Baloncesto-Japón 2006: El Mundial del baloncesto naciente.

Enviado por roberto el Jue, 17/08/2006 - 14:01

Serbia y Montenegro, actual campeona del mundo, va a defender el título conquistado hace cuatro años en Indianápolis (EE.UU) como heredera de la extinta Yugoslava gracias a una invitación de la Federación Internacional (FIBA) para participar en el Mundial de Japón 2006, que amplia la relación de selecciones participantes a veinticuatro y espera con expectación la final del próximo 3 de septiembre para saber quien reina en el planeta basket.

Así están las cosas. El nivel del baloncesto internacional, como les gusta denominar al juego que se practica fuera de los Estados Unidos a los inventores de este deporte, no ha parado de crecer. Los estadounidenses acabaron sextos en su propia casa en 2002. Argentina, Yugoslavia y España terminaron con el reinado de los profesionales de la NBA en Indianápolis en tres noches de luto consecutivas para los jugadores de las barras y las estrellas.

Los hasta entonces invictos representantes del emporio dirigido desde la Quinta Avenida neoyorquina por David Stern cayeron por primera, segunda y tercera vez de una tacada ante la atónita mirada de los directivos de la USA Basketball, la Federación de los Estados Unidos, que se frotaban los ojos para creerse lo que estaban viendo: el desmoronamiento del mito NBA.

Los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 terminaron de rematar al moribundo equipo nacional de la liga más poderosa del mundo. La cita ateniense también rompió el imperio olímpico de los norteamericanos. Y es que el baloncesto mundial ya no es el mismo. Los continuadores de la antigua Yugoslavia, Puerto Rico, Turquía e Italia han conseguido plaza entre las veinticuatro aspirantes al título gracias a una 'wild card' de la FIBA, dos palabras que en español puro y duro significan, simple y llanamente, que las cuatro pisan el suelo japonés gracias a una cordial invitación y no a sus méritos dentro de la cancha.

El torneo japonés ha ampliado el cuadro de participantes de los dieciséis inscritos hace cuatro años en Indianápolis a los veinticuatro que el próximo sábado partirán de la línea de salida en las ciudades de Sendai (Grupo A: Nigeria, Líbano, Argentina, Francia, Venezuela y Serbia y Montenegro), Hiroshima (Grupo B: Panamá, Nueva Zelanda, Alemania, Japón, España y Angola), Hamamatsu (Grupo C: Qatar, Australia, Turquía, Lituania, Brasil y Grecia) y Sapporo (Grupo D: Senegal, Estados Unidos, China, Italia, Puerto Rico y Eslovenia).

Estas cuatro ciudades y Saitama, sede de la fase final en las faldas del Fujiyama, a cuarenta kilómetros de Tokio, acogerán los sesenta partidos que faltan para desvelar el nombre del campeón del mundo 2006. Los favoritos abundan: Estados Unidos, España, Argentina, Grecia, Francia.......

Entre ellos y en otras selección afloran los jugadores con sello NBA, un territorio que ya no es coto privado de los estadounidenses, en una prueba más de la metamorfosis que está experimentado a velocidad de vértigo el baloncesto desde la década de los noventa.

Ime Udoka (New York Nicks) en Nigeria; Carlos Delfino (Detroit Pistons), Emanuel Ginobili (San Antonio Spurs), Andrés Nocioni (Chicago Bulls) y Fabricio Obertos (Spurs), en Argentina; Pau Gasol (Memphis Grizzlies), José Manuel Calderón (Toronto Raptors), Jorge Garbajosa (T. Raptors) y Sergio Rodríguez (Portland Trail Blazers), en España; Primo Brezec (Bobcats), Bostjan Nachbar (New Jersey Nets), Radoslav Nesterovic (Phoenix Suns) y Beno Udrih (San Antonio Spurs), en Eslovenia.

Y así en Francia (cinco jugadores NBA), Serbia y Montenegro (dos), Alemania (uno), Australia (uno), Lituania (dos), Brasil (dos -si Anderson Varejao (Cleveland Cavaliers) se recupera de una lesión de tobillo-), Grecia (uno), China (uno) y Puerto Rico (dos).

Japón es la demostración palpable de que el baloncesto se ha convertido en un juego global y la evidencia radica, precisamente en la influencia extranjera que se ha fraguado en al NBA. De acuerdo a datos de la propia liga estadounidense de marzo pasado, 82 jugadores de 38 países juegan en los equipos del campeonato representado por el logotipo con la silueta de Jerry West.

Los americanos, ante este panorama, quieren recuperar el oro y para eso han girado la vista hacia sus raíces, hacia el baloncesto universitario. USA Basketball ha reunido un extenso grupo de jugadores en un plan trianual cuyo máxima prioridad, de todas formas, es reconquistar el oro olímpico en los próximos Juegos Olímpicos de Pekín 2008. El elegido para pilotar la nave en Japón es Mike Krzyzewski, entrenador de la Universidad de Duke, un técnico con el más puro sabor de la NCAA, al que acompaña Jerry Colangelo, directivo curtido durante años en los Phoenix Suns.

El famoso concepto del Dream Team (equipo de ensueño) acuñado por la irrepetible selección que conquistó el oro en Barcelona'92 ha desaparecido para dar paso a la idea de selección, de equipo nacional, imperante en el resto de los países.

Carmelo Anthony, Dwayne Wade y LeBron James son la escarapela de esta nueva experiencia de la NBA. Sin embargo, también es impresionante la lista de ausencias en el combinado estadounidense: Allen Iverson, Kevin Garnett, Shaquille O'Neal, Tim Duncan, Kobe Bryant, Shawn Marion, Amare Stoudamire y Jason Kidd no están en Japón. Krzyzewski, de todas formas, se ha respaldado en su tarea de hacer equipo con Elton Brand y Shane Battier, dos de los mejores productos de la Universidad de Duke, su universidad.

Pero en este Mundial hay más cosas: la presencia de los anfitriones, Japón, después de su única participación mundialista en Atenas'98; la reivindicativa posición de la selección del Líbano, un equipo decidido a demostrar que los libaneses no se rinden ante los obstáculos; la ambición por el oro de muchas más naciones que nunca; y, también, la posibilidad de asistir al mejor baloncesto del mundo hasta el próximo 3 de septiembre.