especie en extinción. Nadie juega como él en el circuito. Golpes cortados, dejadas, voleas... un repertorio que sólo funciona en hierba. Por eso está el 102 del mundo y no dentro de los 50 mejores.
Arrancó con buen tino Nadal, capaz de romper casi de entrada el servicio de Brown y de aplazar el vendaval de juego que se le venía encima. Tras los primeros tanteos, el germano-jamaicano empezó a sentirse cómodo y a jugar su clásico servicio-volea que tan buen resultado le suele dar en hierba. Subiendo incluso al segundo saque, rematando a volea el 83% de sus bolas ganadoras y negándole el espacio a Nadal, confinado al fondo de la pista.
Brown pasó al ataque incluso al resto, en un decisivo último juego que el propio John McEnroe reconoció como "uno de los más trepidantes jamás vistos en Wimbledon". El alemán rompió para flema que mantuvo durante todo el primer set para exteriorizar su alegría tras romper el saque a Nadal y adjudicarse la manga. Hasta ese momento contabilizaba ya 24 subidas a la red, que se dicen pronto.
Nadal logró sin embargo recomponerse a la salida del segundo set con una sucesión de impecables restos que volvieron a poner en su sitio a Brown. Tras romperle el servicio, el mallorquín se fue con 1-3 y supo macar la diferencia afinando más al saque con un juego en blanco y con dos "passing shots" decisivos para salvar dos bolas postreras de "break".
Pero la victoria por 3-6 en la segunda tanda fue tan sólo un alivio temporal. Brown volvió a venirse arriba y a colocar segundos servicios a 180 por hora. El grito de Nadal sonaba ya entonces a quejido, y esa fue ya la tónica hasta el final. El "fuck it!" con el que llegó a celebrar una de incontables subidas en el tercer set, que venció de manera inapelable, lo decía todo sobre su sed de victoria en la pista principal de Wimbledon.
En el cuarto set, Nadal ya no era Nadal y Brown era Brown al cuadrado. Lo intentó Rafa con 4-2 en contra, capaz aún de apuntarse un juego en blanco al saque. Nadal dio todavía un último rayo de esperanza a sus fans de la pista central -incluido Antonio Banderas- cuando salvó dos bolas de partido con el marcado 5-3. Pero con el servicio en su mano y la melena al viento, el germano-jamaicano no perdonó, que remató lo que para él es una hazaña 6-4 con su 13º ‘ace’. La pista central de Wimbledon acabó bailando reggae.
El alemán se suma así a los jugadores modestos que en los últimos años expulsaron prematuramente a Nadal de Wimbledon: el checo Lukas Rosol en 2012, el belga Steve Darcis en 2013 y Nick Kyrgios en 2014. El juego del australiano tiene de modesto muy poco, eso es cierto, pero un año atrás no era el jugador que es hoy.
Tampoco Nadal, que jugó cinco veces la final del All England y cuya seguidilla de derrotas este año lo harán quedar fuera de los diez mejores del mundo en el ranking del 12 de julio, aunque más importante que eso es lo que se preguntaban los comentaristas en la transmisión de la BBC durante el encuentro: "¿Hasta cuándo podrá aguantar estas derrotas?"
EL RECUERDO DE HALLE, OTRO GOLPE SOBRE CÉSPED
En el césped de Halle, el 12 de junio del año pasado, Dustin Brown ya le había mostrado sus credenciales a Rafael Nadal. Fue por octavos de final, con un inesperado 6-4 y 6-1 en sólo 59 minutos. "Rafa fue humillado sobre la hierba", escribió la prensa española, tres días después de una nueva consagración en Roland Garros.
Menos de una hora necesitó el alemán para eliminar a Nadal sobre el césped de Halle, en el Gerry Weber Open. Nadal, agotado tras la victoria en París, no tuvo reacción ante el empuje de Brown.
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— Wimbledon (@Wimbledon) julio 2, 2015
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Tomado: canchallena.lanacion.com.ar - elmundo.es