Manuel Lapuente, quien llevó a México a los octavos de final en la Copa Mundial de Francia'98, sugirió al argentino Ricardo Lavolpe, técnico de la selección, que respete a los ídolos, en referencia al centrocampista Cuauhtémoc Blanco.

En declaraciones a la emisora Estadio W, Lapuente criticó a Lavolpe por comparar a Blanco con el brasileño Ronaldinho, del club Barcelona, y el francés Zidane, del Real Madrid, al explicar su razón para mantener al jugador fuera del equipo nacional mexicano.

La seguridad que le puede dar el sorteo, con rivales a los que México debe superar (Irán, Portugal y Angola), no le da derecho a ser arrogante, comentó.

Desde que salió de la selección nacional, Lapuente ha sido un crítico de sus sucesores; calificó como un gran fracaso el trabajo de Javier Aguirre en el pasado Mundial, en el que México perdió en octavos contra Estados Unidos, después de liderar su grupo, y también ha descalificado a Lavolpe.

Hoy dijo que el rendimiento de México en la Copa Confederaciones del año pasado no fue bueno, a pesar de que el equipo le ganó al campeón Brasil y empató con Argentina y Alemania, con quienes perdió, primero en penaltis, y después en una prórroga.

No se ha ganado nada, sólo un triste cuarto lugar en la Confederaciones, agregó el entrenador, que se desempeña como director deportivo en el club América, donde juega Cuauhtémoc Blanco.

En su entrevista a los medios, Lavolpe reiteró que Blanco no le llena el ojo y casi dio por hecho que lo excluirá de la lista para el Mundial.

Que tenga respeto por un ídolo, Blanco es ídolo del fútbol mexicano y del América, aseveró Lapuente, luego de recordar que México tiene ahora un camino muy fácil en las eliminatorias y está asegurado el pase a la fase de los 16 mejores.

Lapuente dijo que los argumentos para no llamar a Blanco al equipo nacional no son sólidos y le dan risa, pero dijo respetarlo porque no puede hacer otra cosa.

No hay más que aguantarse, concluyó el estratega, quien reafirmó su posición contraria a llevar a la selección a mexicanos por naturalización porque no representan al fútbol del país, aunque son personas dignas.