El mejor futbolista argentino de todos los tiempos entró a los tres minutos del Jogo das estrelas (Juego de las estrellas), en la cancha del club creado por Zico, y sesenta segundos después servía el balón en bandeja para el primer gol de Vágner Love.

El delantero del CSKA ruso marcó tres en el empate 4-4 del partido benéfico organizado por Zico para recoger dos toneladas de comida para personas pobres.

Love marcó de nuevo a los diez gracias a un pase de Thiago, hijo menor del máximo ídolo de la historia del Flamengo. Y con la misma fórmula estremecieron la red cinco minutos después.

Y Maradona, una vez más apareció en escena para poner a Carlos Alberto, compañero del argentino Carlos Tévez en el Corinthians, para aumentar la cuenta.

Los aficionados, que pagaron un kilo de alimento no perecedero para obtener un sitio en las tribunas, aplaudieron y ovacionaron a Maradona con cariño y respeto.

Es un placer jugar con Zico, Júnior, Renato Gaúcho. Ellos siempre me trataron muy bien. Es un momento muy bonito de mi vida. Estoy satisfecho por poder disfrutar de un partido de fútbol con 53 kilos menos, manifestó Maradona en el intervalo del partido.

El seleccionador de Japón, que cedió la camisa número diez a Maradona antes del partido, tuvo dos oportunidades claras de marcar pero el guardameta Cicarelli contuvo con reflejos felinos.

El mismo guardameta ahogó el grito de gol de Maradona tras un remate venenoso.

En el equipo de Zico y Maradona el ex-guardameta del Flamengo Zé Carlos fue el culpable de que los ex-futbolistas Bebeto, Renato Gaúcho y Djalminha no abrieran el marcador en el primer tiempo.

Marcos Vinucius, Roberto Dinamite, y Clayton en dos ocasiones dejaron con sus goles todo como en el comienzo.

El dueño de la fiesta, Zico, salió a los nueve minutos del segundo tiempo y Maradona, un minuto después. Ambos, como los toreros en tardes de gran faena fueron ovacionados a rabiar por el público.