El Milan visitó al Livorno y le ganó por 3 a 0, con un doblete de Alberto Gilardino y otro tanto de Andrij Shevchenko.

Con este resultado, el Milan defendió exitosamente su tercera posición y ahora suma 37 puntos, mientras que el Livorno sigue con 31 y mantuvo la quinta plaza.

Aún cuando el marcador parezca decir lo contrario, fue un partido muy equilibrado y que hasta pudo tener un resultado inclusive opuesto.

Hay que dividir al encuentro en dos partes: hasta el primer gol y luego de él.

En la primera parte, el Livorno se paró con mucha solidez y trató de aprovechar el contragolpe, mientras que el Milan trataba de impedir que los locales pudieran aprovechar los laterales.

En esta fase fue decisivo el desafío entre Serginho y César Prates sobre el carril derecho de la defensa local: el carrilero del Milan ganó ampliamente ese duelo y aportó zozobra en cada corrida.

Sin embargo, el gol llegó por vías centrales: Kaká y Shevchenko - en condición espectacular: fue por lejos la figura de la cancha - armaron una jugadón a borde de área, y el ucraino metió la asistencia para el ingreso central de Gilardino, quien definió con un derechazo sobre la salida del arquero.

Ahí se abrió otro partido, porque el Livorno tuvo que salir y el Milan puso aprovechar los espacios para contraataque. El Livorno tuvo un par de ocasiones para empatar, pero el Milan tuvo muchas más para aumentar, como de hecho hizo.

En la segunda etapa, en efecto, Shevchenko hizo estragos con su velocidad, y de sus jugadas en transición llegaron primero un palo - Gilardino cabeceó pero un defensor desvió sobre la línea y la pelota fue a chocar en el poste - y luego el segundo gol, un jugadón colectivo que Gilardino finalizó con otro derechazo goleador.

El tercero, en cambio, fue el premio para Sheva: en ocasión de un tiro libre desde la izquierda, el goleador se lanzó en palomita en el punto del penal y conectó el cabezazo del 3 a 0.

El Milan pudo haber ganado por muchos más goles, pero fue un gigante en defensa el chileno Vargas: sin él, posiblemente el Livorno hubiera festejado la Navidad con un pasivo mucho más pesado.

Carlo Ancelotti debe estar feliz: no tanto por los dos triunfos consecutivos y los siete goles anotados (el Milan tiene la mejor delantera del torneo) cuanto por no haber sufrido goles por segunda vez consecutiva.

El Livorno no sale para nada achicado de esta derrota: como quedó dicho, si hubiera logrado acertar un contraataque en los primeros veinte minutos, posiblemente habría acabado ganando, y de cualquier manera jugó un partido intenso y fue vencido por el mejor Milan de esta temporada.