Boca venció 2-0 a Vélez.
Boca Juniors no hizo demasiado por ganar pero lo hizo, Vélez hizo todo por perder y lo logró. En esos conceptos se cierra la síntesis del 2-0 del domingo a la tarde en La Bombonera, que dejó al equipo local a un punto de la cima de las posiciones en la recta final del Torneo Apertura.
Dos aciertos de Federico Insúa en el segundo tiempo le dieron forma al resultado en el partido que hasta hace poco muchos suponían definitorio del título. Dentro de ese panorama, la superioridad de Boca fue clara, como también lo fue su mayor ambición para justificar el desenlace.
El primer tiempo pasó de largo sin una gota de fútbol. Boca avanzó a los tropezones y Vélez ni siquiera se aproximó al área rival. Nadie le dio prolijidad a la circulación de pelota, excepción hecha por Gago, quien lo hizo durante algunos pasajes, pero muy lejos de las posiciones de ataque.
Insúa no fue el conductor del equipo de Basile y Gracián ni siquiera participó en el juego, por lo que los delanteros del conjunto de Liniers, prácticamente, no tuvieron contacto con la pelota.
Sin mejores ideas, Boca repitió la fórmula del centro en busca de un cabezazo salvador, pero sus intentos no prosperaron. En una de las primeras jugadas criteriosas, Palermo abrió a la izquierda para Palacio que enfrentó a Sessa y tocó para Insúa, al que trabó Somoza.
En los diez minutos finales Boca pareció ganar algo de agresividad. A los 35, un centro de Battaglia desde la derecha fue bajado por Palacio, Palermo abrió hacia la izquierda e Insúa remató cruzado y desviado.
A los 42 Palermo cabeceó un córner de Insúa y exigió por única vez en la etapa a Sessa, quien manoteó por dos veces la pelota para salvar su valla.
Vélez, en esa primera mitad, dejó la sensación de esperar el desgaste de Boca, pero en concreto no produjo nada. Y Boca chocó contra sus propias dudas.
El segundo tiempo se planteó en los mismos términos, pero el partido se abrió a los 13 minutos cuando Bustos perdió la pelota frente a Battaglia, quien entregó para Insúa, que recibió con los centrales muy abiertos para definir con un toque sutil que dejó sin chance al arquero.
Con el resultado en contra, Vélez tampoco encontró el camino hacia Abbondanzieri, a punto tal que el primer remate desviado y sin ningún riesgo tuvo lugar en el minuto 39. A Boca, en cambio, le quedó servido el contraataque y así fue que, sin alcanzar brillantez, estableció diferencias claras.
Sobre la media hora, Bustamante zapateó sobre Palermo, que trataba de defender la pelota, el delantero reaccionó y el árbitro los expulsó a los dos.
Boca volvió a estar cerca del gol a los 35 con un tiro libre de Daniel Díaz que, a duras penas, pudo rechazar Sessa, y a los 37, en una profunda réplica, Palacio desvió por muy poco su remate.
Finalmente Barros Schelotto, recién ingresado, puso un tiro libre en la cabeza de Insúa y el local liquidó el pleito al marcar su segundo y definitivo gol.
Boca lo ganó sin discusión. Y aunque haya sido más por la debilidad del rival que por méritos propios, eso, en las presentes circunstancias, importa muy poco.