Liga de Cuenca	Brasilia
2	1
Pelé García Juan Carlos Macías	José Estrada

El partido tuvo un arranque atípico, no sólo por el temprano penal que se sancionó a favor de la visita, sino porque fue, justamente el Brasilia, el último equipo de la tabla de posiciones, el que salió a plantear el partido en el campo rival.

Decíamos, entonces, que el penal llegó muy rápido, al primer minuto de juego. Tras un pelotazo largo, Horacio Poizon, que corría por balón, fue derribado en el área por Walter Durazo. El delantero del Brasilia le ganó la posición, en primera instancia, al arquero cuencano, y cuando se perfilaba para rematar al arco, Durazno se lo llevó por delante y lo hizo trastabillar.

"Gambetita" Estrada, con esa zurda precisa, genial, con esa zurda de potrero, ejecutó el penal arriba en la esquina. El 0 a 1 llegó a los dos minutos y en el estadio, en el que se podían oír las conversaciones de las menos de 100 personas que habían, ahora sólo se escuchaba la voz del vendedor de empanadas.

De todas maneras, el gol hizo que el partido se ponga atractivo: por un lado, Liga de Cuenca adelantó su líneas y, con centros y remates de media distancia, exigían al portero José Rubio. Y por el otro, el partido le quedaba al Brasilia para jugarlo de contra. En varias oportunidades los delanteros del equipo de Quinindé se encontraban con 20 metros delante de ellos que los aprovechaban con velocidad.

El partido se puso aún más interesante cuando, a los 9 minutos, Pelé García puso el empate después de una media chilena que venció la resistencia de Rubio que, claramente, pudo haber hecho algo más para evitar el 1 a 1.

De ahí en más el partido se jugó en 30 metros y aburrió a más de uno. Habían, no obstante chispazos que hacía levantar a la poca gente de las gradas. Rubio se mostró más sólido y, a los 40 minutos, salvó la jugada, con doble remate, más clara que tuvo Liga de Cuenca para adelantarse en el marcador.

En la segunda parte el partido siguió como se esperaba. Una Liga de Cuenca que ocupaba mejor los espacios en el campo y que lo presionaba en propio campo al Brasilia. Los locales ganaban todos los rebotes y su último hombre se paraba en mitad del campo. De todas maneras nunca tuvo claridad para alcanzar el gol.

Tampoco lo tuvo el Brasilia que jugaba de contra y que en más de una ocasión daba la sensación podía adelantarse en el marcador.

El partido estaba para el empate. Sin embargo, a los 46 minutos, cuando las ganas pueden más que el juego mismo, los locales encontraron el gol que les dio el triunfo agónico.

Tras un tiro de esquina, Fiallos pibotea el balón y le queda servida a Juan Carlos Macías para anotar el definitivo 2 a 1. Así, LDU de Cuenca gana un partido increíble que le sirve para salir de un incómodo octavo lugar .