El Villarreal español, tras empatar 0-0 ante el Manchester United en Old Trafford, mantiene intactas sus esperanzas de clasificarse como líder del grupo D para los octavos de final de la UEFA Champions League, y le bastaría un punto en casa ante el Lille en la última jornada para avanzar de ronda.

El conjunto que dirige el chileno Manuel Pellegrini, aunque careció de profundidad ofensiva, protagonizó un partido perfecto, sobre todo en la parcela defensiva, lo que le ha permitido mantenerse invicto en la competición.

Manchester se jugaba gran parte de su futuro europeo y pronto comenzó a avasallar a un Villarreal, que jugaba mermado por las ausencias de dos de sus principales jugadores, el argentino Juan Román Riquelme y el uruguayo Diego Forlán.

Ya en los primeros minutos, Rooney obligó a lucirse a Barbosa tras un remate cerca del área pequeña y protagonizó otros dos disparos que, aunque no tuvieron tanto peligro, sí dejaron patente las intenciones del Manchester.

El equipo de Alex Ferguson anuló la creatividad visitante y Van Nistelrooy y sobre todo, Rooney eran sus principales estiletes. Un cuarto de hora tardó el Villarreal en entrar en el choque, conforme se deshizo de la presión del Manchester, que jugaba a un alto nivel, y Roger trataba de poner orden en el equipo español.

El partido se equilibró cuando el Villarreal se acopló mejor en el campo, aunque la posesión seguía en poder de los locales y eran los diablos rojos los que generaban mayor sensación de peligro, muchas veces propiciada por las imprecisiones y las pérdidas de balón de los hombres de Manuel Pellegrini.

Superada la media hora de juego, Villarreal le había perdido el miedo a su rival y entraba en el área contraria, en una de sus jugadas José Mari no pudo culminar una buena acción por la banda.

Pese a la mayor intensidad en el juego visitante, el Manchester no paraba en sus acometidas y, en la siguiente jugada, Paul Scholes puso en apuros la portería visitante aunque Gonzalo Rodríguez estuvo impecable en el corte.

Manchester volvía a apretar en la recta final de la primera parte, con acciones por ambas bandas y en un Old Trafford caldeado y volcado con su equipo, mientras el Villarreal no encontraba claridad en ataque y lo intentó a balón parado sin éxito. Con el 0-0 inicial se llegó al descanso.

En la reanudación, la tensión era patente en el Manchester porque el tiempo corría en su contra. La intensidad ofensiva del conjunto inglés no cejó ante un Villarreal que estiraba sus líneas y trataba de aprovechar alguna de sus escasas ocasiones.

Pero la gran virtud de los españoles estuvo en su solidez defensiva, lo que le permitió neutralizar cualquier intento local por abrir el marcador.

El peligro rondaba el área de Barbosa pero el cuadro inglés, como en la primera parte, desaprovechó sus oportunidades. El Villarreal trataba de tener el balón con paciencia aunque carecía de profundidad mientras su temple desquiciaba a un Manchester que en la recta final se volcó sobre el área del Villarreal.

El equipo de Pellegrini solventó con sufrimiento y madurez el acoso al que le sometió, en la recta final del choque, el equipo inglés que buscó el gol hasta el último momento pero que tendrá que jugársela en la última jornada para seguir en Europa.