Inter venció por 2 a 0 al Parma.
En el estadio de San Siro, el Inter venció al Parma por 2 a 0, con goles de Luis Figo y Esteban Cambiasso. Con este resultado, los locales suman 23 puntos y ocupan en soledad la cuarta plaza, a diez de la punta, mientras que el Parma sigue con 9 unidades y se ubica decimoquinto.
El triunfo fue justo, pero llegó más por la mediocridad del Parma que por merecimientos del Inter. De hecho, el partido fue muy malo, sin ideas y sin variantes ofensivas. Las ocasiones de gol fueron producto exclusivo de los errores defensivos.
Desde un comienzo quedaron claras dos cosas: que el Parma no iba a poder marcar un gol aunque se quedara jugando por dos días seguidos, y que el Inter no tenía variantes ofensivas.
En suma, un tiqui taqui estéril en la zona central, con Pizarro tratando de armar el juego sin éxito y Verón aislado sobre el carril derecho.
Paradójicamente, la maniobra del Parma era hasta más agradable: livianita, sin profundidad, pero por lo menos armada con una buena red de pases cortos y con la movilidad de todos los volantes.
El problema del Parma es que Corradi es un buen jugador, quien se sacrifica muchísimo para el equipo, pero que también olvidó totalmente su oficio de goleador; no disparó hacia el arco ni una sola vez en todo el partido.
Al comienzo el Inter empujó bastante, pero a partir de la media hora ya fue perdiendo el ímpetu, especialmente por el cansancio de Javier Zanetti y porque el Parma ajustó mejor sus marcas y estuvo más atento.
Poco a poco, el Inter fue cayendo en la desorientación, cometiendo errores en los pases ante la desesperación de un Roberto Mancini que le ordenó a Figo, desubicado como enganche, irse a la banda derecha.
Ni Adriano, totalmente desdibujado, ni Julio Cruz dispusieron de chances netas, y con el pasar de los minutos se volvió claro que la única clave para que el Inter llegara al arco iban a ser los errores en la salida de los defensores del Parma.
En la segunda etapa, Mancini se jugó con varios cambios: ingresaron Martins por Cruz y Stankovic por Pizarro, pero las cosas no cambiaron.
Hasta que llegó el error decisivo, el Parma perdió la enésima pelota en la salida, en posición central, y Verón lo habilitó a Figo, quien ingresaba solo por el costado derecho, para el talentoso portugués definir el mano a mano con el arquero fue un juego.
Un segundo error trajo el tanto que fijó la pizarra: el arquero salió en los pies de Adriano, la pelota quedó ahí y Simplicio, en lugar de reventarla hacia un lateral, despejó de frente, justo sobre los pies de Cambiasso (ingresado en lugar de Figo).
El argentino definió picando la pelota en el arco vacío, ya que el arquero había quedado en el piso con una mano lastimada por Adriano.
El Parma protestó mucho, pero de cualquier manera ese tanto tan solo cambió el marcador, pero no el hecho concreto de la derrota inevitable para un equipo que no tiene manera de marcar un gol.
El Inter quedó a diez puntos de la Juventus, pero no mejoró su imagen desdibujada de los últimos tiempos; si sigue jugando así es absurdo soñar con una remontada.
Lo del Parma es real y sumamente preocupante, no se ve como le podrá escapar al descenso sin un delantero capaz de anotar. La única solución sería la compra de un atacante en enero, pero la situación del club sigue complicada y la adquisición por parte del español Sanz sin definirse.