El equipo de Beckham y el campeón aburrieron con su fútbol.
Si el nuevo equipo del inglés David Beckham, el Galaxy de Los Angeles, quería mostrar el potencial que tiene de cara a la temporada 2007, en su primer partido disputado contra los actuales campeones de liga, el Dynamo de Houston, el resultado no pudo ser más negativo para ambos equipos.
El empate que dejó el partido disputado en el Estadio Robertson de la Universidad de Houston no fue el mejor resultado que podrían esperar tanto el Galaxy en su nueva etapa de venta de imagen y los campeones como equipo a ganar.
Las acciones del ataque por ambas partes no servían nada más que para ocultar las deficiencias técnicas y de estrategia que tenían ambos equipos sobre el terreno de juego, porque ninguno fue incapaz de superar a las respectivas defensas.
La dirección del juego por parte del Dynamo fue encargada al centrocampista Brian Mullan, que enviaba balones con cierto criterio y peligro a los delanteros Brian Ching y el venezolano Alejandro Moreno, pero ninguno de ellos tenían los recursos suficientes que les permitiesen superar a sus respectivos marcajes y transformar las acciones el gol.
Ninguno de ellos iba a generarlas y tuvieron que ser el defensa Eddie Robinson y Brad Davis los que con la cabeza y la pierna derecha tuviesen las dos oportunidades más claras en la primera parte para inaugurar el marcador en favor del Dynamo.
Sin embargo, el portero Joe Cannon, que debutaba con el Galaxy, hizo bien su trabajo y no se dejó sorprender con el remate de cabeza de Robinson en saque de esquina y en el tiro de Davis.
Tampoco el Galaxy tenía ideas claras en el ataque y como se esperaba, el delantero Landon Donovan fue el único que con sus acciones individuales generó el mayor peligro y estuvo a punto de conseguir el gol si el veterano portero Pat Onstad no le hubiera ganado un mano a mano antes que concluyese la primera parte.
Si la primera parte no dejó nada de interés, la segunda tampoco apareció el espectáculo deportivo y ni los cambios que hicieron los respectivos entrenadores cambiaron las cosas.
El empate que dejó el partido disputado en el Estadio Robertson de la Universidad de Houston no fue el mejor resultado que podrían esperar tanto el Galaxy en su nueva etapa de venta de imagen y los campeones como equipo a ganar.
Las acciones del ataque por ambas partes no servían nada más que para ocultar las deficiencias técnicas y de estrategia que tenían ambos equipos sobre el terreno de juego, porque ninguno fue incapaz de superar a las respectivas defensas.
La dirección del juego por parte del Dynamo fue encargada al centrocampista Brian Mullan, que enviaba balones con cierto criterio y peligro a los delanteros Brian Ching y el venezolano Alejandro Moreno, pero ninguno de ellos tenían los recursos suficientes que les permitiesen superar a sus respectivos marcajes y transformar las acciones el gol.
Ninguno de ellos iba a generarlas y tuvieron que ser el defensa Eddie Robinson y Brad Davis los que con la cabeza y la pierna derecha tuviesen las dos oportunidades más claras en la primera parte para inaugurar el marcador en favor del Dynamo.
Sin embargo, el portero Joe Cannon, que debutaba con el Galaxy, hizo bien su trabajo y no se dejó sorprender con el remate de cabeza de Robinson en saque de esquina y en el tiro de Davis.
Tampoco el Galaxy tenía ideas claras en el ataque y como se esperaba, el delantero Landon Donovan fue el único que con sus acciones individuales generó el mayor peligro y estuvo a punto de conseguir el gol si el veterano portero Pat Onstad no le hubiera ganado un mano a mano antes que concluyese la primera parte.
Si la primera parte no dejó nada de interés, la segunda tampoco apareció el espectáculo deportivo y ni los cambios que hicieron los respectivos entrenadores cambiaron las cosas.