En el estadio Olímpico, la Juventus goleó a la Roma por 4 a 1, con goles de Pavel Nedved, Zlatan Ibrahimovic y un doblete de David Trezeguet. Francesco Totti, de penal, estableció el marcador definitivo.

Con este resultado, la Juventus suma 33 puntos y lidera la tabla de posiciones, esperando el partido entre Fiorentina y Milan para conocer su ventaja sobre el segundo. La Roma, en cambio, sigue con 18 puntos en la sexta plaza, pero con un partido más que el resto.

El resultado fue justo, aún cuando el marcador haya sido demasiado severo con los locales. En efecto, la Roma jugó muy bien en la primera etapa, presionó en todos los sectores de la cancha y puso en grandes apuros a la defensa visitante.

Sin embargo, dos factores no le permitieron ponerse en ventaja: la gran noche de Abbiati, quien luce regenerado por la convocatoria en la selección nacional, y la poca puntería de Vincenzo Montella, quien desperdició las buenas ocasiones que tuvo.

Además, una vez más el aporte de Francesco Totti fue insuficiente, alternó buenas jugadas con errores infantiles, pero sobretodo no supo ponerse el equipo al hombro en el momento de la necesidad.

La Juventus sufrió por todo el primer tiempo, pero logró irse al descanso en ventaja. Ocurrió justamente en la última jugada de la primera etapa: Camoranesi metió un centro perfecto y pasado desde la derecha, y por el segundo palo Panucci se durmió y se dejó madrugar en el salto por Nedved.

El marcador, en ese momento, no reflejaba ni mínimamente lo ocurrido en la cancha, pero con la Vieja Señora en ventaja el partido cambió totalmente.

En efecto, en el complemento la Roma tuvo que jugarse aún más al ataque y por encima pagó el enorme despliegue realizado en la primera etapa.

Así, en apenas 5 minutos, entre el 11 y el 16, la Juve liquidó el pleito. Primero con un golazo de Ibrahimovic, quien se fue en contraataque, lo derrumbó (literalmente) a Kuffour y definió con un derechazo hermoso al primer palo.

Luego sonó la hora del goleador, porque Trezeguet, casi nulo hasta ese momento, capitalizó como sabe las dos únicas pelotas jugables con otros tantos goles, el primero de cabeza y el segundo de derecha.

El castigo era realmente demasiado severo con la Roma, pero la Juventus es un gran equipo y no perdona el más mínimo error.

De cualquier manera, una buena jugada de Totti en contraataque lo dejó solo a Montella, y la falta de Thuram costó el penal y también la expulsión del francés.

Luego de la transformación, y gracias a la superioridad numérica, el partido se equilibró, porque la Roma trataba de dominar pero ya no tenía los recursos físicos para hacerlo, mientras que los visitantes se limitaban a cuidar sin sobresaltos la holgada ventaja.

La Roma, de cualquier manera, sale de la cancha a cabeza alta: jugó un buen partido, no se achicó nunca y tuvo enorme dignidad hasta el último minuto. Por otra parte, la gran diferencia estuvo en el poder de fuego: Trazeguet seguramente no hubiera desperdiciado las chances que tuvo Montella, y a delanteros cambiados el resultado seguramente hubiera sido muy diferente.

Por ahí duele que Cassano, quizá el mejor delantero del plantel, siga sin jugar por absurdas cuestiones contractuales. La Roma acabará perdiéndolo igualmente, pero le habrá pagado el sueldo en todos estos meses sin aprovechar siquiera su enorme talento.

La Juventus dio otra enorme demostración de fuerza, física, técnica y sobretodo mental: aguantó con calma, se defendió correctamente y, cuando tuvo la ocasión, no perdonó.