Inter venció 3-2 al AC Milan en el derbi italiano.

Enviado por roberto el Dom, 11/12/2005 - 18:52

El brasileño Adriano, dio al Inter de Milán el triunfo casero contra su eterno rival Milán (3-2), que viene a romper la racha de diez derbis milaneses seguidos que llevaban los interistas sin ganar, en partido de la decimoquinta jornada.

Los goles fueron anotados por el brasileño Adriano (m.24, de penal; y 91) y el nigeriano Oba Martins (m.59), por el Inter; y el ucraniano Andreiy Shevchenko (m.39, de penalti) y el holandés Jaap Stam (m.83), por el Milán.

El 263 derbi milanés de la historia resultó fiel a lo que espera de este tipo departidos: combatido, tenso, nervioso y con buen número de faltas, tuvo goles, fue emocionante hasta el final y también polémico.

Lo último por mérito de varias decisiones tan determinantes como, cuando menos, discutibles, a cargo del colegiado Domenico Messina.

Así, en la primera mitad, el árbitro señaló dos penas máximas, una a cada equipo, por sendas manos dentro del área, especialmente la primera de ellas aparentemente involuntaria.

Y es que Nesta bien es verdad que tocó el balón con el brazo, pero no lo es menos que lo hizo mientras caía sobre el campo a consecuencia de lo que pareció una carga del nigeriano Oba Martins sobre él.

El árbitro ante la sorpresa de todos sancionó la pena máxima, que fusiló Adriano (m.24). Luego, un cuarto de hora después, llegó la igualada en pena máxima transformada por Shevchenko y señalada por mano de Stankovic, que formaba barrera ante un saque de falta de Andrea Pirlo, en lo que parecía un rebote a despeje de cabeza de su compañero argentino Esteban Cambiasso.

En ambos casos, de nada valieron las protestas de los implicados. Como tampoco valieron las quejas del Inter solicitando la expulsión de Nesta por una dura entrada sobre Adriano (m.43), que se le escapaba.

El defensa milanista ya llevaba una cartulina amarilla (la del penalti) y desde luego fue perdonado, pues merecía la segunda. En tanto, la primera mitad había contado con un Inter más entonado, atento y organizado.

El conjunto interista movía mejor el balón y dominaba a un Milán apagado, lento y sin continuidad, y que no encontraba a sus cerebros Pirlo y Kaká ya que a ambos el Inter les había cortado las vías de circulación del balón.

Sin embargo, pese al mejor Inter, al descanso se llegó con el empate dictado por lo dos discutibles penales y, con ello, con la incertidumbre en un marcador que no gustaba a ninguno de los dos contendientes.

La segunda mitad tuvo un cierto renacer del Milán y también, especialmente en sus primeros minutos, de los roces entre jugadores; como el cara a cara protagonizado por el argentino Juan Sebastián Verón y el brasileño Kaká.

Este último, ya con más espacios, empezó a hacerse más presente; y con ello el Milán pareció tomar el mando del encuentro, estando cerca de marcar en un saque directo de falta a cargo del brasileño Serginho que se perdió junto a la cepa del palo izquierdo.

Pero fue el Inter, en uno de los muchas faltas señaladas al borde de ambas áreas, quien logró el 2-1 (m.59): lanzamiento directo de Adriano, que desvía toca Dida pero su rebote lo recoge Martins, quien no anotaba en liga desde el último 25 de septiembre.

Diez minutos después, Kaká pudo empatar con un duro y lejano disparo que rozó en la cabeza del colombiano Iván Ramiro Córdoba y terminó con el balón en el palo derecho. El Milán iba a más, mientras era cada vez más conformista. Lo pagó caro el Inter, pues fue castigado con el 2-2, en remate de cabeza de Stam (m.83), tras saque de esquina.

El Inter había desaprovechado dos ventajas y parecía condenado a seguir sin ganar el derbi. Pero, en el minuto 91, llegó el cabezazo de Adriano y el 3-2, que devuelve al Inter a un triunfo en el derbi que no veía desde el 1-0 (gol del entonces interista Christian Vieri, ahora milanista) logrado en 2002.

Un triunfo que permite al Inter igualar con el Fiorentina en la segunda plaza, a diez puntos del cada vez más líder Juventus Turín. El Milán, en cambio, cae a la cuarta plaza, ya a once puntos de los juventinos.