Hace exactamente tres años llegó a la primera A del fútbol ecuatoriano un equipo del que nadie sabía mayor cosa. Segurito estoy, que al principio ni los periodistas sabían bien de quien mismo se trataba, máximo se sabía que es el equipo del Valle de los Chillos, concretamente de la ciudad de Sangolquí, Cantón Rumiñahui, capital mundial del hornado y del agrio.
Después de un brevísimo paso por la segunda categoría; en el año 2009 Independiente del Valle ya se consagraba campeón de la serie B, y por consiguiente para el próximo año le tocaría disputar la serie A. En el que están los doce mejores equipos del País.
A inicios del año 2010 las expectativas eran pocas, muchos pensamos que seguramente este equipo pasaría a ser uno más de los famosos equipos ascensores. Esos que tienen a sus hinchas sufriendo y gozando, llorando todos los años, un año de alegría y al siguiente de tristeza.
Al principio nadie le paró bola a la bandera alargada que; hasta ahora, cubre la parte frontal, de la vieja tribuna del Estadio Municipal General Rumiñahui. Esa bandera que rápidamente se va convirtiendo en una profecía; ya que ahora, después de tan solo tres años, nadie duda que Independiente del Valle sea el futuro Campeón del Fútbol Ecuatoriano.
Futbolísticamente, en tres años Independiente ha logrado cosas que muchos equipos del país no han logrado en décadas, otros quizá nunca. Su cancha y su juego son respetados tanto como se respetan los mejores estadios y los mejores equipos del Ecuador.
Han liderado la tabla de posiciones, y hasta se han dado el lujo de poner su granito de arena en las Selecciones del Ecuador de primera y de categorías menores, y hasta en Europa; el mejor fútbol del mundo, se han fijado en el equipo de Sangolquí.
De sus filas han salido jugadores de talla internacional como Jefferson Montero, jugador del que sí es evidente el rédito y la gran inversión que significó para el club, jugador del que no desapareció el dinero de su transferencia, y al que no le ha tocado sugerir que se auditen los ingresos que él significó para su club.
Para las divisiones formativas de Independiente participar en torneos internacionales como Copa Libertadores sub 20 ya se va convirtiendo en una costumbre.
La sub 18 por ejemplo, hace pocos días se consagró como Tri-campeón del Campeonato Nacional. Ese mérito le hace partícipe por tercera vez consecutiva de la Copa Libertadores Sub 20. Y de los más pequeños de sus futbolistas son temidas las goleadas como la que la sub 16 le propinó el fin de semana pasado a Liga de Quito 8 tantos a uno.
El éxito futbolístico de este equipo, para muchos todavía es incomprensible. La mística y el trabajo silencioso de quienes administran Independiente del Valle, no deja muy claro cual es el secreto para tantos logros en tan poco tiempo.
A sus dirigentes casi ni se los ve. No están mucho en los medios, metidos en polémicas, sanciones, aclaraciones ni disputas que no sean netamente futbolísticas. Tampoco se ha sabido; que producto de tanto triunfo, a quienes manejan este equipo les haya dado ganas de participar en política ni de ser alcaldes, ni asambleístas, ni concejales.
Tampoco he visto que sus dirigentes polemicen ni se quejen mucho por temas de la altura, ni de los canales de televisión, ni de venta de entradas, ni de los tamaños de los asientos o las amenazas de paro del sr. Intriago. Al principal del Equipo fácilmente se lo puede confundir en la tribuna con uno más de sus hinchas, con jeans y la camiseta de su equipo, no ocupa ningún lugar preferente ni extraordinario para ver jugar a sus muchachos.
Por el contrario se convierte en un sangolquileño más, un hincha que simplemente cumple su sueño de dirigir a su equipo, y tiene el privilegio, de bajar a abrazar a cada uno de sus jugadores cuando estos ingresan por el túnel una vez terminado el partido.
Es evidente que el enfoque administrativo de Independiente del Valle va más allá del equipo de primera, y más allá de los 90 minutos que dura un partido de fútbol. Sus divisiones formativas en cada una de sus categorías son verdaderas escuelas en las que el buen fútbol y los goles son solo el reflejo de todo el trabajo integral, responsable y comprometido que ahí se realiza.
Su sede e instalaciones son sin duda las más amplias y completas del Ecuador. Ahí viven, comen, duermen, entrenan, estudian y pasan la mayor parte de su vida todas las categorías, desde los más pequeños, los sub 12 quienes además de iniciar su vida futbolística inician una carrera de formación académica y personal.
Seguramente ahí está el motivo y la razón de tanto éxito, un plan en el cual los goles y el buen trato al balón son el resultado de un estilo de vida. Que involucra no solo a Cuerpo técnico y jugadores, sino a un sin número de gente, pero principalmente a una dirigencia con un estilo diferente. En donde ellos son los primeros en demostrar que el trabajo en equipo inicia mucho antes de que el árbitro haya hecho sonar el silbato. Y que la formación de un buen futbolista no se da solamente con la pelota en los pies, sino con ideales y sueños que se trabajan con el corazón y la cabeza.
Esa creo yo que ha sido la razón principal, para que un club tan grande haya tenido un paso tan corto y fugaz por las series y categorías inferiores de nuestro balompié, y en tan poco tiempo este considerado como EL FUTURO CAMPEON DEL FUTBOL ECUATORIANO.
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Por: Esteban Yerovi.