El piloto español Fernando Alonso (Renault), actual campeón del mundo y líder destacado del Mundial, buscará este fin de semana en el circuito de Indianápolis el último podio que le falta, el del Gran Premio de Estados Unidos, en donde vuelve a ser el gran favorito para llevarse la victoria.

Hace una semana a Alonso le faltaban únicamente por visitar dos podios, los de los grandes premios de Canadá y Estados Unidos. El primero lo añadió a su palmarés con un brillante triunfo y ahora sale en busca del segundo en una carrera que estadísticamente no se le ha dado demasiado bien.

El Gran Premio de Estados Unidos abre la segunda mitad del campeonato del mundo. Fernando Alonso ha saldado las primeras nueve citas del Mundial con seis victorias -las cuatro últimas de forma consecutiva- y tres segundos puestos. Ha sumado el 93,3 por ciento de los puntos posibles y parece no tener rival.

Alonso, que justo dentro de un mes cumple 25 años, ha estado cuatro veces en el Gran Premio de Estados Unidos con un saldo de tres abandonos y una no participación. En 2001, al volante de un Minardi-European, el asturiano no pudo acabar por la rotura de un semieje; en 2003 abandonó por una avería en el motor de su Renault R23B, y al año siguiente se quedó fuera de combate por un accidente a los mandos de un R24.

El año pasado, Alonso, al igual que el resto de pilotos cuyos equipos utilizaban neumáticos Michelin, optaron por lo tomar la salida por motivos de seguridad. La peraltada curva número 13 del circuito de Indianápolis era un luchar en el que las ruedas de la marca francesa no aguantaban, lo que ponía en peligro la integridad física de los pilotos.

En uno de los mayores fiascos de la historia de la Fórmula Uno sólo tomaron la salida seis coches, los de las escuderías Ferrari, Jordan -hoy Midland- y Minardi -actualmente Toro Rosso-, y se impuso, como no podía de ser otra forma, el alemán Michael Schumacher, por delante de su compañero de equipo, el brasileño Ruben Barrichello, que en la presente campaña pilota un Honda.

Este año todos los pilotos quieres resarcir al defraudado público estadounidense, que si casi nunca ha sentido interés por la Fórmula Uno, desde hace un año lo considera, además, un campeonato aún más devaluado.

El primero que quiere llevar el espectáculo a las gradas de Indianápolis es Fernando Alonso, empeñado en ganar su quinta carrera consecutiva, algo que hasta la fecha sólo han conseguido el propio Michael Schumacher, el australiano Jack Brabham y los británicos Jim Clark y Nigel Mansell. El récord absoluto lo tiene, con nueve, el italiano Alberto Ascari.

La superioridad de su mecánica, amparada en su tremenda fiabilidad, que le ha permitido sumar quince podios seguidos, hace que Alonso llegue a Indianápolis con más optimismo que nunca en un escenario que no le ha sido nunca propicio. Pero las estadísticas están, a su juicio, para romperlas.

Alonso dispone de 25 puntos de ventaja sobre Schumacher, su casi único gran rival, y 45 sobre el finlandés Kimi Raikkonen (McLaren-Mercedes). El segundo parece ya resignado, pero el primero aún no arroja la toalla. El siete veces campeón del mundo insiste en que con nueve carreras por delante su desventaja no es para desesperarse, y ha prometido seguir al ataque para tratar de enjugar la diferencia.

El Gran Premio de Estados Unidos se disputará el domingo a partir de las 13.00 horas locales (19.00 en España/17.00 GMT).