Uno de los principales errores que ha cometido el actual directorio de Barcelona, que tiene mucho que ver en el fracaso de la presente temporada, ha sido la especulación y la demagogia. Se prometió el titulo de campeón nacional y por qué no ganar la Libertadores, todo aquello quedó en el vacío y con una tremenda desilusión para la hinchada.

Apenas han pasado cuatro días en que los directivos (Isidro Romero) resolvió separar del plantel a once de los profesionales y hoy públicamente comienza a enumerar una serie de jugadores que podrían ser refuerzos para el año 2006. Uno de los tantos nombres que se dio a conocer y que al parecer era prioridad para los directivos, Moisés Candelario firmó ayer en la tarde por dos temporadas con LDU, así no se puede jugar con la ilusión de la hinchada.

Se anuncia a Baldeón, Reascos, Saritama, Cotera, Bonard García y muchos más, pero esto no es serio, en muchos casos se trata de jugadores que están en plena competencia o que tienen contratos firmados con sus clubes, al parecer no se ha aprendido la lección.

La hinchada no quiere más engaños. En principio se manifestó que se iba a trabajar en las divisiones inferiores, pasan 72 horas y se cambia el discurso, en definitiva en qué quedamos.

Situación similar se vive con el naipe de nombres que ya se han hecho públicos para ocupar el cargo de director técnico: Monzón, que vuelve Peláez, que ya han hablado con Fosatti y otros nombres más. No señores, no es serio, Barcelona y su hinchada exigen cambios profundos.