El fútbol y la literatura se encuentran en el mundo del sueño.
El fútbol y la literatura se encuentran en estos días en Berlín en un congreso en el que varios escritores, entre ellos el español Javier Marías, han venido mostrando cómo el deporte más popular del mundo también forma parte de sus sueños y cómo también puede ser objeto de expresión literaria.
En el caso concreto de Marías, su pasión por el fútbol está irremediablemente asociada al Real Madrid y cuando ha hablado de fútbol lo ha hecho siempre en textos periodísticos o ensayísticos y sólo en un cuento ha hecho que se celebre un encuentro entre los dos mundos en el terreno de la ficción.
Otros de los escritores participantes, como el italiano Ugo Riccarelli, en cambio, han provocado ese encuentro con más frecuencia.
Ricarelli fue el encargado de abrir el congreso con la lectura de un cuento en que se narran las peripecias de un equipo llamado el FC Caos cuya máxima estrella es el director de cine y escritor Pier Paolo Passolini que termina marcando el penalti definitivo en un partido de Copa contra el Toscana Ostia y siente gran compasión por el guardameta contrario.
Además, Ricarelli tiene un libro entero de cuentos dedicados a temas deportivos, se titula El ángel de Fausto Coppi, en el que hay un texto dedicado a Garrincha y otro, titulado Los invencibles, dedicado al legendario FC Torino de los años cuarenta.
Los jugadores del Torino murieron en un accidente de aviación después de una racha de seis años prácticamente sin perder y, como lo indico Riccarelli, ese acontecimiento trágico fortaleció el mito que es sin duda uno de los más grandes del fútbol moderno.
Pese a su homenaje al FC Torino -que es curiosamente también una parodia clara del estilo de Jorge Luis Borges, que como es bien sabido detestaba el fútbol- Riccarelli, durante el congreso, se confesó hincha del Juventus.
Su conversión al Juventus la vivió Riccarelli cuando su padre lo llevó a ver el equipo y vio al argentino Enrique Omar Sivori en el campo, jugando con las medias caídas y haciendo regates increíbles.
El fenómeno misterioso de ser hincha de uno u otro equipo, y seguirlo siendo durante toda la vida fue uno de los temas que abordaron tanto Marías como Riccarelli y el alemán Burkhardt Spinnen.
Spinnen recordó que cuando la providencia le reveló que él iba a ser hincha del Borussia Monchengladbach, el equipo estaba radicalmente identificado con la ciudad en la que el había nacido y en la que creció.
Tal vez había jugadores que no habían nacido en la ciudad pero de eso no se hablaba. Ahora todos vienen de fuera y la plantilla cambia cada temporada. Yo trató de aprenderme a comienzos de cada temporada los nombres de los jugadores pero no lo consigo. Sin embargo, cuando oigo un sábado en la radio que un jugador ha marcado un gol no identificó el nombre pero rezo por que se trate de un jugador del Borussia, dijo Spinnen.
La camerunesa Calixthe Beyala, por su parte, subrayó el papel que el fútbol ha jugado en su país como creador de una identidad nacional que tiene pocas bases debido a la heteregoneidad de la población de ese país africano.
Otro tema que se ha abordado es el de las posibles similitudes entre el acto de escribir y el hecho de jugar al fútbol.
Marías se mostró escéptico al respecto y dijo que cuando escribe a veces siente como si estuviera toreando o tocando el piano, cosas que nunca ha hecho, pero no jugando al fútbol.
El húngaro Peter Esterhazy, por su parte resaltó la diferencia que hay entre el acto de escribir literatura, como actividad solitaria, y el fútbol, que es un juego de equipo.
Pese a esas diferencias, tanto Marías como Esterhazy mencionaron también similitudes.
Esterhazy se refirió al fenómeno de perderse en el juego en un acto de inmersión que ha vivido todo el que haya jugado alguna vez fútbol, al nivel que sea, y que también se vive al escribir.
Marías, por su parte, habló de cómo de muchos partidos lo que queda en la memoria son detalles de calidad, como el gol de Zinedine Zidane en aquella final de la Liga de Campeones que ganó el Real Madrid contra el Bayer Leverkusen por 2-1 o el taconazo más reciente de Guti en el 4-2 contra el Sevilla.
Tras leer una novela, según Marías, lo primero que se olvida es la historia y lo que quedan son cosas como el gol de Zidane o el taconazo de Guti, una atmósfera o frases sueltas que han impresionado.