Reinaldo Rueda comparte concentración con sus jugadores en la Casa de la Selección, pensando en los choques ante Colombia y Bolivia. Desde el país cafetero, su querido y natal terruño, lo entrevistaron sobre el especial juego.
Acá la nota del Espectador:
Pocos conocen tan bien el grupo de jugadores que hace parte de la selección colombiana de fútbol de hoy como Reinaldo Rueda. El actual técnico de Ecuador, de 56 años, es el responsable de que muchos compatriotas estén brillando en Europa y en el equipo de José Pékerman.
Bajo su mando en las selecciones juveniles pudo formar a varios de lo que hoy triunfan. Entre ellos Freddy Guarín, Macnelly Torres y Abel Aguilar, quienes hicieron parte del tercer lugar que logró la sub-20 de Colombia en Emiratos Árabes 2003.
El técnico que más cerca estuvo de hacer regresar a Colombia a un mundial fue precisamente él. En 2004 asumió el cargo, luego de que Francisco Maturana renunciara tras conseguir apenas un punto de 12 posibles para las eliminatorias a Alemania 2006. El equipo nacional sumó 20 puntos y quedó a sólo uno de ir a jugar el repechaje frente a Australia.
Cuando se pedía continuidad en su proceso, los directivos colombianos no confiaron en él y por eso encontró refugio en Honduras, donde sí lograría ir al mundial de 2010. Ese éxito con el conjunto centroamericano lo llevó a ser contratado por Ecuador, en donde hasta hoy se desempeña con éxito, aunque en el camino por poco tira la toalla. Uno de los principales motivos por los que aceptó el cargo en Ecuador fue la Copa América de Argentina 2011, pero terminó en fracaso tras no lograr pasar de la fase de grupos.
“Bueno, ‘presi’, usted decida”, le dijo Rueda al mandatario de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, Luis Chiriboga, en el camerino tras el último partido de Ecuador. “¿Usted qué opina?”, replicó el directivo. “Yo deseo continuar”, afirmó Reinaldo. Y Chiriboga sentenció: “Entonces sigamos con el proceso. Tiene mi respaldo”.
Eso lo motivó a comenzar un fuerte trabajo junto a su asistente y amigo Alexis Mendoza. Ahora, luego de 12 jornadas, el vallecaucano es ídolo en Ecuador. Con 21 puntos, la tri está a un paso del mundial.
En diálogo con El Espectador, en medio de la concentración de la selección ecuatoriana en Quito, Reinaldo hizo referencia al importante juego que disputarán este viernes Colombia y Ecuador en Barranquilla. El hombre tranquilo y prudente que se para en la raya con el semblante de tener todo bajo control, se mostró contento porque lo que alguna vez dijo al asumir como técnico del país hermano está por cumplirse: “Quiero que Ecuador y Colombia clasifiquen al mundial”.
¿Cómo es su vida en Ecuador?
Trabajo mucho, hago seguimiento y evaluación permanente de lo que es el fútbol. Viajo, veo partidos, tengo reuniones con el cuerpo técnico, directivos. También tengo momentos en familia. Pero estoy dedicado para cumplir mi misión, que es clasificar a Ecuador a Brasil 2014.
¿Cómo es su relación con Alexis Mendoza?
Excelente, creo que Dios me dio esa bendición de hacer una buena elección. Ya son muchos años juntos, aprendiendo, retroalimentándonos, y creo que debo darle la distinción a un excelente ser humano, profesional. Seguimos en ese camino, conscientes de que en algún momento tendremos que dar un paso al costado.
¿La renovación fue uno de los obstáculos más complicados para armar esta selección de Ecuador?
Sí, fue uno de los factores de mayor porcentaje. Fueron meses difíciles, porque fue el desmonte de una generación gloriosa y la apuesta a una generación de jóvenes con buenas condiciones pero con poca trayectoria internacional.
En la época en que Hernán Darío Gómez dirigía Ecuador, a la distancia veíamos que era un ídolo para la sociedad de ese país. ¿Cómo ha sentido ahora usted ese cariño cuando está ‘ad portas’ de clasificarlos a un nuevo mundial?
Creo que todos los momentos son únicos e irrepetibles. Lo de Hernán Darío fue único, porque fue el primero en lograr la clasificación, nos dejó un reto duro. Luego vino el gran trabajo de Luis Fernando Suárez. Ellos abrieron la puerta y dejaron un punto muy alto.
¿Cuál es el secreto de la gran campaña que está haciendo?
Secretos no hay. Es simplemente el fruto de un trabajo hecho con dedicación y disciplina. Qué orgullo que lo hayamos logrado con un cuerpo técnico colombiano. Todo nuestro recorrido lo ponemos al servicio de Ecuador.
¿Cuál ha sido el momento más feliz de su vida?
Creo que gracias a Dios he vivido muy buenos momentos a lo largo de mi vida, tanto personal como profesionalmente. De todos esos, los que más representan para mí son el nacimiento de cada uno de mis tres hijos.
¿Y el más difícil?
El que acabo de vivir hace un mes con la muerte de mi padre. No había tenido esa experiencia de ver partir a alguien cercano y es algo muy duro. A él le agradezco todo lo que soy, intentaré aportarles a mis hijos todo lo que él me supo dar a mí.
¿Cómo se describiría?
Como una persona normal, tranquila, trabajadora y familiar. No tengo una característica extraña.
En la raya se ve como un hombre tranquilo pero estricto. ¿Así es en su casa?
Sí, muy parecido. Trato de ser muy analítico y reflexivo con cada situación que se presenta.
¿Cómo es su relación con sus hijos?
La situación de la profesión me ha enseñado a disfrutarlos. El tiempo que comparto con ellos no es mucho, pero sí muy provechoso. Mantengo un equilibrio, marcándoles pautas pero dándoles gusto. Todo lo que pienso que sea para el bien de ellos, lo hago.
¿Cuál ha sido el técnico que más ha admirado?
Una persona que significa mucho para mi carrera desde mis inicios, es Carlos Alberto Parreira.
Con Alex Ferguson tuvo la oportunidad de compartir en una de sus visitas a Manchester. ¿Cómo fue?
Fue una lección de vida muy linda. Me sorprendió su calidad humana, su profesionalismo y humildad. Fueron sólo horas, pero impactantes por todo lo que me transmitió. Con lo que representa un hombre como él, uno ya aprende.
¿Cuál jugador lo ha marcado a lo largo de su vida como DT?
Son muchos jugadores, pero para mí, por la relación y el afecto que le tengo desde que lo conocí, cuando tenía 14 años, creo que Mario Alberto Yepes. Vi todo su proceso y me alegra ver todo lo que ha logrado. Cuando lo tuve, él aprendió de mí y yo de él.
¿Qué significa para usted que la base de la selección de Colombia es de jugadores que usted supo llevar en las selecciones juveniles?
Indudablemente me siento honrado. Es una gran satisfacción ver por ejemplo a Abel Aguilar, Macnelly Torres, Aldo Leao Ramírez, entre otros muchachos que en su momento compartieron conmigo.
¿Cómo ve este proceso de Colombia desde la distancia?
Muy contento por Colombia, por toda la organización del fútbol en nuestro país, por los jugadores que aprendimos a valorar. Sé muy bien de la calidad humana que tienen. Podemos celebrar hoy todos con orgullo. Creo que volveremos al mundial.
¿Qué tanto puede afectar la trágica muerte de Cristian Benítez el ánimo de los jugadores para estas fechas?
Eso está por verse, no por evaluarse. Son momentos duros. Justo este fin de semana recordaban los noticieros acá que hace un mes murió. He estado asistiendo a misas y créame que el sentimiento es mucho, y tan difícil y tan duro, que eso sólo se podrá superar cuando terminen las eliminatorias.
¿Cómo se imagina el partido frente a Colombia?
Será un partido muy intenso, disputadísimo por todo lo que significa el momento para las dos selecciones. Colombia es un equipo con muchas variables, hombre por hombre es muy fuerte. El que gane estará más cerca del mundial, así que ninguno cederá nada.
¿Es difícil para usted ser colombiano y que en buena parte la clasificación de su país dependa de este juego?
Es cuestión de circunstancias de tiempo, por el rol profesional que desempeño. Debo ser responsable con mi trabajo y pensar en eso. Guardo afecto y admiración por el trabajo de Pékerman, pero mi interés es ganarle a Colombia en Barranquilla. Lo que es cierto es que el que pierda no queda eliminado, igual sigue ahí, cerca del objetivo de la clasificación.