Partido marcado por violencia
Fiorentina y Juventus de Turín sellaron una igualdad 2-2 en la ida de los octavos de final de la Copa de Italia que llegó a tener muy negra el conjunto turinés, que caía por dos goles, pero que sobre todo se vio afectada por la casi media hora en que estuvo suspendido.
Una suspensión que llegó en el minuto 47, a consecuencia de los efectos de unos gases lacrimógenos lanzados por las fuerzas del orden fuera del estadio Artemio Franchi para intentar evitar el enfrentamiento entre amabas aficiones, cuando apenas se habían disputados dos minutos de la segunda mitad.
Hasta ese instante, con dos equipos cuajados de suplentes en mayor número del lado juventino, se había visto un Juventus demasiado opaco y un Fiorentina con ganas, lucha y que había gozado con las mejores ocasiones ante la meta de un Gianluigi Buffon que registraba su vuelta a los terrenos de juego, tras 109 días en paro por lesión en un hombro.
Fruto de su mejor juego, y pese a que a la media hora el uruguayo juventino Marcelo Zalayeta envió un disparo al travesaño llegó el 1-0 de la Fiorentina, obra del joven búlgaro Valeri Bojinov (m.38), que paró y disparó con maestría dentro del área visitante.
El propio Bojinov estuvo cerca de poner el 2-0, en un saque directo de falta en que el balón rozó el travesaño.
Apenas iniciada la segunda mitad, llegó el parón. Los jugadores y el público se vieron afectados por el efecto de unos gases lacrimógenos lanzados por las fuerzas del orden, para intentar evitar fuera del estadio el contacto entre una treintena de seguidores de la Juventus que querían entrar en una zona de los aficionados de la Fiorentina. La policía para evitar males mayores lanzó unos gases lacrimógenos, cuyo humo llegó dentro del estadio a consecuencia del viento.
Ello hizo que el colegiado Palanca, al ver a los jugadores y espectadores sufrir los efectos, decidiera suspender momentáneamente el partido. Tras una decena de minutos con los jugadores sobre el terreno de juego a la espera de poder reanudarse el partido, el colegiado decidió mandar a los dos equipos a los vestuarios ya que algunos de los futbolistas no podían respirar bien y evidenciaban problemas en los ojos y estomacales.
Apenas veinte minutos después de entrar en los vestuarios, y tras constatar que las condiciones habían vuelto a ser idóneas, los jugadores volvieron al terreno de juego, reanudándose la confrontación. Y casi puesto el balón de nuevo en juego llegó el 2-0, obra de Pazzini (m.50). Los dos jóvenes delanteros de la Fiorentina estaban haciendo olvidar al goleador Luca Toni, en el banco para darle descanso. El Juventus estaba tocado y su técnico Fabio Capello ordenó tres cambios simultáneos, saliendo al campo sus titulares Emerson, Nedved e Ibrahimovic.
Pero antes de que fuera posible realizarlos, llegó el 2-1 en un disparo de Pessotto (m.53) al borde del área. El tanto no le salvó al defensor juventino del cambio, pues la triple variación se hizo antes de ponerse el balón de nuevo en juego. La salida de parte de sus pesos pesados dio vida a la Juventus, que evidenció su gran personalidad y empezó a arrollar a una Fiorentina que era quien ahora estaba perdido.
El empate se vislumbraba y llegó en el minuto 69, en un extraño centro-disparo del rumano Adrián Mutu que sorprendió a todos y que el propio jugador celebró con gestos en los que reconocía haber tenido fortuna. Las ansias de la Juventus se pararon con la igualada y el partido transcurrió sin grandes emociones, salvo en el último segundo en favor de la Fiorentina y dejando todo para la vuelta en enero. Pero antes llegará el enfrentamiento liguero del próximo domingo entre ambos, y en el mismo escenario.