San Lorenzo arrasó con una lluva de goles.
Contundente y prolijo, San Lorenzo se despidió de Salta con un lucido triunfo por 4-0 sobre Independiente, que le permitió adueñarse, momentáneamente, del Torneo de Verano y jugar el mejor fútbol de la temporada estival.
El Malevo Osmar Ferreyra, con un tiro libre impecable que se le metió en el ángulo a Bernardo Leyenda, y Andrés Pérez, con una excelsa definición de rabona, le dieron la ventaja parcial al conjunto azulgrana, que luego, en la segunda parte, incrementaron el juvenil local Claudio Acosta y Hernán Peirone.
Independiente estuvo lejos de parecerse al equipo que dominó a River con claridad en Mar del Plata y el ingreso de su supercrack Sergio Aguero a los 13 minutos del segundo tiempo no logró cambiar nada, porque el Rojo ya era goleado 3-0 y porque el delantero nunca pudo desequilibrar a una defensa firme.
El conjunto de Avellaneda se mostró más incisivo al principio y dispuso de una ocasión clara que no pudo ser capitalizada por Martín Fabro, cuyo disparo fue rechazado en la línea por un defensor.
Pero con el correr de los minutos se afirmaron en el medio el Pitu Barrientos, Ferreyra y Pérez.
Raúl Saavedra complicó con sus trepadas por izquierda y el juvenil Claudio Acosta generó peligro en cada una de sus apariciones. Hasta que sobre los 35 minutos un gran tiro libre de Ferreyra le puso la diferencia lógica al marcador.
Y ocho minutos más tarde, tras recibir en posición dudosa, el colombiano Pérez, de rabona, un 2-0 parcial, quizá algo exagerado, pero que premió al equipo más ordenado.
El inicio del segundo tiempo no marcó mayores diferencias. Independiente intentó pero con tosquedad y San Lorenzo aprovechó los espacios, de la mano del inteligente zurdo Barrientos, la figura del clásico.
Fue así que en la primera contra letal marcó el tercero en una jugada excepcional, culminada con una espectacular volea de zurda del pibe Claudio Acosta, tras un preciso centro del propio Barrientos. Ingresó Agüero, pero estaba claro que para era demasiado tarde soñar con hazañas.
San Lorenzo, eficaz y elegante en su juego, ya había hecho lo suyo y en el final lo liquidó al Rojo con un disparo seco del ingresado Hernán Peirone, tras otra precisa asistencia de Barrientos.
Para entonces ya le había regalado a los 3.500 aficionados que concurrieron al estadio Padre Martearena por lejos el espectáculo de más elevado nivel futbolísitico del verano, tanto aquí como en Mar del Plata.