Desde el primer tiempo en el estadio Mineirão, con el duelo entre las selecciones de Brasil y Chile fue lleno de emociones. Los locales arrinconaron a la visita en su propia área a la selección que hacía de vista con un Neymar inspirado ya que a falta de brillo en sus pies, la velocidad se convirtió en su fuerte, en todas las pelotas divididas, el delantero brasileño podía hacerse con el control de estas sin mayor dificultad.
Varias acciones de peligro se generaron en el arco del portero Claudio Bravo que salía airoso en cada duelo con tiros de larga distancia o jugadas preparadas del elenco del país del “jogo bonito”. En ocasiones las escapadas de Neymar llegaban hasta cerca del manchón penal acompañado por toda la defensa chilena que de una u otra manera encontraba la forma de frenar al atacante de la “scratch” o desviar la pelota hasta las laterales, que aunque no beneficiaba mucho, por lo menos retrasaba el juego brasileño.
Por las bandas, en su mayoría Brasil llegaba con peligro, no con centros llovidos buscando la cabeza o el remate milagroso que los adelante en el marcador, sino con centros precisos que buscaban a Neymar o a Hulk, que en algunas ocasiones lograron cabecear pero el portero Bravo supo responder en las salidas o con su excelente elasticidad para silenciar a algunos hinchas que se adelantaban a cantar el primer tanto de su selección.
La acción que le pondría emoción al encuentro, llegaría al minuto 17, cuando de un tiro de esquina por la parte izquierda cobrado por Neymar llegaba al otro palo del portero Bravo para que solamente David Luiz ponga la pierna y póngala primera conquista del compromiso y provocando la locura en los graderíos y silenciando al puñado de chilenos que se encontraban en el estadio Mineirão.
El gol del empate y el tanto que daba un respirón a los dirigidos de Sampaoli llegó poco después de que la selección local se adelantara en el marcador, al minuto 31 tras una mal devolución de Hulk en la parte derecha de su defensa, la cual aprovechó habilidosamente Alexis Sánchez que en diagonal remató rasante al otro palo del portero Julio Cesar, que a pesar de haberse lazado para detener el disparo, el tiro infló sus redes y se marcaba el empate del compromiso.
Para el segundo tiempo, la selección de Chile salió con toda la posición de bola; Brasil ya había renunciado en su mayoría al ataque, la defensa chilena mantenía la concentración y se veía “la mano del técnico” reflejada en el posicionamiento de los jugadores que no permitían pasar a los intentos de generar peligros de la selección carioca.
Claudio Bravo se convertía en la figura del encuentro, tuvo dos atajadas espectaculares que mantuvieron a salvo su portería, un cabezazo de Neymar que no causó tanta preocupación del guardameta chileno y la otra jugada en que Hulk remató a quemarropa y en una reacción felina el meta despejó con las manos y alejó el peligro de sus redes.
En el partido, con el empate se decretaba el tiempo extra, los chilenos ya cansados pero con ganas de avanzar en el marcador con lo que les quedaba de fuerza llegaban hasta el área de Brasil, mientras que los brasileños se crecían en el terreno de juego aprovechando el cansancio de la visita.
Los técnicos ya con lista en mano de quienes cobrarán los penales, empezó la parte en que a los espectadores les pone “el corazón en la garganta”. La ronda la empezó Felipe Luiz anotando el primer disparo desde el manchón penal. Entre atajadas y fallas de los jugadores, Brasil se levantó con la victoria en la última instancia y es el primer clasificado a los cuartos de final de la competición.
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