¿Quién es quién?
Siempre he mantenido el criterio que los buenos jugadores juegan por eso, por buenos, porque tienen condiciones, porque tienen calidad y la personalidad para asumir la responsabilidad. No soy de aquellos que se fijan en la cédula de identidad, por jóvenes o maduros, para ponerlos en la primera división. En el pasado congreso ordinario de fútbol, los directivos, por unanimidad, aprobaron el pedido de la F.E.F. de incluir por reglamento, es decir por obligación, a un jugador menor de 19 años que forme parte del equipo titular.
La medida busca otorgar mayores oportunidades a los elementos juveniles a fin de que puedan ir ganando roce y experiencia en el fútbol de primera, sin embargo, aunque soy un convencido de que hay que jugarse con este tipo de jugadores, creo que lo que es por obligación y no por convicción, en la mayoría de los casos, está condenado al fracaso. Estamos a muy pocos días de iniciar un nuevo torneo nacional, y esta disposición, desde ya se ha convertido en un dolor de cabeza para muchos técnicos, que de una u otra manera han evidenciado su contrariedad por esta situación, y muchos de ellos buscan alguna fórmula, para que la inclusión del juvenil, no afecte a sus intereses.
La medida planteada por la F.E.F. tiene la mejor intención, pero mucho me temo que no depare los frutos que la mayoría esperamos, y en lugar de beneficiar a los juveniles, servirá para un despreciable manoseo por parte de los entrenadores, que puede llevar incluso a destrozar las ilusiones y sueños de varios chicos que anhelan convertirse en figuras. Esta disposición sin lugar a dudas va a servir, para saber quién es quién, en lo que se refiere a los técnicos que trabajan en nuestro fútbol, muchos son los que predican que a los jóvenes hay que brindarles la oportunidad, pero pocos, muy pocos, son los que realmente practican y hacen realidad esas oportunidades.
El periodismo serio, y fundamentalmente el aficionado, deben estar muy alerta, para criticar y condenar si es del caso, a aquellos que solo por cuestión reglamentaria deben poner en la formación titular a un juvenil y reemplazarlo apenas se inicie el cotejo, la opinión pública estará para juzgar a quienes traten de burlarse y desvirtuar el espíritu del reglamento. Igualmente estaremos dispuestos a apoyar y respaldar a aquellos que por convicción siembren el futuro de nuestro balompié. Esta medida nos va permitir desenmascarar a quienes poco o nada han hecho, o hacen, con su trabajo en las divisiones menores y que viven del discurso fácil y sin contenido. De ahora en adelante, se acabó el verso y definitivamente conoceremos quién es quién.