Barcelona goleó 4-1 al Racing.

Enviado por roberto el Dom, 27/11/2005 - 17:48

El Barcelona, vigente campeón y actual líder de la Liga, sigue imparable al aumentar a ocho partidos su racha de victorias, que se cobró como última víctima al Racing de Santander, que salió goleado (4-1) del Camp Nou. La clave para que los barcelonistas sumasen ese octavo triunfo consecutiva, tal y como los jugadores sabían por consejo de Frank Rijkaard y por propia experiencia, era abrir pronto la lata, para que el contrario no se hiciese fuerte en defensa. Los azulgrana cumplieron de tal forma con la consigna de que, a los tres minutos, ya habían dado con la clave en forma de penalti cometido por Moratón a Márquez. Sin embargo, Ronaldinho falló por primera vez en la temporada desde los once metros, porque Aouate le despejó el lanzamiento y evitó que la táctica de Manuel Preciado prácticamente se quedase en el vestuario.

Al público, más que satisfecho con el rendimiento de su equipo, ni se le pasó por la cabeza tenerle en cuenta el error al brasileño y se dedicó a aplaudir a un Barcelona que, tras un noviembre fantástico, se complace con su propio juego. Ronaldinho deleitó a su afición con un buen número de acciones espectaculares y la grada se quedaba embobada con el buen hacer de sus jugadores. El Racing tuvo que emplearse a fondo para frenar las acometidas del rival, a costa a veces de ver alguna que otra cartulina amarilla, pero el objetivo era aguantar y esperar que el intenso frío hiciese mella en los azulgrana.

Oscar Serrano, Juanjo y Felipe Malo evitaban además que se hablase de una completa renuncia cántabra al ataque, aunque con las máximas precauciones, porque tanto Ronaldinho como Messi parecían inmunes a la baja temperatura. Samuel Eto'o, mientras, parecía aletargado y quizá el error del Racing fue creerse que el frío había podido con el camerunés, que no escogió mejor método para calentarse que una carrera hasta el área desde el mediocampo, donde había robado el balón, que culminó con un remate cruzado después de driblar a toda la defensa racinguista. Con el marcador a favor, el Barcelona siguió tocando a placer, aunque sin la suficiente inspiración ofensiva como para aumentar su ventaja antes del descanso.

En la reanudación, en todo caso, la línea del partido fue idéntica a la de la primera mitad y, en consecuencia, la superioridad azulgrana debía derivar en nuevo gol en cualquier momento. El autor de ese segundo tanto del Barcelona fue Leo Messi, autor también de una carrera hasta el área tras robo de balón de Deco, aunque ayudado en el caso del argentino por Samuel Eto'o, quien galopó junto a él para que los defensas del Racing tuvieran que dividir su esfuerzo. El Racing ya estaba definitivamente entregado y, en sólo cuatro minutos, el undécimo de este segundo tiempo, le cayó el tercero, obra en este caso de Ronaldinho, quien se sacó la espina del penalti que falló al inicio el partido al provocar otro y, esta vez, transformarlo.

Manuel Preciado, desbordado, hizo sus tres cambios posiblemente sin esperar cambio alguno en un partido que se había convertido a esas alturas en una fiesta del Barcelona, a la que se apuntó Silvinho con un cuarto tanto tras combinar con Deco, internarse en el área y, a trompicones, enviar el balón al fondo de la red. Rijkaard colaboró también al sentar a Leo Messi para que todo el mundo le ovacionara y se dedicó a dar minutos a jugadores que también merecen oportunidades. El Racing no se fue sin embargo con las manos vacías, ya que dos de los jugadores de recambio, David Aganzo y Casquero, se encargaron de forzar un penalti y transformarlo respectivamente. Aganzo, de todos modos, apenas tuvo tiempo para celebrarlo, porque el codazo que le propinó en un salto a Márquez, con el que se las había tenido en la acción que concluyó en pena máxima por mano del mexicano, fue sancionado por el colegiado con cartulina roja directa. La falta de tensión de los azulgrana en los minutos finales les impidió sacar provecho de esa ventaja numérica, aunque la imagen demostrada fue la de haber emprendido nuevamente el camino del título.