Después de más de tres décadas el tenis argentino vuelve a tener un título de Maestro por la victoria de David Nalbandián en Shanghai, China.

En Australia, en 1974, el que abrió el camino, no sólo para un torneo Masters, sino para una nueva historia en el tenis argentino, fue Guillermo Vilas, el mejor tenista argentino de todos los tiempos.

En su camino al título, por el Grupo Rojo, Nalbandián comenzó perdiendo, precisamente, ante el suizo Roger Federer por 6-3, 2-6 y 6-4; luego, para lograr la clasificación, el unquillense venció a Guillermo Coria en el Superclásico del tenis argentino por 7-5 y 6-4 y aplastó al croata Ivan Ljubicic por 6-2 y 6-2.

En semifinales casi no tuvo sobresaltos para eliminar al ruso Nikolay Davydenko por 6-0 y 7-5 y en el finalísima a Federer por 6-7, 6-7, 6-2, 6-1 y 7-6.

Treinta y un años atrás, en el Grupo Azul, Vilas superó al australiano John Newcombe por 6-4 y 7-6; luego al sueco Bjorn Borg con parciales de 7-5 y 6-1; y cerró su actuación en la ronda clasificatoria ante el neocelandés Onny Parun con un apretado 7-5, 3-6 y 11-9.

En semifinales, Vilas eliminó al mexicano Raúl Ramírez por 4-6, 6-3, 6-2 y 7-5. Y en la final superó al rumano Illie Nastase por 7-6, 6-2, 3-6, 3-6 y 6-4.

Entre aquella victoria en el césped de Melbourne y esta en la carpeta rápida de Shanghai pasaron más de tres décadas. Pero Vilas ya no está no. Como Gastón Gaudio lo acompaña con su título en Roland Garros, Nalbandián se le pone a la par como Maestro.