La campana no sonará más.

Enviado por roberto el Lun, 02/07/2007 - 11:02

El intenso movimiento propio de un inicio de semana en la esquina de Chile y Aguirre, en los exteriores del Correo, no será hoy el mismo. Allí, en medio del incesante tránsito no estará más el sonido de la campana de Julio Espinoza, el fanático más popular del ídolo del astillero, Barcelona.

A los 81 años, el ‘Hombre de la campana’ murió el pasado sábado y con él una historia de alegrías y amarguras alrededor del club más popular del Ecuador.

Nació el 13 de septiembre 1926 en Daule. Tras la separación de sus padres, Hilda Campos, su madre, lo llevó a Guayaquil cuando apenas tenía dos años. Poco después fueron a Jujan donde vivió hasta cumplir los 25. Entonces regresó para casarse con Ángela Mateus, y también con Barcelona.

Recién en 1997 recibió, de Xavier Paulson, un pase indefinido para ingresar gratuitamente alMonumental. Desde la construcción del estadio le habían ofrecido una localidad de por vida. Con su campana, Espinoza acompañó a Barcelona por tierra, a Chile, Perú y Colombia. También estuvo en EE.UU.

Espinoza murió sin recibir el homenaje que siempre esperó de Barcelona: la entrega de  un terreno para construir su casa.